Extra #4: Andy & Roy.

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Hace unos meses ...

Ella está realmente mal; ese es el único pensamiento en la cabeza de Roy. No puede evitar sentir lástima y compasión por la pobre muchacha que está siendo estabilizada en la ambulancia.

Su nombre es Andy, por supuesto que lo recordaba. Laa chica beta que nunca se separaba del varón omega. Roy juraría que hace unas semanas creía que él y el tal Joaquín tenían algo. La forma en que se miraban, sus abrazos y el que estuvieran siempre pegados lo hizo creer aquello con seguridad.

Pero ahora era obvio que el omega no tenía ojos para otra persona y menos para una mujer. Es normal, después de todo su misma condición le pedía un alfa.

Aunque siempre hay excepciones, recordó.

¡Mierda! Ni siquiera sabe el número de contacto de la familia de la chica. ¿Cómo iba avisarles en que hospital la trasladaban? De seguro que sus padres se volverán locos buscándola entre las ruinas del edificio educativo.

Pensarán lo peor y con razón. Lo que sucedió ahí fue el auténtico infierno en la tierra. El incendio y la explosión lo devoró todo.

Probablemente ella no sobreviva, pensó. Ese golpe en su cráneo se ve mortal. Mientras pensaba eso, un pitido desquiciante alertó a los tres hombres dentro de la ambulancia.

-Paro cardíaco-murmuró uno de ellos y comenzó a practicarle RCP a su abollado cuerpo. El otro paramédico checaba su pulso y Roy notó que subía la intensidad del oxígeno.

Ella está muriendo; no le costó descifrarlo. Ella morirá, será una víctima fatal más del atentado.

Esa idea le revolvió las tripas y le hizo apretar sus dientes. ¿Por qué? ¿Por qué lo hicieron esos malditos terroristas? ¿Qué culpa tienen los estudiantes de los errores del gobierno? ¿Qué culpa tienen ellos acerca de las decisiones de las familias predominantes?

Si sus malditos problemas son con los líderes de este sistema de castas, deberían ir a cobrárselo a ellos. No con el pueblo. Por su culpa, por su malicia y terrorismo morirá una joven inocente. Por sus actos, ella dejará de respirar y cerrará sus ojos para siempre.

-Por favor-se escuchó hablar-Lucha. Tienes que luchar, Andy. Sé que no te conozco muy bien del todo, pero no quiero que mueras. No te mueras-le pidió con lágrimas empañando sus cálidos ojos.

En ese momento el pulso de Andy volvió a normalizarse.

"Gracias a Dios". Roy suspiró. Ella va estar bien, tiene que ponerse bien. Su amigo se la encargó y él va cuidarla hasta que llegue su familia. Se lo prometió a la chica inconsciente y ensangrentada en la camilla.

El señor y la señora Morán estaban destrozados. Roy pudo buscar en la base de datos del sistema de castas el número de los padres de Andy. Aunque vaya que tuvo que sentarse por horas. Era muy difícil. Roy no era consciente de cuántos "Morán" habitaban dentro del sistema. Una tarea ardua que fue recompensada cuando los padres de la chica lo abrazaron envueltos en un manto de lágrimas. Le agradecieron que hubiera salvado a su pequeña y unigénita hija.

No había duda de que la amaban. Ojalá sus padres fueron igual de cariñosos que los de Andy. Cuando Roy llamó para avisar que se encontraba bien y en el hospital, su madre ni siquiera le preguntó por qué se encontraba en ese lugar. Se conformó con su simple y forzado "estoy bien". A la vez, su padre le pidió no llegar tarde a casa por seguridad

No es fácil Emiliaco/OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora