El concilio de Elrond

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•Estoy durmiendo después de que a las tantas de la madrugada despertara otra vez con ese horrible sueño. No se que hora es pero unos golpes en la puerta me despiertan, me tapo la cabeza con la almohada y suelto un gruñido, pero los golpes siguen.

•-¡¿que?!.

•La puerta se abre y me siento en la cama. ¡no me lo puedo creer!. Una cabeza rubia con ojos azules se asoma por la puerta y me mira con una sonrisa pero las mejillas algo rojas.

•-en media hora empieza el concilio, Mithrandir me dijo que te viniera a  avisar- abre mas la puerta- por cierto te perdiste el desayuno así que toma.

•Posa dos bollos de pan en la pequeña mesa que hay al lado de la puerta y se da la vuelta cerrando la puerta.

•-date prisa, no van a esperar a nadie. Se esta a la hora o si no adiós.

•Me quedo sentada en la cama sin reaccionar, ¿Qué ha pasado? ¿pero como sabe que esta es mi habitación? ¿pero...?. Gandalf....

•Me levanto de la cama, me visto y me hago dos trenzas pequeñas a cada lado de la cabeza para atarlo por atrás en el medio. Por ultimo cojo mi capa negra y las dagas.... Solo hay una, ¿y la otra?. Miro por todas partes hasta que se me viene la inspiración a la cabeza y miro la pared, aun sigue ahí clavada. Salgo corriendo de la habitación y me reúno en un lugar donde se concentran un par de elfos, hombres, Gandalf entre ellos, Frodo y enanos. ¡Enanos!, madre mía, enanos. Cuando llego a su altura el grupo entero de enanos se me queda mirando y deja de hablar de lo que fuera que hablasen. Ruedo los ojos por debajo de la capucha y me coloco en una esquina apartada un poco de todos. Algunos hombres me miran de reojo y entre ellos se preguntan que quien soy, ja que ilusión «que se note el sarcasmo por favor».

•Unos minutos después las puertas se abren y entramos a un pasillo que da a una gran plataforma con unos tronos de piedra, una mesa en el centro y alrededor de la mesa y los tronos unas sillas. Entro la ultima y cuando me quiero dar cuenta solo queda un sitio libre, tenían que ser justas las sillas, no podían ser mas. De mala gana me siento en la «zona de los elfos» lo digo así porque la gente se ha dividido en hombres, enanos, elfos y Gandalf con Frodo. Me siento cruzando una pierna por encima de la otra, tengo a Gandalf a mi derecha y a mi izquierda a Legolas... ¡pero bueno me persigue!, gira la cabeza hacia mi y sonríe para volver a su conversación con otro elfo. Siento una risa a mi espalda y me giro para mirar a Gandalf que silva inocentemente y a Frodo intentando aguantar la risa. De golpe todo el mundo se queda en silencio y Elrond entra en el lugar seguido por sus dos hijos. Se sientan en los tronos y el concilio comienza.

•-forasteros de tierras lejanas, amigos de siempre- se levanta- habéis sido convocados para atajar la amenaza de Mordor. La Tierra Media se encuentra al borde de la destrucción. Nadie puede escapar a ella. Debéis uniros o pereceréis.

•Todos nos miramos unos a otros y Elrond sigue.

•-toda raza se enfrenta a este destino a esta maldición.

•Nadie dice nada y el se sienta. Gandalf empieza a hablar de la traición de Saruman y lo que sucede en Isengard. Presto atención, pero no tomo partido en las discusiones que se forman a mi alrededor hasta que el lamento de Legolas a mi lado si me interesa.

•-¡Ay! ¡Ay!- parece de veras preocupado- Las noticias que me ordenaron traer tiene que ser dichas ahora. No son buenas, pero solo aquí he llegado a entender que malas pueden ser para vosotros. Smeagol, ahora llamado Gollum ha escapado.

•El tema había ido aparar en Gollum, Legolas cuenta todo del ataque en el Bosque Negro. Cuando acaba de hablar Aragorn pregunta que seria de el y me doy cuenta de que ahora me toca a mi.

Un futuro A tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora