Capítulo 10

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"Alias"

En todo el fin de semana no pude ver a Joaquín. Text0s me llevó a fuerzas lejos del centro del sistema hasta unas instalaciones subterráneas secretas para poder entrenar y mostrar mi máxima capacidad. Me dió mucho gusto encontrarme allí a Robert, él era mi cuidador de pequeño y siempre le tuve mucho respeto.

Robert no era muy fuerte físicamente,  su arma era su cerebro. Era muy inteligente, audaz y un gran estratega. Él trabajó conmigo la parte mental, mientras que Umberto y Tex0s se encargaban de la física. No recordaba haber tenido un entrenamiento tan duro como el de este fin de semana. Cuando acabé mí rutina de pesas me tiré al piso agotado. Estaba con el torso desnudo y unos calentadores de deportes que me asaban las piernas. Pude notar que le había hecho algunos huecos. Mis pies dolían y estaba todo cubierto de sudor. Jadeaba intentando controlar mi respiración y descansando mis músculos. Estos tipos pensaban matarme.

-Buen trabajo, Emilio.

No quise mirarlo a Text0s.

-Dale un respiro-habló Umberto-El entrenamiento que le estamos dando es muy duro. No creí que pudiera completar la rutina y ya lo ha hecho dos días seguidos. No cabe duda que es el digno heredero, el descendiente directo del Gran Lobo.

Fruncí el ceño. ¿Mi poder sólo se atribuía a mi linaje de sangre? Mi lobo interno se mostraba callado, no había tenido que llamarlo para pasar el entrenamiento. Lo había completado sin ayuda, con mi propia fuerza en estado normal y eso se debía a mi duro entrenamiento desde pequeño.
La rutina era la más dura que había hecho hasta el momento, pero hasta ahora no había topado mí límite. Eso me molestaba, quería saber hasta dónde era capaz de llegar.

-¿Como está Joaquín?-pregunté al incorporarme.

Text0s volteó alarmado hacia los lados para asegurarse que Robert no estuviera cerca; él no podía enterarse de la existencia de Joaco.

-No-dijo Umberto tajante-No puedes hablar de él durante tú entrenamiento.

-Y no lo he hecho-rodé los ojos-Me arratraron hasta este hueco para entrenar y he completado todas mis rutinas. Técnicamente he acabado mi entrenamiento. Ahora quiero y exijo saber de él.

-Hablaremos cuando estemos en el edificio. Robert no tardará en volver-siseó Text0s.

- Por favor-susurré-Estoy preocupado por él. Sigue en celo. Sólo díganme si está bien.

- Lo está-me tranquilizó su padre.

Después de eso me duché y vestí con unos jeans y camiseta negra. Salí con el pelo mojado, sintiendo las gotas de agua resbalar por mi nuca y orejas. Me senté en el centro de la sala bajo el único foco amarillento que daba un poco de luz. Robert no tardó en llegar y sentarse frente mío con su libreta de apuntes.

-¿Listo heredero?

Asentí. Dejé salir mí lobo y Robert comenzó a hacerme una terapia de hipnosis retroactiva para fortalecer mí espíritu lobezno. Después de media hora terminamos y él hablaba conmigo.

-¿Cómo está?

-Bien. Digo, estoy preocupado por mí familia, pero en general estoy bien.

- Lo conozco desde niño. Mi deber no es sólo fortalecer su espíritu y mente, también es cuidar su psique y persona.

- Lo sé Robert, gracias.

-¿Que está ocultando? Lo puedo sentir.

-Si es así,  ¿por qué no usaste la hipnosis para entrar en mi cabeza?-rodé los ojos, molesto.

No es fácil Emiliaco/OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora