-NO ME RETES-

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La llegada al castillo fue tranquila, Nara se estaciono frente a la gran puerta, al escuchar que unos autos se estacionaron  Pein se levanto, todos  estaban expectantes ya que habían pasado varias horas, pero Yahiko estaba tranquilo, sabía que Namikaze Minato le regresaría a su Esposo y traería a el pequeño Naruto.

Pero en el rostro de cierto azabache no se le miraba de la misma manera, esta impaciente por ver al Kitxune, se encontraban platicando entre ellos pero aun así se levantaron al escuchar que abrían la puerta.

Yahiko se levanto para ver si eran ellos, ¡Claro que eran ellos! Salio con pasos agigantados. Vio que Minato llevaba en brazos a Naruto, Shikaku a Nagato. Al verlos se adelanto a tomar en brazos a su pelirrojo en brazos.

Al llegar a la entrada del living de la sala pregunto con una voz tranquila pero seductora no llegando a ser dura, si no amable.

> ¿Cual es la habitación de Naruto? Yahiko-kun.

Con su esposo en brazos le contesto con una sonrisa la voz le temblaba por la emoción que tenia de tener a su amado nuevamente entre sus brazos.

> Es en la segunda planta mano derecha segunda puerta a la izquierda... Minato-san... Gracias.

Al ver Sasuke que traían al rubio menor en brazos, se adelanto para tomarlo para llevarlo el, pero su Padre Madara lo detuvo moviendo la cabeza. Con la mirada le dio entender -Que no fuera inoportuno - Al ver tanto a Minato como a Naruto, se dio cuenta que ambos rubios eran iguales, Naruto había heredado la belleza el porte la elegancia de su Padre, era en pocas palabras un ser Etéreo e INDOMABLE.

> Minato-sama ¡por aquí por favor!

Lo guió uno de los asistentes que se emociono al ver a los señores reunidos. Minato vio de reojo al azabache menor, que estaba con Madara, en ningún momento se detuvo para saludarlos, quería que su pequeño estuviera bien.

Al llegar a la puerta correspondiente Shikaku, abrió se introdujeron en la recamara, el castaño fue al cuarto de baño empezó a llenar la tina para que Minato le diera un baño al pequeño rubio.

> Gracias shikaku, te encargo el té, para que empiece a reaccionar el cuerpo de mi pequeño, Kabuto no me dijo cuanto le administro esto puede tener consecuencias, lo bueno que nos dio el antídoto para contrarrestar la droga.

Nara tomo el sobre que Minato le dio para hacer el té.

> No hay problema en este momento voy por agua caliente para darle tragos en poca cantidad y ya pueda moverse.

Minato asentó con la cabeza, después se dispuso a desnudar al pequeño el se quito la americana se arremango las mangas de la camisa dejando al descubierto su tórax, esa magnifica piel trigueña que era como una invitación a la seducción.

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