CAPÍTULO.54.

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-Mi amor, ya vamos...-dice interrumpiendo el beso.

-Ok, vamos.-salimos de la recamara y me detengo en seco. -El globo.-digo comenzando a reír a carcajadas.

-Es cierto-responde Dulce riendo también.

-Oigan ya se están tardando demasiado.-grita Any a lo lejos haciéndonos reír aún más.

Volvemos a la habitación cojemos el globo y vamos junto a ellos al jardín.

-¿Que será? ¿Que será mi sobrinito hermoso?-digo con el globo entre mis manos entregándose lo a Poncho.

-Bueno decirles, que hemos decidido que si es una niña se llamará Dulce como la madrina y si es un niño se llamará Cristopher como el padrino ¿qué les parece?-pregunta Any ilusionada.

-Me encanta la idea.- respondo
sonriente. -Ahora prefiero que sea una niña para que lleve el nombre de mi muñeca.-digo mirándola.

-Pues yo ahora quiero un niño para que lleve el nombre de mi muñeco hermoso.-contesta Dulce agarrando mi cara y mirando mis ojos.

-Dejen de derrochar miel.-imterrumpe Poncho. -¡Que empalagosos!

-¿Y lo dices tú brother? Te recuerdo tus yo te amo más princesa, te amo hasta el infinito...-digo burlandome haciendo reír a todos.

-Es cierto, mi gatito es un romántico.-dice Any acercándose a él para después besar su mejilla. -Y por eso lo amo, pero ya vamos a saber que será mi bebé.

-Está bien.-responde mi amigo entregándole un alfiler a Any. -Vamos allá. Uno, dos y tres...

Any explota el globo y de este sale un polvo azul que nos hace sonreír a todos. ¡Es un niño! ¡Es un niño!
Todos aplaudimos sonrientes y nos damos un abrazo en grupo.

Después de festejar con mis amigos durante unas horas, dejo a Dulce en su casa y voy ha mi departamento.
Tranquilamente, me doy una ducha ceno algo y le marco a Enmanuel.

-Hola Ucker, justo acabo de platicar con mi papá, quedemos de estar en 'La escondida' en media hora, ¿Te parece bien, o sigues con Dulce?

-No, no estoy con ella, perfecto en media hora nos vemos allí.-termino la llamada y aprovecho que todavía puedo tardar quince minutos en salir de casa, para, tomar un café y fumarme un cigarrillo en mi balcon.

Miro la hora en mi celular, son las once y cuarenta y cinco, ya hace cuatro horas que deje a dulce en su casa, la pobrecita estaba desesperada por llegar para ponerse a estudiar. Decido ponerle un mensaje.

"Mi amor, voy a salir con unos amigos de Colombia. No te preocupes muñeca, que te conozco, pensaré en ti en todo momento. No te estreses demasiado, aprobarás ese examen, confío en tí. Te amo."

Guardo mi celular en mi bolsillo y ahora sí, allá voy con mi Maserati color perla sintiéndome de nuevo el dueño de las calles de México.

Llegó a la puerta de el local y le sonrió a mi amigo Mike, el gigante. Bajo del auto y cocho su mano para después tenderle las llaves para que lo estacione.

-Cuanto tiempo sin verte, andabas desaparecido.-comenta Mike.

-Sí, un poquito, él amor llegó a mi vida wey...-respondo sincero.

-Uuuh ahora sí la regaste Ucker, las mujeres son adictivas, y ninguna quiere un hombre mujeriego...

-Ya cambié, ya cambié

-Entonces, ¿que haces aquí?

-Quede con los colombianos, ¿ya llegaron?

-Ah, es de verás, ya escuché por ahí que andabas por Colombia, sí, apenas cinco minutos antes que tú, llegaron ellos.

-Está bien mi chavo, al ratito nos vemos pues, y cuidame el auto eh, ya sabes papá.-digo entrando en el local  sonriéndole a mi amigo y el igual a mí.

A lo lejos, les veo en una de las mesas, me acerco a ellos lentamente sonriendo y chocando la mano de mis muchos conocidos. El aroma que aquí se respira es único, huele a libertad, a hacer lo que se te pegue la gana con quién se te pegue la gana, huele a feromonas, a actividad, a lujuria y deseo, un olor rico, he inexplicable. Llegó junto a mis amigos y les saludo con un abrazo. Notan mi alegría, México es mi ciudad y de aquí no puedo irme así como así, mucho menos ahora que me di cuenta de la mujer que tengo.

-Mesera!-grito a una de las nuevas muchachas.-Traiganos una botella de tequila.

-Y una de wisky.-replica el Colombiano.-El tequila es para los jóvenes.-dice haciendonos reír a todos

Poco después comienza el espectáculo con la sonora voz de Irina.

-Señores y señoritas, el espectáculo de hoy comienza con nuestra delicada flor Dalia.-aplausos, silbidos y gritos se escuchan.

Dalia, ella ya tiene tiempo trabajando para nosotros, recuerdo cuando llegó de Italia y pasó su primera noche con Padre, él siempre tiene flores frescas en su recámara y ese día había un ramo completo de Dalias, cuando terminó de estar con ella le puso una en el pelo, por eso Irina le escogió ese nombre.

-Oye Ucker, hay viene Thaylor, ya se estaba tardando.-señala Enmanuel hacia la puerta de la entrada.

Levanto mi mano para que nos vea y al hacerlo sonríe levantando la sulla para saludarnos mientras se acerca.

-Ya pensábamos que no vendrías.-digo enérgicamente haciéndome a un lado para que se siente con nosotros. -Te tardaste demasiado.-sirvo una ronda de tragos y nos lo tomamos de un golpe.

-Estuve arreglando unas cosas con la familia, ya saben...-se escusa Thaylor.

-Oigan, está bueno este sitio, de verás.-confiesa el Colombiano sonriendo notándose le ya la media botella de whisky que se a tomado. -Esa chica se mueve espectacular.-dice sonriendo mientras mira a Dalia. Se pone en pie,  saca de su bolsillo un buen fajo de billetes, se hacerca a ella y se los introduce en en fino hilo del tanga rojo.

Seguimos tomando, platicando y bromeando, mis amigos tienen muy buen sentido del humor y entre eso y que ya nos terminamos la botella parece que el tiempo está volando. Se vuelve a escuchar la voz de Irina anunciando a otra bailarina. Pero esta vez no es igual.

Se Queda Conmigo (Vondy) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora