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YoonGi y TaeHyung vivían su propia fantasía, apartados en la cocina mientras uno cocinaba y el otro sólo distraía al buscar besos y caricias que sin duda eran correspondidas. Habían despertado a una hora en que sabían que era muy tarde para desayunar, pero a la vez muy temprano para almorzar, por lo que decidieron comer frutas en tanto YoonGi preparaba la comida.

Todo parecía muy tranquilo, hasta que sin duda el portazo que sintieron en la puerta principal los alertó. Al salir a mirar, sólo vieron a HoSeok con la boca abierta mirando hacia la puerta, cubierto hasta el cuello con la manta que lo cubrió durante lo poco y nada que había dormido.

— ¿Hobi hyung, qué pasó? —cuestionó TaeHyung, llamando la atención de su amigo.

— Vi pasar un monstruo —señaló hacia la salida y luego se levantó para ir a abrazar al pelirrojo— ¡Fue horrible! Jiminnie salió enojado, muy, muy, muy enojado, no ese tipo de enojo que tiene cuando pelea por idioteces, no, ¡éste era un verdadero enojo! —se estremeció al decirlo y junto a TaeHyung siguieron a YoonGi a la habitación de invitados, pues todos intuían que en ese lugar descubrirían a la persona que podría otorgarles respuestas. Sin embargo, Joy no estaba por ningún lado.

— ¿Viste salir a Joy?

— No —negó HoSeok a lo consultado por YoonGi—. Sólo vi salir a JiMin.

— La voy a llamar —indicó TaeHyung, pues desde que se había levantado antes que YoonGi había sentido salir del departamento a nadie más que a JiMin.

Sin poderlo evitar, a la espera de que su amiga respondiera la llamada, TaeHyung sonrió al ver que HoSeok abrazaba a YoonGi por los hombros y lo guiaba a la cocina en medio de ruegos para que lo dejara probar lo que estaban cocinando. Sentir que YoonGi podía estar confiado y a gusto con sus amigos era lo mejor que había sentido el pelirrojo, como si se hubiera quitado un peso de encima. Aunque claro, ante cada tono que pasaba sin obtener respuesta de Joy, un nuevo peso lo volvía a inquietar.

— ¿Te respondió? —preguntó HoSeok al ver a su amigo ingresar a la cocina.

— No —hizo un puchero—. Al primer llamado no respondió y al llamarla por segunda vez me cortó —Se quejó, abriendo el refrigerador para sacar una botella de jugo— ¿Deberíamos llamar a JiMin?

— Por lo enojado que estaba, yo no le hablaría en meses —dijo HoSeok, ayudando a TaeHyung a preparar la mesa para almorzar.






Para ser honestos, la presencia de HoSeok nunca fue un problema. Al contrario, almorzar en su compañía se convirtió en una serie de bromas que los hizo reír a carcajadas sin contar el caos que armaron cuando quisieron lavar la loza y acabaron reventando burbujas en medio de una inusual guerra de agua. Compartir la tarde con HoSeok sin lugar a dudas se había convertido en algo divertido, sin embargo, luego de la partida del pelinegro tanto YoonGi y TaeHyung comprendieron que de algún modo agradecían estar a solas, que tener su momento sin nadie alrededor era algo que habían esperado desde la noche anterior, un tanto celosos de cómo JiMin y Joy podían ser totalmente ruidosos cuando ellos en realidad se habían negado a sucumbir a los deseos de sentir el roce de sus cuerpos.

— Necesitaba esto —sonrió TaeHyung, sentado frente a YoonGi, enredado entre sus piernas mientras sentía el agua de color violeta que los rodeaba, relajado ante la acción de las sales de baño recorriendo su cuerpo.

— Ahora sé lo que te puedo regalar en navidad —dijo YoonGi con una sonrisa, pensando en las diferentes bombas de baño que podría comprar.

— ¿No trabajarás ese día?

ARRÉSTAME! │YOONTAE/TAEGI ○.。o○.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora