Mi Amor Eterno : Ayer, Hoy Y Por Siempre.

25 - "no habrá una línea recta"

SARAH

Al llegar al departamento me encontré a Daniel y a uno de sus amigo del trabajo, David, un rubio muy lindo y caballeroso.

- Hola Sarah -me saludó con un beso en la mejilla.

- Hola a los dos -dije yendo a mi habitación a quitarme la ropa de trabajo y remplazarla por unos simples jeans y sudadera.

- Melanie quiere que vayas al Bar Stone, está allí esperándote -me avisó Daniel.

- Claro -le dije cansada. Tomé mi abrigo y salí directo a ese bar, al llegar la encontré en una mesa junto a un vaso el que parecía contener vodka- ¿por qué no me avisaste antes? -le reproché al sentarme frente a ella.

- Es que sabía que dirías que no ,así que le pedí a Daniel que te lo dijera, sé que no me dejarías esperando -dijo con una gran sonrisa. Pedimos unas bebidas de nombre extraño y lo bebí lentamente, y era que no me gustaba el alcohol, pero lo necesitaba- y ¿cómo van Daniel y tú con su ruptura y eso? -preguntó mi amiga.

- Pues vamos bien, aún estoy intentando aceptar que Daniel se ha enamorado de esa tal Charlott -dije bebiendo el último sorbo del vaso de cristal.

- Eso me huele a celos -inquirió Melanie con una sonrisa graciosa.

- No son celos, es que... -no logré terminar la frase.

- Está bien amiga y ¿qué hay con el señor malhumor ? -volvió a preguntar. Sonreí por como comenzó a llamarlo.

- Pues, nada hasta ahora, y creo que estamos bien así -hablé con un poco de tristeza.

- Claro, como tú digas -dijo la rubia rodando los ojos. Ella sabía cuanto quería a Sam, pero lo que no sabía era que él y yo, estábamos muy alejados. Bebimos unos vasos más y luego paramos, conversamos de muchas cosas y reímos como adolescentes, me encantaba salir con ella, era tan divertida. Pero una llamada lo cambió todo.

- Daniel -atendí con una gran sonrisa.

- Sarah ¿Melanie y tú están bien? -lo oí exaltado borrándome la sonrisa.

- Si, estamos bien ¿qué sucede? -le pregunté ya preocupada.

- Entraron al departamento y destruyeron todo -contó. Palidecí. Mi amiga me miró alerta al ver mi cara.

- ¿Tú estás bien? -hablé con una contracción inmensa en el pecho, era el miedo.

- Si, estoy bien -me confirmó.

- Iremos para haya enseguida -le aseguré tomando mi abrigo y cortando la llamada- hay que irnos ahora -le dije desesperada a Melanie, quien se asustó. Al llegar al edificio encontramos una patrulla en la entrada, me aparqué en mi lugar de siempre y entré al edificio junto a mi amiga.

- ¿Qué está pasando? -me preguntó la rubia con miedo.

- Entraron al departamento -fue lo único que dije. Cuando las puertas del ascensor se abrieron nos apresuramos al ver a un policía y a Daniel. Ambas lo abrazamos.

- ¿Qué pasó? ¿estás bien? -preguntó como loca Melanie.

- Estoy bien, David y yo salimos a dar unas vueltas y cuando llegué la puerta estaba abierta, destruyeron todo -contó temeroso.

- Lo importante es que tú estas bien -le dije para tranquilizarlo.

- ¿Sarah Elmor? -escuché una gruesa voz masculina. Me volteé y vi a un hombre castaño, con unos precios ojos cafés.

- Soy yo -le confirmé.

- Mi nombre es Ted Makavitt -se presentó- soy un investigador privado que lleva su caso -informó.