Capítulo 41.

4.6K 252 39
                                    

-Ian, amigo –Diego lo intentó tranquilizar. Él yacía parado, viendo mi cuerpo semi desnudo.

-Sé que tú no hiciste nada –le dijo sin despegarme la mirada -¿Qué intentabas hacer exactamente, Tiara? ¿Qué te follara?

No tenía fuerzas para pelear. Ni siquiera para enojarme.

-No, solamente quise demostrarle mi gratitud.

-¿Dándole tu cuerpo? –alzó una ceja y se acercó a mí -¿estás acaso loca? Eres mi novia, Tiara, ¿por qué carajos lo besaste? Y no solamente fue una vez, fueron dos y porque tú lo quisiste. Lo vi todo.

-No sé por qué lo hice. Diego me defendió de tus ex parejas que vinieron a golpearme. Solo Diego. Y mira –le enseñé mi abdomen marcado –esas fieras me aporrearon y me marcaron para siempre como una egoísta. Ah claro, como tú lo hacías antes de que fuéramos algo.

-Chingada madre, Tiara. El hecho de que Diego te defendiera no tiene nada que ver con besarlo en la boca. No solo una vez, sino dos veces. Y eso de que eres egoísta ya no te lo he dicho, carajos. Eso fue antes, antes de que estuviera enamorado de ti–gritó.

Tenía razón. No tenía nada que ver que me salvara con besarlo y tampoco era muy útil recordarle que me había dicho que era una egoísta. Me sentía rídicula, pero a la vez, ¿por qué se ponía así? Si él también había cometido varios errores en el pasado.

-Bueno, ¿por qué sigues entrando a mi casa sin mi permiso, Ian?

-Toqué la puerta como diez veces, no me abriste -entornó sus ojos -ahora veo por qué. Mi novia se estaba besando con mi puto amigo estando semidesnuda...

Me reí gritando.

-¿Y por qué te pones como la víctima? Te recuerdo que tú también llegaste a hacer cosas que me hirieron a más no poder en el pasado y yo te los perdoné. Y carajos, vaya que me cuesta perdonar cuando le abro mi corazón a alguien y éste me lo destruye.

-Pues muy fácil que perdonaste a Diego –dijo casi susurrando y yo pelé los ojos. Ok, ahí tenía razón, pero en sí... Diego no me había hecho nada malo, todo fue por Ian –y lo que hice... ok, sí, fui un idiota. Pero ya te pedí perdón por todo y no he hecho nada para demostrarte que no es sincera mi disculpa, ¿o sí? Y aparte, eso fue antes de que fuéramos novios, Tiara.

Puse los ojos en blanco. No quise discutir. Simplemente bufé y me acosté en las almohadas, mirando al techo. No quería hablar con él ahorita. No era justo ni para él ni para Diego. Me sentía estúpida por lo que hice.

-Por favor, Diego, cuídala –Ian le imploró cansado y rindiéndose.

-¿Qué? –pregunté yo alzando la voz -¡No! Ian, ven acá, yo quiero estar contigo, ¿qué te sucede?

-¿Lo harías por mí? –le preguntó Ian a Diego, ignorándome completamente.

-¡Ian! –grité y me intenté incorporar. Me dolió muchísimo el cuello.

Ian se fue, dejándonos solamente a Diego y a mí en un incomodísimo silencio en donde ni él ni yo, sabíamos qué hacer. Yo me acosté mientras Diego fue a preparar un té de manzanilla para relajarnos los dos. Pero incapaz de poder tolerar más emociones, me desmayé, quedándome completamente dormida e inconsciente. Bien me pudo haber robado todo Diego, pero a mí no me importó, solo quería descansar.

Desperté con una nota de Diego alado de mí en mi cama. Decía que cualquier cosa que necesitara, lo llamara y él vendría corriendo. Estaba trabajando, yo lo sabía, así que no lo molestaría pero su detalle fue lindo. Me incorporé sintiendo mi cuello, mi espalda y mis costillas punzar de dolor. Me visualicé mi pierna moreteada y con algunas rasgaduras. Quise bostezar pero me dolió si quiera abrir la boca. Por Dios, vaya aporreada que me habían metido aquellos ex novios ardidos. Me dolió recordar qu Ernesto no hizo nada para salvarme, pero tampoco hizo nada para lastimarme.

TiaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora