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Antes de que llegara la policía, los primeros en aparecer fueron JiMin y HoSeok, quienes dejando de lado las clases, corrieron al encuentro de sus amigos apenas TaeHyung los contactó. Sin embargo, era tanto el revuelo que a los recién llegados les tomó tiempo abrirse paso entre la furiosa gente que quería tomar la justicia por sus manos, lo que a todas luces no calmaba en nada los temblores de Joy y la angustia de TaeHyung.

Más tarde, HoSeok se tuvo que disculpar con sus amigos, pues tenía un ensayo importante y, por más que se quería quedar en la comisaría, JiMin lo convenció en que estarían bien y que le mandarían mensajes una vez se resolviera todo, animado a la vez porque la policía había encontrado suficientes pruebas en el teléfono celular del degenerado como para inculparlo.

Entonces, luego de la partida de HoSeok y mientras TaeHyung era atendido por Nayeon en la enfermería, sentada en un salón que mantenía una temperatura agradable, Joy bebía una taza de chocolate caliente y permitía que JiMin sostuviera su mano mientras, por tercera vez, iba relatando con el mayor detalle posible lo que había ocurrido con el hombre que la grabó bajo la falda. A veces, su voz temblaba y se sentía extraña, sin saber qué emociones la dominaban realmente, por lo que, gracias a la intervención de su abogado, la pelinegra pudo suspirar y agradecer el hecho de que el tema quedara en manos expertas.




— Ahora sólo deben esperar a que venga uno de mis colegas a anunciar que se pueden ir a casa —los calmó JungKook una vez que los tres permanecieron en la acogedora sala.

— Gracias, bombón —respondieron Joy y JiMin al mismo tiempo, lo que los hizo sonreír por unos segundos hasta que TaeHyung apareció en la sala y Joy corrió a comprobar las heridas que Nayeon se había encargado de desinfectar.

— ¿Cómo estás?

— Más tranquila, Tae ¿Y tú? —lo guio Joy hacia el sofá y le ofreció un sorbo de su taza de chocolate.

— Me duele un poco la mano —hizo un puchero.

— ¿Pudiste ver a YoonGi? —intervino JiMin en la conversación de ambos.

— No está en la comisaría —respondió desviando la mirada hacia JungKook, quien se aclaró la garganta y sonrió un tanto nervioso por la atención que le estaban prestando aquellos tres.

— Él sabe lo que pasó y que están acá, pero...

— Pero... —insistió JiMin.

— No puede venir hasta que acabe su ronda de patrullaje.

— ¿Y cuánto falta para eso? —tomando su taza de chocolate de nuevo, se mostró interesada Joy.

— Dos horas, yo creo.

— Aiiich —suspiró TaeHyung.

— Ha dicho que te llamará apenas pueda.

— Gracias, Jungkookie.

— Por nada. Eh... me tengo que retirar.

— ¡Espera! —lo llamó JiMin.

— ¿Sí? —cuestionó JungKook desde la puerta.

— ¿Sabes cuál es el pájaro más decente?

— N-no...

— El que se para —JiMin respondió serio y señaló su regazo—, para que tú te sientes.

Luego, el golpe que recibió en la cabeza lo hizo quejarse entre risotadas, las que contagiaron a Joy a pesar de que se había mostrado molesta y lo había golpeado. JungKook, sonrojado hasta las orejas al entender a qué "pájaro" se refería JiMin, salió en silencio de la sala y TaeHyung sólo miró a sus amigos con una sonrisa, tranquilo de ver cómo JiMin parecía actuar normal para que Joy se viera sacada del mal rato que había pasado horas atrás.

— ¿Señorita Joy? —apareció una policía, lo que hizo a los demás prestar atención a la recién llegada— Sus padres la esperan en las afueras de la comisaría.

— Oh... —fue su escueta respuesta y, nerviosa y con ojos brillosos, salió al encuentro de quienes la esperaban con impaciencia.

JiMin y TaeHyung mantuvieron la distancia, mas cuando el padre de Joy reparó en su presencia, abrazó a ambos y les ofreció llevarlos a casa. Entonces, sentado en el asiento del copiloto, JiMin conversaba con el señor Park, mientras la pelinegra iba en los asientos traseros dejándose mimar por su madre y a la vez agradecida de TaeHyung, quien permitía que Joy acariciara su mano lastimada.




— ¿Mañana irás a clases? —preguntó el pelirrojo antes de bajar del auto.

— Iré —sonrió Joy—. Llevamos dos días sin ir a clases, no nos podemos atrasar más.

— ¿Cómo que dos días? —cuestionó la señora Park, a lo que TaeHyung se apresuró a soltar una sonrisa y cerrar la puerta.

Entonces, soltando un suspiro al ver que el auto se alejaba, el pelirrojo dio un respingo cuando alguien habló a su espalda.

— Oh, casi me da un infarto —dijo TaeHyung al ver a YoonGi—. Me asustaste.

— Lo siento —respondió tomándolo del rostro— ¿Estás bien?

— Eso dijo Nayeon —sonrió al ver que el policía miraba con atención la herida que tenía en el labio— Ah... Jungkookie dijo que estabas patrullando —se sonrojó al darse cuenta de que YoonGi vestía su uniforme.

— Eso hago, estoy patrullando. De hecho —se apartó un poco—, creo que debo ir al departamento de un pelirrojo a ver si todo está bien.

— ¿N-no... no te meterás en problemas por mi culpa?

— Lo dudo —se cruzó de brazos y sonrió ante el sonrojo del menor—. Le dije a mi compañero de ronda que pasara por mí en una hora.

— Oh..., entonces... vamos...

ARRÉSTAME! │YOONTAE/TAEGI ○.。o○.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora