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SoYeon parecía caer dormida en cualquier momento, pues apenas la fiesta terminó se dedicó a esperar a su mamá afuera del Club con tal de ir a recoger a sus amigos a la estación de policía. Durante la noche había recibido un sinfín de comentarios en sus redes sociales para saber qué había ocurrido, sumado al hecho de que preguntaban si la fiesta de cumpleaños de JiMin seguía en pie o no. Entonces, sin saber qué responder, SoYeon prefirió decir que esperasen a tener noticias de JiMin durante la mañana.

— Menos mal no te encarcelaron —expresó la mujer mayor sin tener idea de que su hija había ocultado parte de lo ocurrido—, porque te aseguro que hubiese incendiado ese lugar.

— Ay, mamá —soltó SoYeon en una risa nerviosa.

— Luego te hubiese prohibido salir de casa durante un mes completo —terminó diciendo luego de haber apagado el cigarrillo que había estado consumiendo.

— Ah... Oh... ¡Ahí vienen!

SoYeon, con unas gafas de sol que ocultaban el trasnoche, se bajó de la camioneta y corrió a abrazar a cada uno de sus amigos, para luego guiarlos a que se subieran, bebieran café y comieran de la caja de pollo frito que habían comprado para ellos.

— Ustedes son las mejores —habló NamJoon con la boca llena.

— Uuuf, necesitaba esto —agregó HoSeok casi atragantándose en el proceso.

— Esos policías no tienen corazón —fue el comentario de la madre de SoYeon, luego de que había exhalado el humo del cigarrillo que acababa de encender.

— Juro que nunca más me involucraré en una pelea ajena —expresó JiMin—. Hasta podría apostar que mientras nosotros lo pasábamos mal ahí dentro, ese idiota del jeans rosado estaba de rodillas ante el idiota al que le estaba gritando.

— Ah, sí —sonrió SoYeon desde el asiento del copiloto—. Yo los vi besarse en la pista de baile durante casi toda la noche.

— AAH, ¡no es justo! —se quejó JiMin en un berrinche que acabó sacándoles sonrisas.



Luego, cuando todo parecía estar en calma, donde sólo quedaban dos piezas de pollo y nada de café, SeokJin sintió un vacío, una inquietud que lo hizo fijar la mirada en cada uno hasta que, como una iluminación divina, pudo descubrir qué era lo que no encajaba.

— ¡¿Y Tae?! —preguntó asustado.

De ahí en más, la discusión que se produjo parecía no ir a ningún lado, unos gritando más que otros entre preguntas, vagas afirmaciones y recriminaciones.

— A ver, a ver... ¡Basta! —Detuvo la mamá de SoYeon el caos que se había formado dentro de la camioneta—. Jin, NamJoon, Hobi, Jiminnie —comenzó a enumerarlos y, ante el hecho de no ver a TaeHyung, trató de que éstos se movieran de sus asientos para ver si no se habían sentado sobre el castaño, pero no, TaeHyung no se encontraba dentro de la camioneta—. Díganme exactamente lo que les dijo la policía.

— El bombón dijo que Tae había sido liberado antes —respondió JiMin.

— ¿Qué bombón?

— Uhm... el policía bonito, Jeon JungKook.

— Tae no contesta —intervino SeokJin luego de haber intentado llamar a su amigo por teléfono.

— ¡Esos hijos de...!

— ¡NO! ¡No vayas! —Se aferró HoSeok al brazo de JiMin para que éste no se bajara de la camioneta— ¡Harás que te encarcelen de nuevo!

— ¡Iré yo! —Dijo la mamá de SoYeon—. Ustedes espérenme aquí.

Más de alguno sintió un escalofrío recorrer sus espaldas cuando vieron que la madre de SoYeon entró a la comisaría casi azotando la puerta al momento de abrirla. No esperaban que alguno de los policías fuese obstáculo para ella, pues cuando la hacían enojar, que un milagro ocurriera para no topársela de frente. Así, casi comiéndose las uñas, los chicos abrieron los ojos con asombro al ver que SiWon salía de la estación dando reverencias para luego subirse a uno de los autos de policía que estaban estacionados afuera.

— Tae está en el hospital —fue lo primero que dijo la mamá de SoYeon una vez que se subió a la camioneta.

— ¡¿Qué?! —fue el grito de SeokJin el más fuerte e inclinó su cuerpo para meterse entre el asiento del conductor y del copiloto.

— ¡Esos hijos de puta las van a pagar! —regañaba JiMin zapateando en un berrinche.

— El policía ese nos llevará donde Tae —señaló la mujer al auto que tenían enfrente.

— ¡Ya verán cuando lleguemos! —se quejó HoSeok.

— ¡NO! —La mamá de SoYeon los miró a todos con el ceño fruncido y los señaló uno a uno— No quiero más escándalos, ¿me escucharon? Cuando lleguemos al hospital ustedes me esperarán en la camioneta mientras me encargo de traer a Tae, ¡¿entendieron?!

— Sí, mamá de SoYeon —respondieron al unísono con la mirada baja y un puchero.

— Muy bien, mis bebés —cambio su tono a uno más alegre y se puso en marcha.

ARRÉSTAME! │YOONTAE/TAEGI ○.。o○.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora