Títere.

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No fue fácil, más bien se trataba de una odisea, pero según sus teorías llegarían a algo bueno. Trickster era escurridizo, pero lograron atraparlo en un círculo de fuego sagrado. El castaño no tuvo más opción que confesarles a los Winchester quien era en realidad.

- Un placer conocerlos. – Hizo una teatral reverencia. – Me llaman el Arcángel Gabriel.

Al principio, habían imaginado a un ángel o algo similar que les sirviera de protección. Uriel había desaparecido. Castiel no era una opción más que para emergencias. Pensaron en contactar con el cielo, pero últimamente tampoco eran de fiar. Entonces podían hablar civilizadamente con este sujeto y convencerlo de aliarse con ellos.

Pero descubrir que se trataba de un arcángel encubierto fue una maravillosa revelación, serían más que oponentes para todo aquel que atentara contra ellos.

Le explicaron la situación, Gabriel puso su punto de vista sobre esta guerra y se negó totalmente a hacer esto.

- Por favor, eres la única alternativa. – Pidió el menor de los hermanos. – Sin Uriel y con la amenaza constante de Castiel, nosotros somos...

- ¡Espera! ¿Qué dijiste? – La expresión del Gabe cambio a algo más que seriedad. - ¿Castiel?

- Se convirtió en algo así como mi guardaespaldas. – Explicó Sam.

- Pero ha estado interfiriendo en cada maldita cosa que tiene que ver con Lucifer. ¿Lo conoces?

Gabriel chasqueó los dedos, llevándolos a una lejana cabaña, con el fuego alejando el frio que la nieve afuera contagiaba.

- Esta bajo órdenes directas de Lucifer, ¿Cierto? – Interrogó. –

- Solo lo hemos visto un par de veces, pero parece totalmente regido por Lucifer.

El castaño sopesó perdiendo su mirada en la ventana. Aún tenía lejanos recuerdos del momento en que Castiel fue arrancado del cielo, y culpa por no haber estado allí.

- ¿Vendrá si los llamas?

Sam no perdió tiempo, pronunciando el nombre del ángel y fingiendo que necesitaba urgentemente de su ayuda. Aunque se llevó un susto cuando Cas apareció justo enfrente de él.

- ¿Estás bien? – Parece que era la única pregunta que el ángel sabía hacerle.

- Hello, bro. – Dijo Gabe, llamando la atención del menor.

Mirada inmutable se plantó frente al arcángel, jamás creyó volver a verlo pero no le causaba ninguna emoción ya. Comprendió el engaño de Sam, y de lo que intentaban hacer.

- ¿De qué lado estas? – Enemigos o aliados es todo lo que importaba ahora.

- ¿Qué? ¿Puedes dejar de pensar como un soldadito de plomo por más de 5min?

- No tengo tiempo para perder con conversaciones sin sentido. - Castiel dio media vuelta, listo para irse. - Si eso era todo...

Gabriel lo tomó del brazo, obligándolo a girarse hacia él de nuevo.

- ¿Por qué dejas que te use así?

Lucifer podía ser su hermano mayor y alguien a quien apreciaba mucho, pero su peor pecado fue llevarse a Castiel y convertirlo en un títere para cumplir sus deseos.

- Él no... - Intento defenderlo.

- Te usa y lo dejas, como un maldito masoquista. ¡Tú no eras esta estatua sin sentimientos en que te convirtió! - Acusó.- ¡¿Desde cuándo matas por simple amor al arte?!

- Desde que me abandonaste.

Silencio inundo el ya incomodo ambiente, y Gabriel se quedó sin palabras. En un brusco movimiento, Castiel se liberó del agarre de su hermano.

- No necesito tus sermones ahora. Tengo a quien quiero a mi lado y no voy a traicionarlo por alguien como tú, que no vale la pena. – Sentenció el ángel.

- Te hundió en esta mierda y sigues adorándolo.

- Estamos juntos en esto por amor. Pero jamás vas a entenderlo porque no eres capaz ni de quererte a ti mismo.

Entonces Gabe ya no pudo detenerlo, Cas se marchó de vuelta a casa.

Nadie dijo nada por un momento, procesando la conversación. Dean caminó hasta el sofá individual para luego hundirse en él, suspirando con fuerza.

- ¿Me estás diciendo que Cas se folla al príncipe de las tinieblas? – Su cara estaba deformada por la mezcla de horror y asombro.

- ¿Cómo crees que convences a un ángel absolutamente devoto de traicionar a su familia? – Gabe se sentó en el sofá contiguo.

- Buen punto.

Sam aún seguía parado en el centro de la sala, sin poder entender nada.

- Ese es el secreto. – Llamó la atención del arcángel. – Cas dijo que había una razón por la que siguió a Lucifer, pero era un secreto, ¿Es eso?

- Pues sí. Se supone que solo los arcángeles, Dios y el propio Castiel, somos los únicos que sabemos de la relación entre esos dos. – Suspiro, sintiéndose frustrado. – Nadie esperaba que fuese justamente Cas quien cayera por alguien así.

- Al chico bueno le gustan los Bad boys. – Rió Dean.



Cas besó la espalda desnuda sobre la que se recostaba. Le dolía ver las lesiones en el recipiente del arcángel, pero su idea de usar hechizos para mantenerlo un tiempo más parecía funcionar. Se alejó de la suavidad de las sabanas y la comodidad del cuerpo ajeno, deslizándose con cuidado en total desnudez. Pero entonces su mano fue atrapada.

- ¿Adónde vas?

- Descansa, me asegurare de que todo esté en orden.

La mirada del rubio puso presión en el ángel, exigiendo su regresó. Cas volvió a su lado en la cama a regañadientes.

- Tenías que decirme algo, ¿Cierto?

- Más tarde, no quiero agregarte una carga más.

- Los Winchester son realmente estresantes. – Se quejó, suspirando todo el cansancio que sus fallos le daban. – Pero siempre tengo espacio para algo más.

Cas ocultó su mirada, descansando sobre el pecho ajeno.

- Gabriel esta con los Winchester.

Lucifer pareció sopesarlo un momento. No había visto a su hermano en mucho tiempo, y este era bastante bueno ocultándose. Que se revelara por el par de insoportables cazadores era nuevo. Pero tenía una idea de su propósito.

- ¿Te dijo algo?

El ángel intento mentir y negarlo, pero no era capaz. Su silencio le dijo todo lo que necesitaba saber Lucifer. Últimamente, cualquier desastre que causara parecía secundario para los Winchester, demasiados centrados en el ángel. Sabía que Gabriel intentaría manipularlo como los cazadores, eso parecía más prioritario.

- No Dean, no conversaciones amables con Sam, no Gabriel, ¿Entendido? – Ordenó.

- Absolutamente. 

El ángel de Lucifer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora