Capítulo 19

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"El Mejor Cumpleaños de tu Vida"

Recorría todo el centro comercial en busca del regalo perfecto para Emilio. Entraba a cada tienda de ropa, zapatos y joyería que encontraba en mi camino. Le había pedido la tarjeta de crédito prestada a mí papá y podía permitirme comprarle un buen regalo. Aunque no quería que fuera algo tan material, sino más bien simbólico. ¿Qué era lo que definía a Emilio? Su fuerza y su alma, contesté inmediante. Él era un chico fuerte, pero a la vez demasiado dulce. Todo lo opuesto y similario. ¿Qué regalo podía simbolizarlo?

"Jaoco deja el drama. La fiesta de Emilio es mañana y tú aún No haz comprado el regalo"

"Deja de darle tantas vueltas o tendrás que envolverte a ti mismo, porque terminarán cerrando todas las tiendas"

Las palabras de Andy y Renata me perseguían. Ellas tenían razón, el tiempo se me estaba acabando y yo seguía sin un regalo. Quizá debía de comprarle una camiseta bonita o una cadena. Cuando me giré sobre mis talones para devolverme a la tienda de ropa y de paso ir viendo la joyería, me topé con una pareja de novios que en plena plaza se demostraba cuánto se amaban.
La chica le cantaba una canción muy romántica y los ojos del chico amenazaban con soltar lágrimas. Cuando ella terminó de cantar le dió un ramo de flores y juntos se fundieron en un gran abrazo con un beso. La gente que se había amontonado para ver aquella demostración de amor comenzó aplaudir y yo también. De pronto supe cuál era el regalo perfecto. Tomé un taxi y fui hasta donde la señora Crisanta, la dueña de la florería donde mi papá año tras año compraba las flores para mi mamá.

○○○

Me quedé esperando a Joaquín toda la tarde. Renata me dijo que salió a hacer unas cosas, pero no me dijo cuáles cosas. ¿Sería correcto preguntarle? Finalmente decidí salir a correr un poco para despejarme. Mañana era mi cumpleaños, el primero que pasaría lejos de mi familia y de la Gran Casa. Tenía mis sentimientos a flor de piel y mis ánimos no estaban de lo más elevados. Aunque ahora tenía muchos amigos y a Joaquín; me faltaba
mi familia, mi casa y sobre todo, mi abuela. Qué diferente era todo hace un año, pensaba.

Cuando llegué de correr me sorprendió mucho no encontrar a Text0s en el departamento. Pensé que debió salir a comprar algo, ya que la Agencia aún no lo había llamado para un nuevo reporte. A todo esto, estaba muy preocupado. Presentía que mi tiempo de infiltración terminaría muy pronto y entonces, me tocaría abandonarlo todo. Dejaría de ser un estudiante, un adolescente, incluso un heredero y me convertiría en un gobernante.

Desvié esos pensamientos, no quería que me atormentaran por el momento. Me desvestí y fui a darme una ducha porque estaba todo sudado por el ejercicio. Cuando salí, me vestí con un pantalón de casa y una sudadera. Tenía un poco de frío. Empezaba a tener mucha hambre y ya se había pasado la hora de la cena. Fui a la despensa y me hice un tazón de fideos instantáneos. Aprendí recientemente eso. En la Gran Casa no me permitían ni servirme yo mismo un vaso de agua y ahora hasta una taza de tallarines sabía hacer para no morirme de hambre. Reí ante esa ironía.

Cuando los minutos y las horas fueron pasando me preocupé porque Text0s no había vuelto. Me cambié el pantalón de casa por uno de salir y bajé para preguntarle a Umberto si él sabía dónde estaba. De paso me quedaba verlo a Joaco.

Para mi sorpresa, fue Eros el que me abrió la puerta.

- Hola, ¿está Joaco y él señor Umberto?

No es fácil Emiliaco/OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora