Estaba jadeando. Me sentía horrorizada porque estaba todo oscurecido y varias personas me miraban con lascivia mientras yo pasaba. Hubiera corrido de no ser porque traía mis tacones. Solamente caminé rápido y ahí me di cuenta de que necesitaba ir al gym otra vez.
Una vez llegué en quince minutos, entré en conciencia. ¿Qué rayos estaba haciendo aquí? O sea yo quería explicaciones sobre lo misterioso que eran los tres, pero ¿cómo las iba a obtener y sobre todo, en un lugar donde Ian y Diego eran strippers? Realmente no había pensado en el plan, solo me dejé llevar por mis emociones trituradas y terminé aquí, otra vez.
Noté con impresión que la mayoría de gente que estaba rodeando el lugar eran chicos gay. Solamente visualicé a unas tres mujeres quienes estaban siendo acompañadas de hombres gay. No entendía por qué de pronto el lugar se había vuelto tan LGBT+ pero algo que sí sabía era que no era coincidencia y que algo estaba a punto de pasar.
Me acerqué a la cola y el mismo guardia de la vez pasada, estaba vigilando. Noté con horror que tenía un ojo morado y la nariz con un parche. No éramos íntimos amigos como para preguntarle qué rayos le había pasado, pero, por mucho que intentaba quitarme la idea, pensé que fue por mi culpa y que el que le había hecho eso fue Ian. No quería confirmar nada, así que fingí que no tenía nada en el rostro llamativamente deformado.
-Hola –saludé con amabilidad y seducción como la vez pasada.
-¿De casualidad tú eres Tiara? –preguntó de pronto.
Lo miré asustada, espantada y estuve a punto de huir de ahí. ¿Cómo se sabía mi nombre?
-Amm... ¿quién pregunta? –pregunté mirando a todos lados histéricamente –no pienso contestar nada.
-Sí, sí eres tú –confirmó.
-Claro que no –mentí con voz aguda –me llamo... Jazmín –ese era el nombre falso que siempre utilizaba en situaciones donde no quería dar mi verdadera identidad.
-Ian quiere meterte la verga –me ofendió y yo le di una cachetada estrepitosa, llamando la atención de gente que estaba rodeando el lugar.
-¡Asqueroso! –le grité.
-Sí, eres Tiara –se rió mientras se frotaba la mejilla –Míster O me dio un mandato de decirle a cualquier mujer que se presentara lo que acabé de decirte. Dijo que solamente la verdadera Tiara me golpearía o reaccionaría de alguna forma que fuera de ofensa. Efectivamente, eres la única.
Me odié más que nunca.
-Oh... vamos –puse los ojos en blanco –bueno, sí soy Tiara, ¿y eso qué?
-Eres menor de edad –me recordó y yo volví a poner los ojos en blanco.
-Vamos, ya entré una vez y ¿qué crees? No pasó nada.
-¿Te refieres a cuando dramáticamente gritaste que eras menor de edad y que Ian te estaba violando? –alzó una ceja.
Increíble que todavía me odié más.
-¡Bueno, ya! ¿Qué tiene? No bebo, no fumo, no hago nada de eso que no es legal para mi edad.
-Pero estos shows son para mayores de edad y sobre todo hoy.
-¿Por qué sobre todo hoy? –pregunté curioseando.
-Porque hoy es un show de sexo en vivo –me dijo con un t ono de voz como si fuera obvio –¿no viste el letrero?
Volteé y vi un letrero que decía: "Show de porno gay en vivo". Qué tonta y analfabeta me sentí. Sonreí con vergüenza.
-Ah... ¿Me dejas entrar?
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Tiara
RomanceYo, Cristal Tiara Evans, tenía una perfecta vida de multimillonaria, ¿cómo rayos fue que lo perdí todo y terminé en un pueblo desconocido con un vecino que se presentaba desnudo en mi casa? Y por si fuera poco, él era mi nuevo maestro y también, una...