CAPITULO. 15.

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Un dia más despierta en la gran ciudad de México.
Abro los ojos y veo a Dulce sobre mi pecho, una sonrrisa picara se dibuja en mi cara y mi erección mañanera se hace notar.
Paso mi mano por su espalsa, ella se mueve levemente abrazandome mas fuerte.
¡Menos mal que le doy asco, sino me viola! Rio y esta vez si despierta por el movimiento de mi pecho. Intenta apartarse pero no la dejo.

-No te muevas ¿si? -paso mi mano por su cabello y veo como el bello de su brazo se eriza. -¿Tienes frio?. -Dulce asiente, rozo la piel de su brazo con la llema de mis dedos. -Duerme, todavia es temprano.

-No Ucker, esto no esta bien. -se separa bruscamente de mi.

-Vamos muñeca, por una vez no pienses en lo que esta bien o lo que está
mal, solo dejate llevar. -mientras digo esto guio su mano hasta mi abultado pene.
Ella pone resistencia. Se pone en pie y se hacerca a una de las ventanas, para después intentar abrirla.

-¿Que intentabas hacer, Dulce María?
-grito

Dulce comiemza a llorar. Apolla su espalda a la puerta y se deja caer al piso lentamente.

-Dejame irme Cristopher por favor, te pagare lo que te ofrecieron por mi, hare todo lo posible por pagarte, trabajare dia y noche si es necesario, pero por favor dejame ir. -su llanto no cesa y ami su ocurrencia me proboca risa.

-Ni en toda tu vida lograrias pagar lo que el Romano esta dispuesto a pagar por ti. -rio a carcajadas. -Además, ¿me crees idiota, o que?, de seguro irias corriendo a la policía a ponerme una denuncia. -me acerco a ella y extiendo mi mano. -Orale levantate, y deja de hacer el drama.

Ignora mi mano, se levanta por su cuenta apollando las manos en el piso, después habre la puerta y sale dando un portazo, mi ira crece. Salgo tras de ella.

-¿Quien te cres tu que eres para golpear asi?. -su llanto no se hace esperar.

-Llevame ya con ese viejo que de seguro es mejor persona que tú. -la agarro por las muñecas y ella imtenta cubrir su cara.

-No me pegues porfavor Cristopher, no me pegues. -la suelto de inmediato, de veras esta chava tiene un trauma, y todo, por el maldito de Hugo.

Suspiro y pateo un taburete que alli se encuentra. Me vuelvo a hacercar a ella y agarro los dos lados de su cara.

-Jamás te pegaría, Dulce,¿me oyes?, jamás haria tal cosa. -beso varias veces su frente, cuando un sonido me interrumpe.

-Digame Rafael.-contesto mi celular.

-Ucker, el viaje esta listo, y fijate que para antes de lo que pensaba. En dos horas debeis estar en el helipuerto. No lleveis equipaje, allí os encargareis de comprar lo necesario. El Romano quiere que te ospedes en su misma casa durante unos dias, hasta comprobar que todo esta tal como acordamos.

-Okey Padre. -corto la llamada.
-Dulce, en dos oras nos vamos a Cancun, debemos prepararnos para nuestra partida. -baja tristemente la mirada y una lagrima recorre su mejilla. Camina hacia la puerta de mi recamara y después entra sin decir nada.
Decido seguirla. Llora desconsolada sobre mi cama. Al notar mi presencia me mira con odio.

-No quiero ir a Cancun, inbécil, quiero mi liberdad, quiero ver a mis papas, quiero pasar tiempo con Any. -grita. Intento acercarme a ella. -No me toques. -sale huyendo y se mete en el baño.

Respiro hondo, paso mi mano por mi cabello. Golpeo la puerta.

-Dulce María, por favor, abre la
puerta. -mas calmado, toco despacio. -No vas a lograr nada de estas formas, ábreme ¿si?. -siento el sonido de el pestillo, pero no abre la puerta, Así que abro yo.

Su respiración es agitada, un comienzo de ataque de ansiedad se presenta, agarro suavemente sus muñecas.

-Dulce, muñeca, calmate por favor, te va a dar un ataque de ansiedad, respira conmigo. -inspiro y expiro lentamente pata que ella haga lo mimo y su nerviosismo disminulle, siento el impulso de abrazarla, y lo hago, ella continua llorando pero esta vez mas tranquila. -Vamos a darnos una ducha.
Dulce inmediatamente se separa unos centimetros de mí.

-Estas loco, como vamos a ducharnos juntos. -una carcajada sale de mi garganta, su cara de sorpresa es tremendamente irresistible.

-No me referia a ducharnos juntos, pero, no es mala idea, tienes la mente sucia eeh, Dulce Maria. -logro hacerla sonrreir.

-Okey, tu primero y después yo.

Dulce sale de el baño y me doy una ducha, enrrollo una toalla alrrededor de mi cintura y salgo. No esta en la recamara. Tanpoco en la cocina.

-Dulce. -grito. La puerta esta cerrada y todas las ventanas tambien.

Veo la escalera que lleva hacia mi gym personal y sonrrio, ¡Menuda curiosona me tocó!
Subo despacio para que no pueda oirme y la veo obserbando fascinada mi precioso templo. Voy detrás de ella.

-Como curiosea la Dulcinea. -susurro en su oido. Pega un salto asustada, voltea y me mira de arriba abajo. Suspira, noto su nerviosismo ante mi cuerpo, me desea, lo sé.Me acerco más.-Ya puedes ducharte. -mi susurro casi inaudible la hace estremecer, ver su preciosa cara sonrrojada que me encanta.

-Sí, voy. -baja la mirada he intenta irse. Agarro su brazo y la pego a mi.

-¿Porqué evitas algo que tanto deseas?-si antes estava sonrrojada ahora está completamente roja, sonrrio, agarro su mano y la paso por mis marcados abdominales. -Se que me deseas tanto o más de lo que yo te deseo a ti.

Se Queda Conmigo (Vondy) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora