Capitulo 27

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Desperté porque me dolía demasiado el estómago y ya no aguanté. Me levanté de la cama con precaución, ya que me mareaba cada vez que lo hacía. Tomé un buso largo que me llegaba un poco más arriba de la rodilla y salí de la habitación. Allí me lo encontré a Julian.
Me miró, sonrió y fue a abrazarme, yo le correspondí. Luego me soltó y me dejó en la mesa, frente a mi notebook. Abrí mi correo para revisar si mi mamá había respondido el mensaje que le envié hace 2 semanas, cuando llegué aquí. Aún no me contestó, y eso me preocupaba bastante.
Julian me tendió una taza de café y yo la negué

-Alma, desde que llegaste no comes nada, y cuando lo haces, comes muy poco, ¿te sentís bien? ¿queres ir a un médico?

-Nada, tan solo no tengo apetito. Tal vez este incubando algún virus de resfrio, nada grave, Jules.

-¿Segura?

-Sí, segura.-sonreí.- Me voy al baño- Dije, y justo en ese momento, el piso comenzó a moverse ¿terremoto? no, me caí, Julian me hablaba, pero lo oía lejos, muy, muy lejos. Todo era borroso, después más borroso, y luego, todo oscuro.

Desde el mensaje de Mariana no he comido nada, evadí la comida y he buscado formas para hacer creer a los demás que en realidad comía, pero cuando se descuidaban, escondía o tiraba la comida que oculte en mi boca. Lo más increíble, fue encontrar toda esa información en internet, hay páginas que solo se dedican a adorar a una tal "Ana" y a dar esos tipos de consejos. Debo admitir que me siento bastante chiquilina haciendo este tipo de cosas, pero en verdad, quería sentirme bien conmigo, y que julian me vea hermosa.

Cuando desperté estaba en la cama de julian y él tomaba mi mano. Lo miré asombrada, estaba triste, pálido, lo podía notar asustado

-¿Quién es Mariana?- Preguntó, esta vez parecía algo enojado.

-¿Mariana?

-Mariana, la que te mandó ese correo tan espantoso.

-¿Qué hacías revisando mi correo, Julian? Eso es privado, PRI-VA-DO

-Lo dejaste abierto, Alma, fue sin querer. Pero respondeme, ¿quién es Mariana?

-Creo que eso no es de tu importancia.

-Alma... quiero que estes bien. Acabo de hablar con Cata, y me contó de tus problemas alimenticios que frecuentaste a los 15 años

-¿Cómo sabe eso ella?- dije sorprendida, creí que nunca lo notó.

-No lo sé, Alma, ¿quién es Mariana?

-La ex novia... o actual de Tomas.

-¿Por eso has dejado de comer?

-No- dije, agachando la cabeza.

-Alma, necesito que confies en mi y me digas la verdad.

-Esta bien. Creí que sería más fácil que me miraras como algo más que una amiga si adelgazaba.

-¿Eso era lo que querías?, ¿piensas que en serio me fijaría tan solo en tu físico?, ¿me crees ese tipo de persona?

-Sí lo creí. Por favor, no te enojes.

Julian se acercó a mi, apoyando su frente contra la mía, lo miré fijamente, una lágrima recorría su rostro

-Lo único que yo quiero, es lo mejor para vos, Alma. Si a ti te pasa algo, morirá una parte de mi.

-No quiero que nada de ti muera

-Si tu caes, yo caeré contigo.

Entonces, sequé su lágrima. Él me besó, y se salió de la habitación. 

Yo lloré, y me dormí nuevamente.

¡Feliz cumpleaños!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora