Capítulo 19: En tierra ajena

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Acepté la propuesta de Ghyok, llegando a su casa a las cuatro de la madrugada. Mishkel no estaba de acuerdo con mi decisión, sin embargo, no quería causarle problemas al quedarme con él.

La casa del alforja era grande con elegantes muebles y loseta negra. Vivía en la zona este donde la mayoría de las casas eran espaciosas y lujosas. Los alforjas ganaban más dinero porque vendían lo que había recolectado en su caza nocturna.

El chico nos dio un cuarto para cada uno. Dejé a Nievke en su habitación. Se había quedado dormida gracias a la medicina que Leida le dio para relajarse. Ghyok le facilitó ropa que había dejado una chica—una de sus tantas compañeras "sentimentales" —, poniéndola en el mueble cercano a la ventana que daba al jardín. Nievke estaba más tranquila, aunque aún estaba conflictuada por lo que había hecho.

—¿En qué piensas? —estábamos en la cocina. Ghyok bebía café. Me ofreció uno. Tomé asiento en una de las sillas de la barra de mármol negro que tenía como isla en medio de la cocina.

—En todo y en nada a la vez.

—Que poderoso—esbozó con burla. El chico me prestó un cambio de ropa—. Irkir llegó a ver a Kali, pero no supe de que hablaron.

—Está bien.

—Dime sinceramente... ¿Sigues pensando que Ingel es ella?

Bebí de la taza, dejando que el líquido caliente reconfortara mi cuerpo. La lluvia paró más no el frío. Odiaba la época de constantes lluvias.

—No hay duda, Ghyok. Es él.

—¿En serio? Porque yo no lo creo. Digo, ¡mírala! No tiene pinta de ser un demonio.

—No olvides que los demonios gustan por optar otras apariencias—emití.

—Lo sé, me he topado con varios, pero ella es distinta. No sé, hay algo que no me cuadra. No siento que sea Ingel, eso es todo.

—Hoy lo vi—indiqué con seguridad—y era él. No hay duda.

—Si era él, ¿por qué no lo mataste? Eso es lo que has querido hacer por tantos años. ¿Por qué no hacerlo en ese mismo instante? —hizo una pequeña pausa—. No me digas que has comenzado a sentir algo por ella.

—Por favor—reí ante su estúpido comentario—. ¿Qué puedo sentir por ella más que repulsión y odio? Mató a mis compañeros, mató a mi hermana y me puso esta puta maldición. ¿En verdad crees que puedo sentir algo por ella? No me hagas reír, Ghyok. El que la esté cuidando no es por gusto.

Bufé enervado.

—Si ese es el caso, ¿cómo esperas que te quite la maldición si no recuerda su pasado? Solo ha mostrado lagunas de lo que era, pero mayormente es otra persona.

—No me importa lo que tenga que hacer, lo haré recordar.

—Ok, ¿y luego qué? ¿Lo matarás finalmente? —ladeó su cabeza, intersado en lo que tenía en mente.

—¿Hay algo más que hacer?

Ghyok no contestó de inmediato.

—No debo involucrarme en tus asuntos personales, pero déjame decirte algo. Este no eres tú, Renhia. Si quisieras matarla lo harías y ya. Que yo recuerde nunca has acatado una orden y menos de este tipo. Si es Ingel como dices, ¿en serio crees que te dirá como quitar la maldición? ¡Por favor, no nos hagamos pendejos! Nunca te dirá nada y solo se divertirá viendo como peleas por encontrarlo. ¿Quieres matarlo? Mátalo. Termina con esto. Sin Ingel aquí, sin ella aquí todo volverá a la normalidad. Nada de alforjas persiguiéndote.

-Envase de Oro- #1 El tiempo de la crisálida© /COMPLETA✓✓✓/ +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora