Capítulo 47.

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Estábamos en la casa de Ian. Yo ya no supe nada de Alexander y tampoco le llamé para saber cómo estaba. Entre menos supiera de él, mejor para mí. Ian seguía enfermo y al parecer, el efecto del té se le había pasado porque quería estar en reposo; pero tenía que calificar las entregas de parciales de todos sus alumnos tanto de nuestra carrera, como de las otras donde era maestro. Así que me invitó a su casa para que yo hiciera tarea mientras él trabajaba. Se veía hermoso a más no poder acostado con una toalla húmeda en su frente y con su laptop entre sus piernas. Yo estaba sentada en la mesa frente al sofá, viéndolo todo el tiempo. Era un hombre demasiado atractivo, no podía perderme la oportunidad de dejar de verlo.

Estábamos calmados. Solo se escuchaba el teclado de su laptop y la pluma rayando mi hoja del cuaderno. De vez en cuando nos decíamos algún comentario chistoso pero no entablamos conversación. Era un silencio a gusto y me impacté de que Míster O se pudiera comportar por una vez en su vida como un hombre profesional y serio.

-Oye... -le hablé una vez me acordé de su trabajo. Levantó su vista y me sonrió.

-Mande, corazón.

-Yo... quería saber si tú...

-¿Si sigo siendo stripper? –preguntó y alzó una ceja que se perdió debajo de la tela de la toalla.

-¿Cómo supiste? -pregunté avergonzada.

-Porque se te nota a kilometros de distancia la incomodidad -sonrió -es eso o quieres tener sexo conmigo enfermo.

-Oh por Dios -me alteré ante sus palabras -no, sí es eso de stripper. ¿Todavía lo eres?

-Pues no lo sé. Ya no he ido... pero me gustaría volver –confesó y yo puse una mano sobre mi pecho dramatizando todo. Era broma, pero su ceño fruncido me anunció que no la había detectado –oye, tranquila, ahora eres mi novia. Ya no haré las estupideces que antes hacía.

-¿Cómo cuáles?

-Tiara...

-Solo dime, ¿sí? –parpadeé varias veces fingiendo inocencia. A él se le iluminaron los ojos.

-Carajos, nena, tenemos que tener un juego de roles algún día, lo harías tan jodidamente bien. –me guiñó un ojo y me sonrojé –Pues yo antes tenía sexo con la persona que más pagara por mí después del show.

-¿Con cualquier persona?

-Con cualquiera –frunció su nariz –estaba desesperado por dinero.

-Oh...

-Sí... pero si vuelvo, solo haría un show sin subir a nadie al escenario o tener sexo después del show –sus ojos se iluminaron con perversión –al menos que una chica guapísima, sensualísima, que estoy viendo ahorita mismo y que me tiene loco quiera subir conmigo al escenario...

-No –fingí terror excesivo –eso sí que no...

-Oh vamos, ya tenemos un vídeo porno –me guiñó un ojo.

-Pero es diferente, ese es sólo para nosotros... ¿o lo piensas compartir con alguien? –se me secó la garganta de solo pensarlo. Él frunció su ceño.

-¿Cómo por qué chingados crees que me gustaría que otros hombres te vean desnuda, haciendo squirt? Esa vista solo es para mí –contestó enojado.

Sonreí y él a pesar de que le enojó pensar en aquello, también sonrió.

-Pero volviendo al tema, a lo mejor sí vuelvo a hacer un último show. De despedida... ¿te molestaría?

-Sí. No me gusta la idea de que otras personas te vean –hice pucheros y sus ojos se iluminaron, otra vez.

-Princesa, ellos solo ven, tú me tienes –sonrió para calmarme y lo logró.

TiaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora