•Alex•
No pude conciliar el sueño ni dos minutos esa noche.
Estaba muerta de coraje por lo que esas idiotas le habían hecho a mi mujer mientras yo pretendía ser una jodida ama de casa esperando por ella. Que estúpida.
Sentía la impotencia en cada respiración, el dolor se había instalado dentro de mí y sabía que sería bastante complicado sacarlo de ahí... Me reprimía una y otra vez por las jodidas decisiones que había tomado en mi vida, porque gracias a ellas Piper estaba pagando algo que no le correspondía... Ella tan frágil y tan dulce siendo corrompida de esa manera... Era algo que me hacía temblar tanto de temor como de furia y jamás me había sentido así.
No tenía mucho rato que su respiración se había vuelto pesada en señal de que se había quedado dormida cuando comenzó a gritar y lanzar puñetazos, me pegó en la cara y el pecho hasta que pude contenerla.
Me preocupaba que tuviera crisis como esa constantemente, sabía que no podría ni descansar, y dando lo necia que solía ser, seguramente ni siquiera querría ir al doctor...Cuando fuimos a hacer nuestra declaración, todo fue bastante tardado... De alguna forma tenían en la mira a Stella por algunas cuestiones que no quise indagar, seguramente estaba relacionada con negocios turbios.
A Piper le costó muchas lágrimas contar lo que habían hecho, y dado que la única prueba que teníamos se remitía al vídeo que habían filmado ellas estúpidamente, no había mucho más que hacer que luchar porque nuestras palabras fueran escuchadas.
También teníamos la declaración de John Bennett, quien después de mucho insistirle decidió colaborar con nosotras con lo poco que sabía.
Y por otro lado, estaba el oficial Dixon quién había presenciado la escena cuando encontramos a Pipes atada...Por supuesto que el asunto procedió, pero no era tan sencillo como suena... Stella y Silvie habían desaparecido, así como si la tierra se las hubiera tragado no había ni rastros de ellas...
Pipes había perdido un poco su entusiasmo al cabo de un mes en que no teníamos ni rastro de esas dos, aunque insistió en no dejar su trabajo, puesto que podía distraerse un poco allá y no me opuse, ya que también necesitábamos su sueldo...
Pasábamos cada minuto de nuestras tardes juntas, a veces le leía, otras tantas tomábamos siestas puesto que el pastelito me hacía dormir bastante, a veces nos reuníamos con nuestras amigas, y otras tantas, las más complicadas, las pasábamos platicando sobre lo ocurrido y sobre el rumbo que estaba tomando el caso...
También había puesto cargos sobre Stella por el asunto de la compañía, aunque eso no era lo que yo quería, pero el abogado insistió...
Pipes se rompía cada que recordábamos lo que había sucedido aquella ocasión, y por supuesto que nuestra intimidad se había reducido a nada y lo entendía por completo. No era nada que no hubiera esperado, de hecho sabía que era mejor así hasta que ella misma pudiera hablar del tema o sugerir algo... Iba a esperarla y respetarla.Había estado luchando con mis hormonas incansablemente los últimos dos meses, el pastelito me estaba moviendo muchas cosas más que mis entrañas... Tenía náuseas y vómitos todos los días, mi vientre era aún pequeño, pero ya estaba abultado y con alguna ropa se notaba mi embarazo, dado que mi anterior abdomen era totalmente plano... Había soportado las náuseas, los cambios de humor, el sueño que me daba todo el tiempo, pero el calor de la excitación que invadía mi cuerpo era imposible de ignorar... Luchaba, por supuesto, por concentrarme en otras cosas, por distraer mi mente del sexo, pero me resultaba imposible... Y siempre tenía que solucionarlo por mis propios medios, lo cual me resultaba incluso vergonzoso.
Pipes estaba aún con ese daño reciente que las imbéciles de Silvie y Stella le habían ocasionado, y lo entendía, había comenzado a tomar terapia al igual que yo y las cosas parecían ir por un buen rumbo, pero ahora me sentía un tanto sola respecto al pastelito... Yo tenía que lidiar con todos los síntomas y la mayoría de las veces tenía que hacerlo sola. La extrañaba demasiado a pesar de que vivíamos juntas.
Lo que no puedo negar es que ella todo el tiempo era cariñosa conmigo y mi creciente barriga... Siempre tenía sus manos acariciándola, y le susurraba cosas, sin contar el sinfín de besos que plantaba diario en ella...
Yo siempre estaba acariciando a pastelito, y cuando ella llegaba incluso me quitaba la mano de mi vientre para poner la suya. Pipes lo amaba tanto como yo, lo sabía y sentía su amor, aunque dentro de ella hubiera una revolución de pensamientos y sensaciones.
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OK, I'M HERE
FanfictionDespués de tantos problemas y años de estar separadas, el destino se encargó de unir a Piper Chapman y Alex Vause una vez más... ¿Será que por fin tendrán su "felices para siempre"? No te pierdas ésta última parte de mi trilogía Vauseman. [Parte 3/3...