Capítulo 15

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Issia

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Issia

Tomé entre mis manos la taza de té que Collins llevó para Cameron, y la coloqué sobre la mesa de centro, al ver que ella aún no deseaba quitar el hielo de su mejilla.

La observaba tan tranquila luego de aquello, y me preguntaba como era posible que pudiera contenerse tan bien. Después de sollozar unas cuantas veces más y negarse rotundamente a decirme el nombre del malnacido que la había atacado de tal manera, me pidió que la acompañara hasta su casa, y no exactamente por miedo a que su agresor volviera a atacarla, pues me aseguró que él no llegaría, lo hizo porque por primera vez desde que la conocía, ella necesitaba de la compañía de alguien más para no desvanecerse.

Decidimos irnos en su auto, y claro, Collins nos siguió porque también le preocupaba el estado de mi mejor amiga, incluso propuso llevarnos a ambas, pero Cam se negó rotundamente a dejar su auto.

Por primera vez, luego de muchos años, estuve detrás de un volante, y aunque en un principio la idea no me agradó del todo, e incluso me sentí temerosa de hacerlo, tomé un respiro y decidí que el miedo nunca más me iba a impedir hacer algo. Como lo dijo el doctor Johansen, el pasado era pasado, y no iba a cambiar, pero yo sí podía hacerlo ahora.

Cameron tampoco se vio muy convencida con mi decisión, pero a fin de cuentas, era eso o dejar su auto, porque de ninguna manera iba a permitir que manejara en ese estado.

Y aunque llegué decidida a abrazarla durante toda la noche y limpiar sus lágrimas, como ella había hecho conmigo muchas veces antes, una vez en su casa, cambió por completo. Ya ni siquiera lloraba, parecía haber perdido todo rasgo de sentimiento y emoción, tan sólo parecía absorta en sus propios pensamientos.

En un principio creí que se trataba de una clase de disfraz para evitar que sus padres le hicieran preguntas, si es que la llegaban a ver, aunque lo cierto es que por como tenía su rostro, quizás lo que menos les importaría sería si lloraba o no. Mentalmente me preparé para darle una explicación a sus progenitores, aún cuando ni yo tenía idea de que era lo que había pasado, pero dejé de darle vueltas a mi mente cuando mencionó que por suerte ellos no llegarían esa noche.

De alguna manera, sentí un alivio ante ello, conociendo a sus padres lo más seguro sería que pegarían el grito en el cielo y harían toda una noticia de aquel suceso, y por como hablaba Cameron de ellos, estaba segura no era algo que deseaba.

—Se va a enfriar tu té —señaló Collins, mientras yo me mantenía absorta en buscar una explicación con tan sólo ver el rostro relajado de Cameron.

—¿Le dijiste a Brenda que se fuera?

Mi novio asintió, mientras lanzaba una risa sin chiste alguno, seguramente pensando lo mismo que yo:

"¿Cómo Cameron podía seguir siendo una mandona en momentos así?"

—Detesto el té, Issia —me recordó, pero aún así se lo tomó, cuando la observé de la misma manera en que ella me observaba cuando quería que hiciera algo.

Hasta que la olvideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora