Capítulo 1.

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Odiaba lo que me había pasado. Mi hermano siempre me había odiado, yo lo sabía, pero ¿me odiaba tanto para haberme dejado con simplemente cien dólares en un pueblo que nunca en mi vida había escuchado de su existencia? Al menos podría tener algunos muebles de nuestra antigua mansión y todas mis cosas.

Hace dos semanas, cuando me dijeron que mis padres habían muerto en un accidente de nuestro jet privado, algo murió dentro de mí. Sentía un vacío que no era capaz de describir. No era la misma y realmente no creía poder volver a ser la misma.

Vaya que tenía razón.

Mis padres eran demasiado inocentes para darse cuenta de que Alexander, mi hermano, siempre me había odiado. Él tenía veintidos años, yo solamente diecisiete, así que básicamente lo dejaron a cargo de toda la fortuna hasta que yo cumpliera la mayoría de edad. Mi hermano aprovechando su poder, me mandó a éste lugar de mala muerte hasta entonces. Lo peor: nadie estaba a mi favor, todos amaban a Alexander y lo apoyaban. ¿Por qué? Simplemente porque a mí me odiaban sin explicación alguna. Bueno, tal vez porque yo era la favorita de mis papás y la verdadera heredera de toda la fortuna Evans que mi papá había logrado hacer.

Mis piernas estaban entumecidas de tanto estar sentada. No habíamos parado y admiré que Charles aguantara tanto tiempo manejando. Pero así era Charles de fiel. Él y Olga, su esposa eran mis segundos padres y los echaré muchísimo de menos. Comencé a sollozar de solo pensarlo.

-No sé cómo sobreviviré -comenté viendo la ventana -creo que Alexander y toda mi familia en general, quieren que me suicide, por eso me están haciendo esto.

-Señorita Tiara, usted no puede ser tan negativa -Alexander me reprendió -a parte, piense el lado positivo: solamente será un año. Una vez usted cumpla los dieciocho, volverá a tener una fortuna y podrá irse a vivir a donde se le plazca.

Suspiré y sentí mi barbilla temblar. A mí siempre se me hacía que el tiempo pasaba demasiado rápido pero desde que mis padres murieron, los días eran eternos. Un año sería una eternidad para mí.

-Espero que sí porque conociendo a Alexander, a lo mejor e impide que yo tenga mi parte de la herencia.

-No se preocupe, si eso pasa, yo intervendré. Pelearé por usted porque sé que ahorita no tiene fuerzas para hacerlo por usted misma -Sentí la mirada cansada de Charles viéndome pero yo no me atreví a verlo porque sabría que rompería en llanto.

No quise comentar más al respecto. La voz del GPS anunció que estábamos a media hora de llegar y yo comencé a inhalar y respirar profundamente. La ansiedad me estaba carcomiendo, pero si no lograba controlarla, sabía que era capaz de desmayarme y hacer un show. Ya no era esa chica, ahora era una que estaría sola y que tenía que sobrevivir por mí misma.

Mientras yo estaba respirando con los ojos cerrados, Charles me recordó por enésima vez que las cosas de nuestra antigua mansión llegarían dentro de dos a cinco días hábiles. Al menos tendría eso. También me recordó Charles que el servicio de internet y teléfono tardaría un poco más, pero que volvería a tener. Qué bueno, así mantendría informados a mis veinte mil seguidores de Instagram acerca de mi nueva horrorosa vida.



El GPS empezó a dar instrucciones de girar a la derecha, a la izquierda y cuando creí que nos habíamos perdido en un bosque rodeado de árboles, pude visualizar una T enorme hecha de cemento y pintada de colores. Estaba sobre una montaña pequeña de piedras y había flores alrededor. 

-¿LLegamos? -pregunté.

-Hemos llegado al destino -anunció la voz robótica del GPS y yo puse los ojos en blanco.

TiaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora