Capítulo 10

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Collins

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Collins

Amanda intentó tomarme el brazo para impedir cualquier idiotez, pero yo ya iba camino a Issia. Me importaba poco si se enojaba por la forma en que iba a pedirle que nos fuéramos, pero además de que estaba ardiendo en celos al ver a ese tipo tan cerca de ella y comiéndosela con la mirada, Tayler estaba cada vez más cerca de ambos.

—Espera un momento —siseó Amanda, está vez jalándome del saco—. Creo que tienes que decirle la verdad —negué rápidamente—. Debes hacerlo, créeme es mejor que lo sepa ahora, y sácala de aquí, ¡Ya!

Me empujó, pero antes de llegar hacía Issia, giré levemente mi cabeza buscando a Tayler, quien se me había perdido de vista.

—Tienes que distraer al chico a su lado, y por lo que más quieras intenta sacarlo y que no se entere que tu y Tayler son hermanos —Ella asintió—. Y también saca a Cameron, está en el otro pasillo; es un poco sospechoso, si puedes averigua que hace aquí.

Volvió a asentir y luego caminó rápidamente junto a mí, hasta llegar a donde mi muñeca y Damien hablaban muy alegremente.

—Muñeca, te estaba buscando —La tomé del brazo gentilmente consiguiendo que diera algunos pasos lejos de Damien y luego la atraje a mí cuerpo rodeando su cintura con mi brazo—. Hay que irnos ya.

—¿Irnos? —La pregunta salió con bastante confusión de sus labios.

—Hola, guapo. ¿Te han gustado las fotografías? Yo soy la artista —Amanda tomó a Damien del brazo y lo jaló bastante lejos—. Voy a darte un recorrido —Y sin más ambos desaparecieron en el siguiente pasillo.

Hice lo mismo con Issia y la llevé conmigo a un pasillo bastante alejado, evitando que observara con detenimiento cada una de las fotografías frente a ambos, hasta detenernos en rabia. Nos habíamos movido con bastante agilidad y rapidez, por lo que al detenernos, Issia se giró a observarme con el ceño fruncido mientras daba un paso lejos de mí.

Aún no me sentía seguro, pero al menos podía estar tranquilo por algunos segundos hasta conseguir sacarla de aquí. Según Amanda la salida no estaba tan lejos una vez llegabas a este pasillo, había visto un croquis de le exposición días antes.

—¿Qué fue eso?

—¿Qué cosa? —intenté hacerme el desentendido.

—Eso de sacarme casi corriendo del pasillo sin dejarme siquiera despedirme de Damien o Amanda, y encima traerme casi al final de la exposición sin permitir que viera las demás fotografías.

Estaba enfadada, podía percibirlo a la perfección.

Respiré profundo antes de comenzar a hacer justo lo que Mandy me indicó.

—No es seguro que sigamos aquí —inicié, porque las palabras por si solas no salían de mis labios.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

Hasta que la olvideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora