12- trabajos

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SARAH

Estaba histérica ,atemorizada, sabía que alguien estaba siguiéndome cuando fui al pequeño mercado que estaba calle abajo, no creí que me pasaría algo y gracias a dios que estaba bien. Entré al departamento sintiéndome a salvo. El tipo sabe donde vivía ahora ¿y si irrumpe éste departamento? ¿y si me hace daño? ¿y si hace daño a Daniel? Oh Daniel, no debía meterte en esto a ti, aquel hombre solo está en busca de mi y si intervienes es posible que te hiciera mucho daño, era algo que no soportaría. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo con tan solo pensar en esas horribles imágenes.

— ¿Sarah? —la voz de Daniel me sacó de mis pensamientos.

—  Ya llegué —dije alto para que me escuchara, ya que estaba en su habitación haciendo quien sabe que. Me volteé hacía la puerta y la cerré con llave y pestillo, suspiré de alivio y fui a la cocina a preparar algo de cenar. A la hora de comer, Daniel pareció tenso y distante.

— ¿Y cómo vas con la búsqueda de empleo? —preguntó rompiendo el silencio incómodo en el que estábamos mientras cenábamos, era obvio que empezaría la charla, no le gusta aquel ambiente.

— Fatal —suspiré rendida— no he conseguido nada y creo que...estoy considerando la oferta de mi madre...no quiero ser una carga para ti —hablé sin mirarlo mientras jugaba con mi tenedor.

— Entiendo —hace una breve pausa— ya te he dicho, haz lo que te parezca mejor para ti —sonaba muy tranquilo, como si no le importara mucho, eso me devastó un poco.

— Está bien —fue lo único que dije. No quería seguir con la conversación, sentí que acabaría derrumbada por su falta de interés.

Al día siguiente decidí ir a ver a mi madre, sabía que seguía enojada , pero no tenía opción. Toqué su puerta un par de veces y me atendió con su rostro serio.

— Hola —la saludé, ella siguió con su rostro neutro.

— Hola —me saludó al fin con algo de molestia en su voz.

— Sé que aún estás enojada conmigo, por eso vine —dije calmada.

— Está bien, pasa —me invitó a entrar a mi viejo hogar— ¿ya haz conseguido empleo? —preguntó directa, rodee los ojos y gruñí para mi.

— No, también por eso estoy aquí —

Mi madre pareció estar entusiasmada de repente.

— ¿Ah si? —me incitó a hablar. Volví a rodear los ojos y me resigné ante esa mujer.

— Aceptaré tu recomendación, si es que aún está disponible —dije con la esperanza de que no fuera así, pero ella sonrió y asintió.

— Arreglaré una entrevista —me avisó con su sonrisa intacta y suspiró de alivio, a lo cual fruncí el ceño extrañada hacía esos gestos.

— Está bien —me rendí. Solo lo hago por mi bien, solo lo hago por mi bien....me repetía en mi cabeza.

— ¿Hacemos pastelillo? —preguntó entusiasmada. Y hay estaba mi madre, adicta a la repostería, era una pena que no pudiera cumplir el sueño de abrir una repostería, sería un gran éxito, todo lo hacía delicioso y no lo digo por ser su hija, sino porque era cierto, tal vez era por el amor y la dedicación que le daba .El día junto a mi madre pasó rápido, había comido demasiado, pero es que los pastelillos estaban sabrosos. A la hora de irme, eran alrededor de las 5 de la tarde ,Daniel ya debía estar en el departamento, que extraño que no me había llamado o enviado mensajes para preguntarme donde estaba, su ignorancia y poca atención estaban jugando conmigo.

— Adiós mamá —me despedí de ella con un abrazo.

— Adiós pequeña, te llamaré cuando tenga la fecha y hora para tu entrevista —habló aún con entusiasmo ¿a caso le alegraba que comenzara a trabajar para el chico que me hizo daño y que estaba revolviendo todo mi mundo?.

Mi Amor Eterno : Ayer, Hoy Y Por Siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora