-MALA DECISIÓN-

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Hinata estaba temerosa por lo que hizo su hermano, ella deseaba que todo fuera una mentira; la realidad era que estaban en un gran problema ambos

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Hinata estaba temerosa por lo que hizo su hermano, ella deseaba que todo fuera una mentira; la realidad era que estaban en un gran problema ambos.

Hannabi observaba a su hermana su manera de actuar era muy torpe que tuvo que intervenir para que ya no cometiera errores en su vida.

- ¿Hermana? – Hinata seguía caminando de un lado a otro – Hina, por favor. – Hinata volteó para ver a su pequeña hermana.

- ¿Qué quieres? No ves que estoy ocupada.

- Es por eso que te pido que te calmes, - La detuvo – Debemos de ir al pueblo para sacar a nuestro padre.

Una sonrisa malvada se dibujó en los labios de Hinata.

- Tienes razón – Hinata estaba creando un plan para que le pudieran ayudar – Debemos de ir con Madara Uchiha, él puede ayudarnos.

- ¿Madara Uchiha? ¿Le conoces?

- Si, debo de cambiarme para poder tener buena apariencia.

- ¿Pero?

- Pero nada – La callo Hinata - ¿Quieres que padre no esté en la cárcel?

- No quiero.

- Entonces ese hombre puede ayudarnos.

- Está bien, como tú digas hermana.

Con una sonrisa triunfante Hinata fue a cambiarse ponerse atractiva para que ese hombre se fije en ella, erróneamente pensaba eso ya que Madara solo tenía ojos para Minato Namikaze.

- No dejare que esto termine de esta manera.

Hannabi observaba como su hermana caminaba de un lado a otro dejando reguero de ropa en la cama en la silla hasta en el piso.

- No, esto tampoco debe de ser algo que pueda atraerlo.

Se guía buscando hasta que dio con un vestido que dejaba ver sus atributos bien formados.

Hannabi solo movió la cabeza.

- Hermana solo encontraras su propia desdicha.

El hilillo de voz solo Hannabi se escuchó ya que Hinata estaba afanada en ponerse atractiva, utilizar su belleza.

Al término de su arreglo se dio unas vueltas observando que se miraba sensacional, tomo un abrigo para ponérselo al llover se sintió un frió.

- Hannabi.

La pequeña hermana salió de su habitación observando a su hermana que se miraba muy atractiva sus labios rojos el maquillaje resaltaba su belleza.

- Dime hermana.

- Es hora de irnos, no quiero que se nos haga tarde.

- Voy por un abrigo.

- Te espero en la camioneta.

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