TaeHyung se sentía extraño al ver que prácticamente todos estaban ebrios en esa fiesta de cumpleaños de JiMin, quien se paseaba en pijama por el departamento fiel a su costumbre de que si se sentía muy borracho, se iba a acostar sin pensar en la molestia que implica cambiarse de ropa. Aun así, a pesar de su estado etílico JiMin seguía ahí, junto a sus invitados mientras bebía tequila como si de agua se tratase. En cambio, con un vaso de jugo de naranja en la mano, TaeHyung no se perdía detalles del cómo se comportaban sus amigos al estar borrachos, acciones de las cuales no sabía si reír o sentir vergüenza ajena.
HoSeok, osado gracias al tequila, insistió en bailar con SoYeon, aunque pronto ésta lo dejó y se fue a bailar con SooJin. Luego, el debate en que si SoYeon algún día tomaría en cuenta a HoSeok para siquiera aceptar salir con él en una cita, fue lo que enfrascó a NamJoon y SeokJin en una discusión que con suerte TaeHyung alcanzaba a entender ante los balbuceos de ambos. Por una parte SeokJin decía que SoYeon y SooJin tenían una relación y, por otra, NamJoon insistía en que las dos estaban solteras y que, simplemente, SoYeon no tomaba en cuenta a HoSeok porque, si mal no recordaba, tiempo atrás HoSeok se había besado con SooJin durante los festejos del cumpleaños de TaeHyung. A esas alturas, HoSeok juraba por su abuela que nunca se besó con SooJin, aunque a ratos caía en la odisea de intentar rearmar el rompecabezas de escenas en negro que tenía de esa fiesta.
La discusión no hubiese tenido fin, porque ni siquiera TaeHyung podía intervenir y decir qué había pasado en su cumpleaños porque, realmente, al igual que HoSeok también tenía borrones en sus recuerdos. Sin embargo, los que sí dieron fin a esa discusión fueron los vítores de "¡Fondo, fondo, fondo!", momento en que NamJoon se rindió a la idea de que se tendría que ir a su casa por su cuenta, puesto que la persona que lo pasaría a dejar era quien estaba bebiendo hasta el fondo lo que contenía un vaso de plástico color rojo.
Cuando pasaron las horas y el alcohol amenazó con acabarse en cualquier momento, la mayoría bailaba en medio de la sala, unos pocos fumaban en el balcón y una pareja llevaba más de media hora encerrada en la habitación de invitados. Por lo tanto, cuando el timbre y los golpes en la puerta se hicieron tan insistentes que se dejaron escuchar por sobre la música, el único que se pudo percatar de ello fue TaeHyung. Así, apartando a un dormido SeokJin de sus piernas, se abrió paso entre los que bailaban y abrió la puerta.
— Buenas noches, señor —saludó un policía de baja estatura, aunque poca atención prestó TaeHyung al haberse quedado absorto en la presencia del otro uniformado, uno rubio que desde la noche anterior lo tenía en otro mundo.
— ¿Usted no descansa? —cuestionó el pelirrojo sin ser capaz de omitir lo que estaba pensando, por lo que, avergonzado, se llevó la mano a los labios y pronto su rostro se tiñó de rojo ante la sonrisa de medio lado de YoonGi.
— Hyung, ¿lo conoce? —decidió intervenir el otro policía— Porque si lo conoce podemos...
— Pásale el parte pronto, que mi doble turno acaba en una hora —como si no hubiese respondido de manera indirecta a la duda de TaeHyung, YoonGi se cruzó de brazos y se hizo el indiferente.
— Bien, ¿en qué estaba? —Habló para sí mismo el policía de baja estatura, en cuya solapa decía Kim JinHwan— Ah sí —extendió un papel—, una multa por ruidos molestos.
Haciendo una reverencia, TaeHyung tomó la nota y luego volvió a inclinarse. Estaba acostumbrado a que los multaran, por lo que simplemente aceptó el castigo como si fuese algo normal.
— Este lunes acérquese a la comisaría para pagar —añadió JinHwan.
— Ahí estaré —respondió TaeHyung observando a YoonGi por unos segundos, aunque apenas sus miradas se cruzaron, no supo cómo reaccionar ante el intenso escrutinio del mayor.
— Descanse.
— S-sí —respondió TaeHyung casi desfalleciendo ante la orden de YoonGi, quien luego decidió emprender su camino hacia el ascensor.
— Deben bajar un poco el volumen.
— Lo haremos —respondió el pelirrojo sin despegar la mirada del que se alejaba.
— Bien, buenas noches.
— Buenas...
— ¡No quiero ser viejoooooo!
De pronto, se escuchó el grito mezclado en lloriqueo de JiMin, por lo que, apresurándose a cerrar la puerta para que JinHwan no viese lo que ocurría, TaeHyung volteó a observar qué estaba haciendo su amigo y negó con la cabeza al encontrarse nuevamente con la misma escena de siempre.
— JiMin, es hora de que vayas a dormir —bajándolo de una silla y quitándole de las manos un cuchillo de juguete, TaeHyung se llevó a su amigo a la habitación, mientras varios reían a carcajadas y HoSeok se decidía a subir una historia a Instagram:
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