Cazador [COMPLETA] +18

14. Soy un vampiro

KIERAN

Consumo un cigarro tras otro camino al río con la intención de distraerme y no seguir dando vueltas a lo que ha sucedido con Valerie en el baño del ayuntamiento, sin embargo, es imposible que me lo saque de la cabeza. Ella simplemente ha colocado los dedos en mi cabeza y ha conseguido hacerme entrar en un limbo de calma que nunca había experimentado, ha logrado dormir a La Bestia y toda la ira que estaba a punto de volcar en Roy, ha explotado en mi interior como si nada.

¿Qué puta explicación puede haber para esto?

Ahora ya no sirve pensar que está loca o que es bipolar, ni tan siquiera que me vacila y finge no recordar las cosas, esto va mucho más allá. Esto no es humano.

—Mira que te haces de rogar.

Abigail me habla cuando aparco la camioneta y me bajo de ella, está bebiendo una cerveza e imagino que viene de mear o de enrollarse con alguno en la zona profunda del bosque.

—¿Ya me echabas de menos? —Le sigo el rollo para que me deje en paz mientras camino hacia el resto de la gente.

—Yo no, pero ella no ha dejado de buscarte con la mirada y de preguntar por ti —comenta señalando con el botellín a Valerie, la cual se encuentra sentada junto a Roy, y los que antes eran mis amigos, en la orilla del río.

—¿Qué pasa? No me digas que tu primita se ha pillado por ti y ahora no te deja en paz. —Ríe y posa una mano en mi hombro, la cual miro con seriedad.

—Abigail, lárgate.

Es lo último que le digo antes de dirigirme a donde se encuentran mis hermanos. Los dos están celebrando y pasando el rato, aunque Charles bebe un refresco en lugar de alcohol, puesto que hoy le toca guardia y en cualquier momento puede tener que ejercer su poder de policía. No es que en este pueblo la autoridad se tome muy en serio, ni siquiera la propia policía cumple la ley a rajatabla, pero se intenta.

—Dichosos los ojos —bromea Frank dándome una palmadita—, ¿te has perdido por ahí con alguna afortunada?

—Algo así —contesto sin entrar en detalles aceptando la cerveza que me pasa.

—Pues nuestra querida prima tampoco pierde el tiempo.

Sigo la dirección de su mirada y siento cómo algo dentro de mí da un vuelco al ver cómo Roy se acerca a ella y la besa. Valerie no opone resistencia, le devuelve el beso e incluso añade un par de caricias por el medio.

Esta no es ella, no al menos la Valerie normal que todos conocen, tengo que detenerla antes de que vuelva a tener consciencia de la realidad y no recuerde lo que hace pegada a los jodidos labios de ese cabrón, del que me ocuparé más tarde.

—¿A dónde vas? Déjalos. —Mi hermano mayor coloca una mano en mi pecho con autoridad.

—No, Valerie no es así, seguro que le ha echado algo en la bebida o vete tú a saber.

—No exageres, solo se está divirtiendo —dice el pequeño poniendo los ojos en blanco—. Oye, sé que es una putada que justamente sea con Roy, pero ella ha elegido, respeta su decisión.

Niego con la cabeza a la vez que la respiración se me empieza a acelerar, esto no va a acabar bien. Mis hermanos siguen a lo suyo cuando les digo que no voy a hacer nada, pero no quito los ojos de encima a la pareja, sé que en cualquier momento...

—¿Qué pasa? ¿Qué he hecho? —Roy alza la voz cuando Valerie le empuja con fuerza para apartarla de ella.

—¡Kieran! —Charles me llama cuando tiro el botellín de cerveza al suelo y me aproximo a paso acelerado.