No es fácil Emiliaco/Omegaverse

Capítulo 36

"Mal augurio"
Parte 1

Mis manos sudan mientras hago el nudo de mi corbata. No puedo evitarlo, estoy nervioso. Hoy es el día. Mi gran día. Una sonrisa bobalicona se escapa de mis labios. Por fin, hoy es. Me casaré con Joaquín.

-¿Necesitas ayuda?-preguntó mi progenitora.

Negué con la cabeza. Ya lo había hecho todo. Me giré lentamente y fijé mi vista en la suya. Estaba radiante con ese hermoso vestido negro de gala. Claro, aún guardaba el luto.

-Te ves realmente bien, hijo-noté un deje de orgullo en su voz.

-Gracias-dije sencillo-¿Ya está todo listo?

-Tus tías se están encargando de ello, junto con Text0s. Tranquilo, todo saldrá de maravilla-sonrió tenue y me extendió un pequeño cofre de oro-Ten  .

Perdí el aliento. Sabía lo que había ahí dentro.

-Son ...-mis ojos se lagrimearon.

-Sí, son las joyas de la familia. Tienes que dárselos a Joaquín para que los atesore.

- No pensé que las entregarías-confesé impresionado.

Sus ojos verdes se oscurecieron.

-¿Por qué? ¿Porque no me agrada el omega?-rechistó-Creo que es tiempo de dejar el pasado atrás, Emilio.

-¿Ya lo aceptaste?-tenía la esperanza de que así fuera.

-No-admitió-Jamás aceptaré a un varón omega dentro de la familia principal- bajé la mirada, profundamente decepcionado- Pero aceptó tú decisión-entornó los ojos- Además, él tiene en su vientre a mi nieto, al futuro heredero. En estos momentos, incluso tiene más poder que yo-hizo una mueca, muy impropio de ella.

-¿Por qué lo consideras una amenaza?-pregunté mordaz-Te recuerdo que fui yo el que me enfrente a él, no Joaquín.

- No lo considero una amenaza-su mirada sincera-De hecho, hasta creo que me agrada.

-¿Qué? No entiendo.

Ella suspiró pesadamente y dejó el cofre en mis manos.

- Es tierno y puedo entender cómo es que pudo seducirte-dijo con la mirada puesta en mí- El omega es realmente lindo-juntó sus manos- Pero él es una debilidad que no te puedes permitir. No como líder.

-Estás equivocada-susurré.

-Ojalá-aseguró ella-Porque no quiero verte caer. Yo te amo, hijo-conectamos miradas y supe que estaba diciendo la verdad- Te tuve resentimiento por algo que fue inevitable y me arrepiento tanto por eso. No fui una buena madre y entiendo tu renuencia para conmigo, pero espero que entiendas que todo lo hice por querer tu bien.

- Yo puedo entender tu punto, pero aún así ...-me removí, incómodo-No creo que pueda perdonarte por lo que le hiciste a Joaquín.

-Yo tampoco creo que pueda por lo que tú le hiciste a tu padre.

Un sabor amargo se instaló en el fondo de mi boca y sentí un golpe justo en la boca del estómago. Miré dolido a mi progenitora. ¿Así que ahora así es? Nosotros nunca podremos recuperarnos. Siempre estará latente el recuerdo de que el otro lastimó a nuestra persona más amada. El resentimiento y el dolor en nuestras miradas. Hijo y madre sin poder perdonarse ...

-Qué mal ...-aspiré una gran bocanada de aire.

-Sí-estuvo descuerdo ella-Pero aún te amo-dijo sincera- Eres mi hijo y yo jamás dejaré de ser tú madre.