CAPÍTULO 2

6 1 0
                                    

- Pero... quienes son esas personas – indagó Sango, tragando en seco ante la desconocida Kagome que aparecía ante sus ojos.

-Aquellos que se hacían llamar mi familia. Pero en especial, a mi querida hermana – contestó revelando lo mucho que le desagradaba nombrarla.

- No sé qué te hayan hecho Kagome – dijo Kouga interviniendo por primera vez luego de recuperarse de la impresión – Pero, por favor, has logrado superar algo que pocas personas tienen la voluntad de superar, no dejes que ese rencor nuble la nueva oportunidad que tienes de vivir.

- Lo siento – respondió sin inmutarse ante la súplica – Se bien que lo no comprenden, pero es mi decisión volver, debo hacerlo.

- Está bien – aceptó el joven – Pero tu tratamiento no está completamente terminado Kagome es un riesgo muy grave.

- Ya no tengo tiempo – explicó mientras su mirada se volvía triste – la muerte de mi abuela... ha cambiado la situación. No puedo postergarlo más, debo regresar a Tokio, inmediatamente...

Los tres se encontraban esperando que se anunciara la salida del vuelo hacia Tokio, prácticamente no hablaban, cada uno se encontraba sumido en sus pensamientos. Finalmente la salida fue anunciada por el altoparlante, Kagome se puso de pie, seguida de Kouga.

- Kouga, no es necesario que lo hagas – dijo haciendo un último esfuerzo para intentar convencerlo

- Esta decidido Kagome – negó el joven – Te acompañaré a Tokio, al menos quiero asegurarme de que te dejaré ubicada. Aunque sólo puedo ausentarme un par de días del hospital – añadió

- Por lo mismo – contradijo

- Kagome, soy tan o más testarudo que tú, así que no ganas nada con insistir – concluyó

- Este bien – aceptó finalmente resignada.

- ¡Demonios! – Exclamó Sango repentinamente – A mi no me es posible ausentarme esta semana, por ello no podré ir con ustedes – añadió acongojada

- Descuida, con la compañía de Kouga es más que suficiente, no hay necesidad que te molestes también en acompañarme.

- De eso nada... No te librarás tan fácilmente de mi Kagome – amenazó su amiga – Recuerda que prometiste esforzarte al máximo en tu siguiente sesión y te haré cumplir aunque tenga que seguirte a Tokio para que lo hagas, y te advierto que te castigaré con muchas horas extras – dijo con una maliciosa sonrisa provocando la risa de los otros dos. Kagome se acercó a ella, tomando las manos de su amiga, mirándola con cariño.

- Te estaré esperando – contestó

- Cuídate mucho Kagome – le pidió abrazándola fuertemente – En algunas semanas saldré de vacaciones, y podré estar un tiempo contigo. Te lo prometo – dijo volviendo a abrazarla.

- Gracias – susurró Kagome

- Vamos, vamos! – Interrumpió el joven – Se están despidiendo como si no fueran a verse en muchos años, mientras hablan apenas de semanas. ¡Mujeres!

- ¿¡De qué demonios hablas!? – Increpó Sango molesta – Eres tú el que canceló todo para ir con ella. No tienes derecho a criticar mi tristeza.

- Jaja... lo lamento – se disculpó levantando las manos en señal de rendición al ver que la joven se acercaba en actitud peligrosa a él. Kagome rió divertida. En ese momento se escuchó el último llamado para abordar el vuelo.

- ¡Nos veremos pronto! – gritó Sango antes de que desaparecieran, Kagome sonrió y le hizo una señal de despedida

El capitán de vuelo anunciaba que dentro de unos minutos aterrizarían en el aeropuerto de Tokio lo que hizo a Kagome apretar inconscientemente la mano de Kouga.

Nisshoku no kokoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora