VALERIE
Los ojos de Kieran son un profundo pozo negro cuando gira la cabeza hacia mí, no hay expresión alguna de familiaridad, igual que si no me conociera.
Corro hacia la ventana abierta cuando salta desde ella y deseo llamarlo para tratar de que se detenga, pero no quiero alertar a su padre y sus hermanos.
«¡Kieran, escúchame!»
Me concentro todo lo que puedo mientras él se pierde entre los árboles del bosque, intento contactar con él haciendo acopio de todos los poderes que Nihasa posee, pero no sirve de nada, tan solo consigo formar un torbellino de aire con las hojas secas del suelo.
—Maldita sea, ¿qué hago ahora? —Trato de pensar deprisa, en estos momentos no es Kieran, es la Bestia, y por lo que he podido ver en sus ojos, está hambrienta.
No puedo salir por la puerta principal porque mis primos y mi tío me harían muchas preguntas, de modo que recurro al más viejo y típico de los trucos: atar una sábana a la pata de la cama y colgarme hasta el suelo.
A pesar de que no serán más de unos pocos metros y que helechos de hojas secas decoran todo el jardín trasero, la caída sería más que dolorosa. Tiro varias veces con todas mis fuerzas para asegurarme de que la tela es lo suficientemente resistente antes de sacar mi cuerpo por la venta y dejarme caer.
—Joder, Kieran —mascullo cuando siento cómo mis débiles brazos no aguantarán mucho—. Mierda, no, no.
El viento rompe en mi cara mientras caigo boca abajo al fallarme las manos, me preparo para el tremendo golpe que estoy a punto de recibir, pero no llega. En su lugar, me detengo en seco con las manos extendidas a pocos centímetros de la hierba, despego los párpados confusa únicamente para encontrarme a mí misma flotando durante unos pocos segundos, hasta que finalmente caigo de bruces.
—Gracias —musito para mí misma.
Me adentro en el bosque tan rápido como me lo permiten las piernas y, cuando creo que ya estoy lo suficientemente alejada, comienzo a gritar.
—¡Kieran! ¡Kieran, escúchame! —Miro a mi alrededor, intentando percibir algún sonido—. ¡Escucha mi voz!
Por desgracia, no doy con él, paso minutos buscando por los alrededores hasta la más profunda oscuridad de la montaña, donde la luz apenas penetra entre las espesas ramas de pinos y cedros.
Me siento cansada y comienzo a tener frío, pero no puedo dejar de buscarlo ahora, temo que pueda estar asesinando a otra mujer, que esté perdiéndose a sí mismo un poco más.
«Kieran, por favor, detente. Este no eres tú, vuelve conmigo.»
Clavo las rodillas en el suelo, exhausta, asustada y mareada. La cabeza me da vueltas, como si estuviese a punto de explotar.
Trato de contactar con él una y otra vez, no me rindo hasta que poco a poco los párpados se me van cerrando e, inevitablemente, pierdo la consciencia.
NIHASA
Abro los ojos y mis labios dibujan una perversa sonrisa en su rostro, he vuelto. Pensé que no volvería a conseguirlo después de la cantidad de veces que la imbécil de Valerie ha evitado correrse por miedo a dejarme regresar, una lástima que ella no sepa que hay otros modos.
No puedo culparla, ella solo sabe lo que yo quiero que sepa.
Me pregunto la cara que pondría si se enterase de que Kieran es un vampiro porque yo quise que así fuera.
—Par de ignorantes —digo en voz alta mientras me levanto y rompo en una carcajada.
Alzo los brazos hacia el cielo, más allá de los árboles, y lleno mis pulmones de aire.
—Lo siento, Val, las cosas son así —hablo de camino a la carretera que lleva al pueblo.
Las últimas semanas han sido muy valiosas para mí, he podido recargar energías con cada minuto que los dos han pasado separados. Cuando sus almas se alejan, mi poder crece.
Sí, lo reconozco, me apresuré en aquel ritual de hace unos meses, cuando me encargué de que aquella pobre desgraciada lo mordiese.
Podemos decir que el demonio cayó en su propia trampa y no puse mucha atención a los detalles, por eso ahora estoy como estoy.
Recuerdo que Valerie dormía en el momento en el que aquella visión del futuro me sacudió por dentro, la claridad con la que pude vislumbrar el futuro en aquella ocasión fue mucho superior a las veces anteriores.
Vi cómo llegábamos aquí, cómo teníamos que permanecer meses en casa de esta gente, con Kieran. Me excité en cuanto lo vi, supe que él podría ser lo que siempre había estado esperando, un ser igual de oscuro y despiadado que yo.
Claro, pero para eso antes debía acabar con su alma mortal.
Fue sencillo, aproveché que una imbécil de Calgary estaba realizando un ritual demasiado chapucero como para que acudiese un demonio de alto nivel, de modo que le hice el favor de forma interesada.
Pedía riqueza y sabiduría, mi fuerte, así que prometí darle todo lo que deseaba a cambio, por supuesto, de pagar un pequeño precio.
Lo que ella no sabía, lo que aquella pobre ignorante desconocía, era que los contratos con demonios siempre llevan mucha letra pequeña.
Alouqua, la hija primogénita de Lilith, considerada como el peor demonio del inframundo y diosa más oscura del paganismo.
Ella fue la pieza clave para todo este milagro, es una experta vampiresa en el arte amatorio, persuasora y poderosa.
Pacté con ella para que acudiese a la llamada de esa chica y aprovechase su poder para poseerla, buscar a Kieran y convertirlo en La Bestia, en mi alma gemela, la cual llevaba desterrada en los confines del inframundo desde hacía milenios.
Para mi desgracia, no vi cómo la estúpida de Valerie y Kieran se enamorarían de esta forma tan excepcional y tan extrema, hasta el punto de conseguir reducir mi poder cuando están unidos.
De alguna forma, Alouqua también hizo de las suyas y no acabó del todo con el alma mortal de Kieran, y eso es justamente lo que me está jodiendo.
La única pregunta ahora es: ¿Qué es más poderoso? ¿Las fuerzas sobrenaturales del inframundo o... el simple y mortal poder del amor? Dios, vomito solo de pensarlo.
Dejaré este gif por aquí y os daré espacio para vuestros comentarios... 😇
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Cazador [COMPLETA] +18
Misteri / Thriller[COMPLETA] +18 «No llevaba el demonio dentro, pero su crueldad era brutal. No estaba poseído, pero su mente era tremendamente perturbadora. No deseaba matar, simplemente su sed era incontrolable. Era su naturaleza, la esencia de su vida. Él era un...