Mientras la nieve caía sobre las tierras de los dragones y en el reino de Mesarthim, más y más barriles se abrieron dentro de la cantina.
Con la felicidad y la emoción de un futuro ataque, los rebeldes bebieron hasta el amanecer. Se permitieron relajar durante aquella noche, reposar de la resaca al día siguiente, y cuando la luna saliese una vez más, prepararían todo lo necesario para el día del Festival de invierno.
Pero por esa noche bebieron, se emborracharon. Platicaron y recordaron el éxito adquirido desde que el príncipe se unió a ellos. El mismo príncipe de cabello bicolor que, a ese punto de la madrugada, ya estaba bastante borracho.
Inasa jamás creyó ver aquel lado del príncipe.
No era un borracho hablador, no, mantenía la tranquilidad y el silencio al igual que en su estado normal, pero sonreía. Y, cuando algún rebelde le preguntaba sobre algo que le gustara o le disgustara, Shouto daba todo un discurso y hablaba casi sin respirar entre cada frase, y cuando ya los argumentos se le acababan, volvía a callar y a sumirse en su actitud de borracho silencioso, bebiendo lentamente, murmurando que deseaba un trago más cuando el vaso se vaciaba, escuchando pacientemente hasta que volvían a preguntarle sobre algo respecto su persona.
Así, cuando los rebeldes le preguntaron sobre como se sentía hacia el Rey, Shouto despotricó contra su padre por al menos media hora, y la mayor parte de los rebeldes, tan o más borrachos que el príncipe, se mantuvieron atentos a sus palabras.
Luego, cuando terminó de despotricar contra el Rey, Shouto dio un discurso ebrio de quince minutos con aires bastantes políticos, en el cual prometió que haría del reino un lugar mejor, que siempre velaría por las necesidades de su pueblo y que iba a ejecutar a su padre en la plaza principal del reino y bailar sobre su sangre. Cabe añadir que cuando terminó su discurso, los rebeldes exclamaron en felicidad, alabaron al príncipe y uno que otro lloró mientras abrazaba a su compañero.
Inasa no quería imaginar que tan escandalosa sería la celebración si es que el ataque del día del Festival resultaba exitoso.
Siendo una de las pocas personas que se mantenían completamente sobrias, su trabajo era velar por la seguridad de los rebeldes, y más que nada del príncipe. Observó el reloj de pared; marcaba las cuatro y media de la madrugada. El invierno traía más tarde al sol, pero aun así la guardia cambiaba siempre a las cinco y media de la madrugada, sin falta. Debían regresar al palacio antes de que los guardias que estaban contra el Rey fuese re-ubicados y su entrada fuese más compleja.
Además, Shouto tenía un horario al que atender quisiera o no, y este comenzaba a las nueve de la mañana. Debía llevar al príncipe para que durmiera un par de horas, se diera un baño y que ni el Rey ni los tutores se diesen cuenta de que el príncipe no había dormido en toda la noche, o peor aun, que había estado bebiendo aun cuando seguía siendo un menor de edad ante la ley.
Bien, pronto se acercaría el cumpleaños del príncipe y cumpliría sus dieciséis años, y sería legal ante las leyes que regían a Mesarthim.
Shouto ya había bebido bastante, era tiempo de detenerlo, pensó Inasa.
Se acercó a la mesa donde el príncipe escuchaba atentamente la plática de unos de los borrachos rebeldes, y con sumo cuidado intentó quitarle el vaso, pero los dedos del príncipe se clavaron en el cristal con fuerza, negándose a dejar ir su licor.
El príncipe observó al caballero con el entrecejo fruncido, y habló con una voz ronca y con una pronunciación que aunque era fácil de seguir y entender, se notaba en el tono su estado borracho.
—¿Qué haces...? Es mi vaso —Se quejó el príncipe, obstinadamente alejando el vaso de las manos del caballero.
Inasa suspiró. No había esperado tener que lidiar con esto.
ESTÁS LEYENDO
Donde nadie nos encuentre © | TDBK |
Fanfic| FINALIZADA | Shouto estaba decidido a encontrar su sol, aquello que alejaba la oscuridad de su sangre maldita. Y lo encontró en el hijo humano del Rey Dragón. Un príncipe que no deseaba la corona, y un salvaje que jamás había tenido contacto algu...