SARAH
Los días pasaron rápido, hoy era viernes, último día laboral hasta la próxima semana. Llegué al edificio pensando que era un día normal, pero se esfumó cuando oí el teléfono de mi escritorio sonar a eso de las 9 de la mañana.
— Buenos días, oficina del señor Hill ¿en qué puedo ayudarlo? —contesté.
— Buenos días señorita, quisiera hablar con el señor Hill —pidió una voz femenina detrás de la línea.
— El señor Hill se encuentra en una reunión , si quiere puede dejar un recado —le propuse a la misteriosa muchacha.
— Si ,dígale que su esposa está en el hospital, tuvo un accidente y que requiere urgentemente su presencia —
Mi respiración se detuvo, no podría darle esa devastadora noticia a mi querido jefe.
— Por supuesto, le informaré de inmediato —le avisé con preocupación en mi voz. Al finalizar la llamada, tomé valor y fui a la sala de reuniones. Nerviosa caminaba con mi corazón oprimido por lo debía decirle. Mantente calmada. Me detuve frente a la sala, la cual sus paredes eran de cristal. Logré visualizar al señor Hill allí dentro junto a unos cuantos hombres de traje, rodeando una mesa oscura, todos viendo a un hombre quien al parecer estaba explicando algo. Esperé unos segundos allí afuera con mis ojos clavados en mi jefe y tratando de averiguar como sería su reacción. Traté de relajarme mientras divagaba entre los hombre que estaban en la mesa, hasta que vi los ojos azules de Sam, que me observaban a través del cristal. Mi cuerpo se tensó, mi corazón latió con fuerza y supe en seguida que no podía negar mis sentimientos ante él, con aquella simple mirada hizo que el mal gusto que tenía en la boca se fuera, toda la angustia sobre la noticia que debía darle al señor Hill, se esfumaron. Hasta que decidí bajar la mirada al piso para poder mantenerme recta y distante. No queriendo darle el gusto a mi corazón, ya había sufrido bastante por haberme dejado llevar por él. No volverá a pasar, no volverá pasar...me repetía una y otra tratando de convencerme a mi misma. Minutos más tarde, en los cuales solo mantuve mi vista en otro lugar que no fuera en el rostro serio de Sam, la reunión acabó. Era hora. Me dije a mi misma viendo como todos comenzaban a salir de la sala. Mis ojos chocaron con el señor Hill quien frunció el ceño al verme allí.
— Sarah ¿qué haces aquí? —preguntó confundido al estar frente a mi. Tragué saliva y comencé a hablar.
— Señor, su esposa tuvo un accidente, está en el hospital y necesita de su presencia —le dije sin quitar mi mirada de sus ojos. Él suspiró de sorpresa y en sus ojos llameo el miedo, respiró un segundo y comenzó a ver hacía todos lados, hasta que volvió a entrar a la sala de reuniones, donde Sam aún estaba ,charlando con el chico que estuvo explicando hace unos minutos. Observé como mi jefe hablaba con su jefe apresuradamente, hasta que salió por segunda vez de esa sala y se acercó a mi con su rostro aturdido.
— Vete a casa Sarah, tómate el día —me dijo apresurado antes de irse casi corriendo hacia los ascensores. Suspiré profundo al recordar cuando mi niño condón estuvo en coma, la última vez que estuvimos juntos. Instintivamente mi vista se fijó en la sala ,pero él ya no estaba allí, sino que se encontraba detrás de mi.
— La quiero en mi oficina en 5 minutos ,necesito hablar con usted —habló serio recalcando la última palabra. Caminó hacia los ascensores y suspiré ante sus palabras. Joder.
Fui a mi escritorio, tomé mis cosas y entré al ascensor, oprimí el último piso y mientras éste ascendía sentía que mi corazón iba a explotar por la ansiedad de estar a solas con él, mi pulso se aceleraba a cada piso , mis manos sudaban y el calor subió por todo mi cuerpo. Oh mierda, estaba a punto de tener un ataque de pánico. Mi corazón dejó de bombear al llegar al último piso, las puertas metálicas se abrieron dejándome ver cuatro paredes oscuras con cuadros y decoraciones. Salí del ascensor y caminé unos pasos queriendo ver más, hasta que vi a la chica curvulenta que conocí en la cocina.
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Mi Amor Eterno : Ayer, Hoy Y Por Siempre.
RomanceSEGUNDA TEMPORADA DE " MI AMOR PELIGROSO" Sam había pasado 4 años queriendo llenar aquel vacío que dejó su primer amor. Su ambición lo llevó a ser un hombre solitario, temido muchas veces, aunque para él, eso no era nuevo. Pero había algo dentro que...