El plan.

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Samandriel era un administrativo en el cielo, ni siquiera estaba seguro porque lo enviaron a esa misión, supuso que era "reducción de personal" en el cielo. Todos sabían que un enfrentamiento con el Angel de Lucifer era un suicidio. El joven conocía a Castiel, pero jamás a Lucifer.

Satán lo observaba fijamente, sentado del revés en su silla del comedor, mientras el menor se moría de nervios en el sofá de la sala. No lo separaban más de diez pasos y, aunque el ángel buscaba evitar el contacto visual, la mirada del arcángel quemaba.

- Sam y Dean ya viene para acá. – Informó Cas, entrando por la puerta de atrás y guardando su celular.

- Trae el desinfectante de ambiente. – Sugirió Luci. – Me llenan la casa de gérmenes.

El morocho ignoró su mal humor y se acercó a su hermano, sentándose en el sofá individual frente a él.

- Si lo que dices es cierto, en cuanto lleguen nuestros amigos, necesito que no olvides ningún detalle. – Pidió al menor, recibiendo su asentimiento. – Es importante para mí, para mi familia saber que tan peligroso es esto.

Sammy, como lo llamaba Cas en su tiempo en el cielo, era uno de sus hermanos favoritos. Era muy diferente a como lo recordaba, y podía percibir la desconfianza en su mirada. No lo culpaba. El siempre correcto Castiel había caído a pies de Satanás, asesinado a gran parte de sus hermanos y manifestado su profundo odio hacia el cielo. No lo culpaba por temer.

- Pensé que vivirían en el infierno. – Admitió Samandriel, observando a su alrededor.

- No es buen lugar para nuestros hijos. – Excusó.

- A Cas no le gustan los lamentos. – Delató Lucifer, recibiendo una mirada de reproche.



Los Winchester no tardaron en llegar, con Gabriel también, solo para molestar. Castiel les permitió sentarse en el amplió sofá, mientras Satán continua observando desde el comedor, sin emitir palabra.

Los cazadores no estaban muy seguros de confiar en un ángel, no aparte de Cas, pero si iba a decir algo, había que escuchar.

- Michael tiene una bomba de oscuridad. –

- ¿Bomba de qué? – Dean manifestó la sorpresa en todos.

- Es como una bomba nuclear pero de energía oscura. – Explicó el rubio. – Dicen que eso dañara a Dios.

Inmediatamente y por instinto, Castiel giró hacia su pareja. Ninguno de los dos estaba seguro de cuanto de eso soportarían sus hijos, si tan siquiera sobrevivirían a algo así. Lucifer se levantó de su lugar, acercándose al grupo. Puso sus manos sobre los hombros de su ángel, comunicándole que estaba allí para él.

- ¿Cuándo crees que pondrá en marcha el plan? – Interrogó.

- Mañana, en cuanto el sol salga. – Dijo Samandriel, sabiendo que cada palabra lo hundía más en la muerte. – Sé la capilla donde espera su reunión con Dios.

El grupo sentado se levantó, dejando solo a Samandriel en su lugar.

- Es hora de poner a trabajar a tus niños. – Sonrió Gabriel a su hermano mayor.

- Ni se te ocurra. – Escupió el rubio, volviendo a por su copa de vino y retirándose por el pasillo. 

El ángel de Lucifer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora