CAPITULO. 14.

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La noche comienza a caer, no me puedo permitir el lujo de que me vean con ella así que agarro un auto negro con los cristales tintados de Rafael y dejo el mio aquí.

-Dulce, por favor, portate bien o tendremos un grave problema. -la amenazo señalandola con el dedo indice y ella no se achica.

-Y sino... ¿Qué me vas a hacer? ¿Me vas a pegar o que?. -sus preguntas me hacem dudar, ¿que le haré, acaso le golpearé? No, jamás golpearia a una mujer eso es de covardes.

-Pues no me tientes muñeca, porque todavia no me conoces, y no sabes de que soy capaz, si lo prefieres te puedo dormir en el camino para que no me causes ningun problema. -sonrrio y ella niega con la cabeza ligeramente.

-Me das asco.-dice y yo sonrrío.

-No lo creo, ¿Por esa razón tiemblas cuando me tienes cerca?. -suelto una carcajada y ella se sonrroja. -Andale, vamonos ya, no hay tiempo que perder.

La jalo por el brazo bruscamente y la introduzco en el auto, después entro en la parte delantera y pongo los pestillos para que no pueda salir, giro mi rostro para verla y veo que me mira con odio, le lanzo un beso y ella mira para otro lado. Sonrrio por dentro.

Llegamos a mi departamento, el cual ella ya conocía, nada más entrar por la puerta se dirige a mi habitación. Respiro hondo y segundos después voy tras ella.

-¿Quien te mando aquí?. -me mira y alza una ceja.

-No me tenias encerrada en la otra casa, pues pensé que aquí seria lo mismo. -la forma en la que alza los hombros me hace reir.

-Puedes ir por la casa, siempre y cuando te comportes, esto no es ningun juego Dulce María, y puedes ducharte y ponerte una de mis camisas, por eso no hay problema, voy a preparar la
cena. -sin darle tiempo a responder, salgo y cierro la puerta tras de mí.

Estoy preparando unos suculentos espaquetti, siento su presencia a mi espalda, solo saber que esta cerca me hace vibrar, giro sobre mis pies, tiene el pelo mojado y una de mis camisas, ¡Oh, Dios, no lleva brasier! sus prominentes pechos se dejan ver tras la fina tela de la camisa y sus pezones estan notablemente erizados.

-Que rico huele, ¿qué estás cocinando?. -trago duro mientras ella apolla sus manos sobre la pequeña isla y sus senos quedan mas pronunciados y juntos.

-Estoy preparando pasta, ¿te gusta?.

-Oh, ¿bromeas? Es mi comida favorita. -pasa su lengua por su labio superior y el deseo de volver a probar sus labios se despierta.

-Ven a probarlo. -se hacerca, cojo un poco y lo llevo hasta su boca, no sin antes soplar para evitar que se queme.

-Mmmm-gime. -Esta buenisimo. -vuelve a pasar la lengua por sus labios y no lo pienso más, me abalanzo sobre ella y la beso con fervor, ella no me evita ni se aparta, solo se limita a seguir mi ritmo. Mueve su lengua en el interior de mi boca como una Diosa. ¡Oh Dios necesito entrar en ella!
¿Que me pasa? Nunca beso a las mujeres y mucho menos sin acostarme con ellas, normalmente son ellas las que mueren por estar sobre mí.

-Para Cristopher, enserio. -pone su mano en mi pecho para alejarme de ella. - Solo te pido que si quieres que me comporte bien, dejes de besarme a cada momento, me da asco. -pasa su mano por sus labios para intentar eliminar mi beso y una punzada de rabia me recorre al oirla.

No le contesto, me dirijo a mi recamara para cerrar bien toda ventada que le pueda permitir escapar, y después salgo a la calle cerrando la puerta con llave le marco a Thailor para que venga a vijilarla y después de darle la llave, me dirijo a "La Escondida"

Estacionó mi auto frente a el local en el que me divertiré, entro y veo a Irina algo alterada y nerviosa.

-Irina, ¿Que paso que estás asi?.-paso mi brazo sobre sus hombros y ella respira hondo.

-Una de mis chicas me falló, no vendrá a bailar, lleva unos dias que no aparece y ya no tengo como sustituirla.

-Bueno, ¿y que paso? Que otra de las chicas inprovise algo y valio o ¿no?. -sonrrio y Irina hace lo mismo.

-Tienes razón Ucker, no lo habia pensado, de veras, eres el mejor. -le doy un abrazo a esa pequeña mujer que conozco por tantos años. -Y a ti, ¿qué te trae por aquí? -sonrrie picantona. -Si, entraron chicas nuevas.

Como me conoce, sonrrio mirandola.

-Pues andale, a que esperas mamasita, llevame con la mejor. -giño mi ojo.

Pocos minutos después estoy en la habitación del fondo con una mujer, una tremenda rubia inpresionante, emm... No recuerdo su nombre, pero no me hace falta saberlo para hacer lo que quiero hacer con ella.

Comienza a desnudarse lentamente, yo hago lo mismo, una vez desnudos, agarro su mano y le doy una vuelta.

-Bonitas nalgas. -ella sonrrie. -Hoy quiero en el jacuzzi.

Me coloco un preservativo.
Continuo agarrando su mano para llevarla hasta el jacuzzi, primero entro yo y después agarrandola de las nalgas la subo en mí, mi erección roza su entrada y mis ganas de penetrarla aumemtan.

-Azlo ahora. -ella obedece, me introduce en ella y comienza a dar pequeños saltitos. Entre jadeos y gemidos llegamos a el climax.

Me pongo en pie lentamente, tiro el preservativo a la basura y comienzo a vestirme, para después salir por la puerta, no sin antes dejarle una buena propina sobre la cama.
Veo a Irina a lo lejos y me hacerco a ella para pagarle los servicios de la muchacha.

-Bueno Irina, yo ya me marcho.

-Como así, Ucker es muy temprano y recien comienza el show, andale quédate. -la cara de Irina me hace reir.

-No puedo, Irina, sabes que siempre que puedo paso tiempo aquí, pero tengo asuntos pendientes.

Me despido y me dirijo de nuevo a mi departamento. Llego y veo a Thailor en la entrada de mi casa.

-Jefe, la chava ya se durmió, no quiso cenar. -asiento.

Entro a la habitación y la veo dormida, una mezcla de ira y pasión corre por mi sangre.Me doy una ducha y me tumbo a el lado de Dulce, la miro y ella abre los ojos y al verme se retira un poco.

-¿Donde estubiste?. -su reacción me solprende. Sin pensarlo le contesto.

-Ya que tu no quisiste, pues me busqué a otra. -veo cambiar el color de la cara de Dulce, pasa de ser un rosa palido a un rojo intenso que hace juego con el color de su cabello, me encanta verla sonrrojada.Sonrrio. -¿Que paso, porque esa cara?

-Me repugnas Ucker.-voltea dandome la espalda y una sonora carcajada sale de mi garganta.

Yo muy lejos de comportarme como ella me hacerco y la abrazo pegando mi pecho a su espalda. Un bufido se le escapa, no dice nada, se que me desea, se que quiere este contacto; Quizas no quiera acostarse conmigo porque soy su secuestrador, o porque no me conoce pero algun día le hare rogarme que la haga mia.

Se Queda Conmigo (Vondy) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora