Capítulo 27

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"Predestinados"

La mujer de larga cabellera negra recibió con los brazos abiertos a su eterno amor. Sí, ese hombre fue su verdadero amor, aunque no el primero en robar su corazón. Ella llegó a compartir el poder junto a su amado cuando apenas era una  adolescente de quince años. No sabía nada de la vida, ni de política y mucho menos de un matrimonio. Sonrió cuando vió el rostro joven de su esposo. Tenía tanto que no veía su tersa piel lisa. Sus ojos seguían siendo de ese tono marrón que le encantaba y su pequeña boca esbozaba una sonrisa de alegría.

El hombre que una vez tuvo el poder de todo el Sistema en sus manos, se deshizo en los brazos de su mujer. ¡Cuánto la había extrañado! Los segundos después de su partida eran como cuchillas. Él había muerto en vida cuando su amada esposa abandonó su cuerpo en la tierra.

- Por fin nos reencontramos, amor mío- el hombre la besó con ternura infinita- Te extrañé tanto. Estás tan hermosa.

- Mi amado esposo-la joven acarició su rostro- Ya nada va poder separarnos. Valió la pena la cruel espera-entrelazaron sus manos- Nuestros hijos nos esperan.

El hombre bajó la cabeza y soltó una lágrima.

- Hice algo horrible- sollozó.

- Amor, no-la mujer lo consoló- ¿Qué te he dicho? Todo esto ya estaba escrito-alzó la cabeza de su amado y besó su mejilla- Uniste a nuestra familia-miró hacia una dirección en específico y sonrió- Ya estamos completos. Ahora podemos irnos a descansar.

-¿Y ellos como quedarán?-preguntó el hombre con una mirada preocupada- Son demasiados jóvenes. ¿Crees que podrán?

-Confía- susurró la mujer y posó su pequeña mano en el corazón de su amado- Ellos son predestinados.

Ella y él caminaron hacia la luz sujetados de la mano. En el fondo de aquel túnel los esperaban sus hijos. Los frutos de su amor que se habían reunido en el vacío y el infinito.

○○○

Era cerca del medio día y Emilio no llegaba. Esta zozobra me mataba. Kristy una vez más se adueñaba de los pensamientos dentro de mi cabeza y me pedía salir, pero yo la ignoré. No quería volver a desobedecer a mi alfa.
Desayuné un delicioso omelette con tocino y de ahí me dispuse a atascarme de frutas. Tenía un hambre voraz y atrasada.

Me aburría estando yo sólo en esa enorme habitación. Fui hacia la pequeña biblioteca que tenía Emilio y agarré unos cuántos libros. Todos eran de historia y como esa era mi especialidad en el bachillerato, me los sabía de memoria. Intenté encontrar algo más interesante: una novela, una libreta, algún diario ... Pero no tuve suerte.

Me asomé por la ventana y admiré el majestuoso jardín. Me gustaría mucho caminar por allí. Quiero salir, no aguanto más estar encerrado. Estuve a punto de abrir la puerta cuando me frené a mí mismo. ¿Qué estás haciendo Kristy en mi cabeza? Deja de ser mala, respeta a tu alfa.
Mi loba me metía ideas que no eran del todo buenas. Tenía que tener cuidado con ella. Siento que estoy volviendo a perder el control sobre ella.

Decidí escribir un poco para distraerme. Se me ocurrió una idea. Debía darle algo especial a Emilio por su nombramiento como líder, pero confinado no podía hacer mucho que digamos. Decidí componerle una canción y cantarla. Era algo bueno con las letras, después de todo yo compuse la canción que le canté el día de su cumpleaños. ¿Cuántos días habían pasado? Apenas dos. Diablos, los sentía como dos meses largos.

No es fácil Emiliaco/OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora