քʟaʏ ✿ƒ ɦʊռtɛʀs {°•IDENTITY V•°}

retour

Bien han de haber pasado al menos 3 semanas desde la partida del mercenario.

Tres semanas,en las que se dedicaron a retornar y calmar las cosas,como siempre se debió hacer.

Leo y freddy establecieron las reglas,unas reglas pacificas que fomentaban el orden y tranquilidad que deseaban tanto ellos como el resto u el anfitrión.

Los primeros días de aquellas semanas,jack estuvo cuidando del estado de su querido conde,pues tras la revisión que le hizo lo llevo a un estado sobre protector,y el único superviviente que permitía que se acercara a él,era a la doctora emily,la cual le prevenía con analgésicos y vendajes.

Ahora jack podría decir lo bien que le caía a comparación del resto.

Cada que entraba a la habitación de descanso de joseph,le encontraba mirando por la ventana o sentado durmiendo al borde de esta,con lo cual la mayoria resultaba en el dejándolo en su cama para que descansara debidamente.

En uno de esos días,en aquellas tres largas semanas,se dedico a fijar la vista hacia lo que miraba,y se sorprendió tanto como se enternecio de lo que veía.

Allí,en el jardín,se encontraba una linea de huerto de las flores brillantes del bosque,seguramente plantadas por la señorita emma para embellecer nuevamente los jardines secos.

Al rededor un sin número de flores y frutos coloridos y llamativos.

Decidió que con su recuperación lo llevaría allí.

Se movió alrededor de la habitación de su amado,admirando con la cara destapada aquellas fotografías tomadas por él.

Tan únicas y perfectas como su amor.

rozo con sus garras las cámaras apagadas,sin llegar a estropear,recordando como la mecánica se había ofrecido a arreglarlas todas en ofrenda de paz.

Le agradecía de todo corazón a aquellas supervivientes,por hacerle ver que no todos los supervivientes eran iguales a quien odiaba.

Carl aesop

Odiaba su presencia,detestaba cada que tenia que verle por allí,aunque disfrutaba de cierta manera el hecho de que estuviera sufriendo.

Desde el día en que subedar abandono el área de las mansiones,se había estado moviendo de aquí para allá,ayudando en todo,ganando confianza nuevamente,siendo leal y arrepentido.

Pero para el era una vil mentira cubierta con flores de rocío.

Poco podía importarle,cada vez que joseph redirigía su atención.

Cantarle,ayudarle en lo que necesitaba y darle amor era un lujo del cual podía vivir el resto de sus días.

Y esas sonrisas mañaneras,dedicadas a su ser,eran más que suficiente para recordarle lo que era amor y compasión.

Había vuelto a escribirle cartas,y se dio cuenta de que las guardaba en una pequeña caja de madera,que se empezaba a rebalsar.

No era un observador compulsivo,o era lo que deseaba creer.

Se encontró así mismo volviendo de sus pensamientos,cuando aquel que la inundaba se removió entre las sábanas,y lo único que pudo hacer fue sonreír.

Enserio lo amaba.

Para aesop las cosas no iban mal,pero tampoco eran perfectas.

Su arrepentimiento era tan profundo como la desconfianza de sus compañeros y de los cazadores.

Las miradas lo ponían nervioso o ansioso constantemente,toda una semana de ellas.

Se había ofrecido desde el día en que su querido amigo se fue a hacer cualquier trabajo en el que pudiera ayudar.

Los pedidos llegaban,y sabia que abusaban de ello,pero no le afectaba,pues era lo más cercano a un castigo de lo que se merecía.

A las dos semanas,sus amigos se acercaron nuevamente a el,mientras ayudaba a emma  a sacar maleza de los huertos de flores.

Eli fue el primero en tenderle la mano,y sintió ganas de llorar intensamente.

Con el se acercaron Norton y William,y seguido de ellos los demás.

Terminaron con un hermoso jardín que adornaba ambas manciones.

Se encontró perdido para cuando pensó "como quisiera que naib estuviera aquí para ver esto".

A los primeros días de la tercera semana,su ansiedad aumentaba,tenia a sus amigos y compañeros devuelta,si,a algunos cazadores ya no les importaba o no lo miraban con odio,si.

Pero es que la convivencia no era el problema,tampoco el perdón,y mucho menos la negligencia.

El problema era que su mejor amigo inundaba su mente cada que sentía que avanzaba.

Naib naib naib

¿estaria vivo?,¿se encontraría bien alimentado?,¿enserio lo han de haber castigado en su lugar?

Y más,cada vez más preguntas.

Al quinto día de la tercera semana,ya no podía siquiera dormir por pensar en él y en como se encontraría.

Lloraba por él,soñaba con él,y se encontraba debatiendose en nuevos sentimientos encontrados por él.

Finalmente,tres semanas se cumplieron.

Tres semanas sin sus chistes malos y sin su parloteo,sin sus atracones de media noche y sin sus locas ocurrencias.

Tres semanas deprimido y rogando su perdón en susurros vacíos y planos que se iban con el viento.

Ahí se encontraba el,abatido,sentado vagamente en un banquillo blanco que solo lo deprimía más.

Con pensamientos que se desviaban por si solos cada que veían la oportunidad.

- espero que estés pensando en mi -

Casi juró escuchar su voz provenir de algún lado

- lo hago... - susurro,para luego escuchar una risilla tonta provenir de enfrente de él.

Se alarmó al instante,levantando rápido la vista y encontrándose con lo que menos esperaba.

Sus lágrimas no tardaron mucho en aparecer y viajar por sus mejillas para empapar su mascarilla a gusto.

Parado,con sicatricez y rasguños en brazos,vendajes por aquí y por allá,y una bolsa al hombro como un soldado regresando vivo de vietnam.

Su sonrisa era imborrable,por que allí estaba,aunque acompañada de un sonrojo desprevenido.

- que hay de nuevo viejo - seguía riendo,y dando al resalte su buen humor con malos chistes.

Aunque en ese momento no le importaba.

Se levanto con frenesí y se abalanzó a abrazarlo,deteniendo su risa y siendo recibido por aquellos brazos vendados hasta las puntas de los dedos.

- yo también te extrañe - al fin dejaba aquel tono bromista,pero sin abandonar la felicidad.

Aesop definitivamente se dedicaría a naib subedar de ahora en adelante.