SARAH
Seguía actuando de una forma estúpida, no podía sacarlo de mi mente, su sonrisa aún se repetía en mi cabeza como disco rayado. Daniel había comenzado a actuar raro, casi siempre estaba ocupado con el trabajo, pero bueno ,no puedo quejarme, la verdad necesitaba estar sola. El sonido del teléfono sobre mi escritorio me sobresaltó.
— ¿Si? —contesté como si nada.
— Hay un chico llamado Sam que quiere verte, está esperándote en la recepción —
Mi respiración se detuvo, mi cuerpo comenzó a temblar y torpemente tratamudee.
— Enseguida bajo —indiqué entre cortando las palabras antes de colgar, me miré en un espejo y revisé mi estado. ¿qué estoy haciendo?. Dejé el espejo a un lado y con el rostro serio bajé por el ascensor, al llegar lo vi sentado en un sillón viendo el lugar, me escondí tras el muro para observarlo, no había cambiado nada, seguía con ese rostro serio y atractivo, su cabello estaba mas largo, su cuerpo estaba más abultado, y sin querer me imaginé su desnudes. Alejé esa imagen y me acerqué, sus ojos cayeron en mi, y entonces me detuve de golpe al sentir esa misma intensidad y al notar ese inusual brillo que aún me cautivaba, no tuve el valor de acercarme más, así que él decidió acotarlo poniéndose de pie y caminar hacia mi.
— Hola —escuché su melodiosa voz, que ahora sonaba más grave, más varonil.
— ¿Qué haces aquí? —me apresuré a peguntar, fingiendo frialdad.
— Solo quería charlar contigo —indicó con el semblante serio— invitarte a comer algo, hay una cafetería aquí cerca —estuve a punto de decirle que si, solo para que las mujeres que estaban en el lugar no lo mirasen casi devorándolo, pero me endurecí al recordar cuanto sufrí junto a él.
— Estoy ocupada —me excuse.
— Sé que estás mintiendo ,aún tienes esa mala costumbre de parpadear dos veces seguidas cada vez que mientes, porque no sabes hacerlo —dijo con una sonrisa torcida, lo que me incomodó, mis manos comenzaron a sudar y no lograba dejar mis brazos quietos, los movía ,los cruzaba los dejaba caer, no sabía que hacer— ¿estás nerviosa? —preguntó con esa sonrisa que seguía provocando que mi estómago se retorciera por completo. Me sentí vulnerable ante esa persona que amé hasta el punto de dar la vida.
— Claro que no —dije evitando mirarlo.
— ¿Segura? —siguió provocando— que dices ¿vamos a comer? —insistió. No sabia que decir, me paralicé como una idiota ,pero de lo que estaba segura es que no estaría tranquila junto a él, todo lo que provocaba su presencia me daba miedo, una parte de mi estaba a la defensiva, quería evitar volver a sentir todo lo que un día este chico lo hizo, por la desconfianza de que pueda volver a lastimarme aun más o peor.
— No —contesté sin rodeos.
— Hubieras empezado con eso —dijo rendido con una sonrisa caída, decepcionado y a la vez como si ya sabía que diría que no— fue un gusto verte —se volteó, se colocó unos lentes oscuros y se marchó. Cuando desapareció de mi campo visual, solté un ruidoso suspiro que no sabía que estaba reteniendo, mis pulmones se relajaron al igual que mi cuerpo. Que carajo. ¿Por qué tiene que aparecer ahora? ¿a caso sabe justamente cuando entrometerse en mis metas?.
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— Sam fue a mi trabajo y me pidió que charlemos —le cuento a Melanie quien se atraganta con una papa frita.
— ¿Enserio? —se sorprendió.
— Si —confieso.
— ¿Y tú que le dijiste? —me interroga atentamente.
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Mi Amor Eterno : Ayer, Hoy Y Por Siempre.
RomanceSEGUNDA TEMPORADA DE " MI AMOR PELIGROSO" Sam había pasado 4 años queriendo llenar aquel vacío que dejó su primer amor. Su ambición lo llevó a ser un hombre solitario, temido muchas veces, aunque para él, eso no era nuevo. Pero había algo dentro que...