Capítulo 22: Oro de papel

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—Odiabas el café.

—Lo sé, pero este no me hace perder la cordura—esbozó.

Fuimos a una cafetería que se encontraba cerca de la zona del panteón. De una manera rápida y nada formal presenté a la chica y al ex anélido. Nos sentamos en una mesa escondida en un rincón para tener una conversación más íntima.

—Nos traes dos cafés regulares, una malteada de vainilla y tres rebanadas de pastel. Uno de moka, otro de limón y de tres leches.

Ordenó sin siquiera dejarme pensar que quería. Ijsey en todo su esplendor. Tras unos minutos de espera la mesera regresó con las órdenes.

—Te ves muy pálida. Ten, come esto—colocó frente a Nievke el gran vaso de malteada con crema chantilly, una cereza y dos galletas—el cual podía matar fácilmente a cualquier diabético—además de la rebanada de pastel de moka.

—Siempre tan considerado—emití.

—Ya me conoces. Te pedí de tres leches porque sé que es tu favorito.

Sonrió como un chiquillo. No se le había olvidado nada del pasado, aunque claro, para él el tiempo se había detenido dentro de ese espantoso lugar.

—Tengo años que no lo como.

—¡Entonces es mejor! Una reunión con tu ex compañero es como volver a recordar los buenos momentos—volvió a sonreír. Viéndolo mejor, Ijsey envejeció demasiado. Parecía un hombre de 50 años en vez de uno de 31.

—¿Qué me querías contar? —retomé la plática de hace rato.

El chico insertó el tenedor en el pan, disfrutando de su postre. Eso era lo principal para él, disfrutar de su "refrigerio". Oportunamente mi celular sonó. Saqué el aparato, viendo en la pantalla el nombre de Karvinya. Me puse de pie, contestando y poniendo en pausa la conversación con Ijsey.

Pensé que no contestarías—ese fue su saludo. Muy cordial de su parte.

—No es como si me estuviera escondiendo.

Lo sé. Sabes que no te diré nada acerca de tu escape del hospital, ni que te hayas llevado a la chica contigo.

—Sabías que lo haría, además, bien dijiste que tenía que cuidar de ella las 24 horas del día—recordé. Del otro lado se escuchaba que estaba hojeando algo. Quizá un reporte.

Sé bien lo que te dije—hizo una pausa—. Mi llamada es para avisarte sobre la investigación acerca de ese demonio.

—¿Qué es lo que sabes?

El demonio que apareció es Helkferotnh, líder de la 21º legión. Está bajo el mando de un goetia...

—Un goetia...—musité como si no esuviese enterado ya de esa información.

Aunque me da la impresión que ya lo sabías. Deberías dejar de ver a ese íncubo. Puede que no te de las respuestas que necesitas, Renhia.

—Deberías dejar de espiarme. Soy muy aburrido.

Karvinya tenía ojos por todos lados, especialmente en el bar de Waigher. El íncubo sabía al respecto, cosa que le daba igual, después de todo me espiaban a mí, no a él. Y, aun si lo espiaban a él, eso lo tenía sin cuidado.

De hecho, eres bastante divertido—resoplé ante su comentario—. Helkerotnh no ha aparecido, pero no dudo que lo haga en cualquier momento, así como Blasferoth por lo que es mejor que tengas cuidado. Ah, y siento lo de tu casa. Kali se pasó esta vez, aunque logramos ver lo que tanto queríamos.

-Envase de Oro- #1 El tiempo de la crisálida© /COMPLETA✓✓✓/ +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora