Capitulo 29

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Salí de la habitación en busca de la cocina, porque, aunque ya pasé demasiado tiempo en esa casa, aún no ubico bien las habitaciones. 
Sentí a Cata detrás de mí, tratando de entender lo que estaba buscando, pero por fin llegamos ambas a la cocina. En la heladera me encontré con un papelito pequeño, color rosado, donde se podía ver el dibujo de un auto y decía "Dirígete hacia mi auto, en el estacionamiento" y eso hice. 

Tomé las llaves de la casa y auto e intenté tomar el ascensor, pero tardaba mucho y estaba nerviosa, o ansiosa, no sabía bien. Perdí de vista a Catalina, y la necesitaba.
Tenía muchas ganas de encontrar a Julian y darle un fuerte abrazo y un gran beso, que se lo negué por demasiado tiempo.
Bajé las escaleras porque el ascensor no llegaba y yo no aguantaba la ansiedad. Después de un largo trecho hasta el estacionamiento, encontré el auto de Julian.
Entré y en el asiento del acompañante posaba una caja hermosa con otra carta, la tomé "Debe ser un día especial, y quiero que todo lo sea, hasta el mínimo detalle" sonreí, y abrí la caja, allí me encontré con: Un hermoso vestido rosa el cual era largo y que tenía pequeños detalles que lo hacían aún más hermoso de lo que era. Unos zapatos plateados con mucho brillo, que me enamoraron. Un collar de diamantes que hacía juego perfectamente con los aros que también yacían en la caja. Sonreí y la tomé. Esta vez, menos ansiosa, esperé el ascensor. Cuando este abrió me la encontré a Cata tomándose la cintura y comiendo una barra de chocolate.

-Ay, ¿qué?, ¿qué pasó?, ¿qué es eso?, ¿es comida?, ¿puedo ver?

Sonreí-No es comida, Cata. Es ropa. La verás adentro del departamento, supongo que me la tengo que poner.

-Dime para qué te la regalo si no es para ponertela. 

Sonreí, claro, ¿para qué me la regalaría si no fuera para ponermela? que idiota.

Llegamos al departamento y me encerré en la habitación a colocarme el vestido, y los demás accesorios. Cuando terminé Cata entró

-Wow, estas... bellísima.

Me sonrojé y sonreí- Gracias, amiguis. ¿Ahora, qué debo hacer? ¿me pasará a buscar?

-No lo sé, pero mientras lo esperamos, por las dudas, dejame que te peinaré.
Sonreí y me acomodé para que me peinara. En unos 10 minutos Cata hizo maravillas con mi pelo. Entonces, cuando termino, me paré del asiento y pude ver que en la caja había otro sobre. Lo abrí

"Quiero que recuerdes el día en el que nos conocimos. ¿Recuerdas que "nos conocimos dos veces"?, ¿aún te acuerdas de ese bar donde nos reencontramos?... si lo recuerdas, quiero que tomes mi auto, y vayas hacía allá"


Sonreí y con el poco control de mis nuevos zapatos, salí hacia el ascensor, nuevamente, pero antes, saludé a Cata con un beso, un abrazo, y luego me agaché para saludar a mi sobrina/o. Cuando subió el ascensor subí y marqué el piso del estacionamiento.

Tomé las llaves nuevamente que estaban en mi cartera, y entré. Salí de allí y me dirigí a ese bar donde nos reencontramos, cerca del Central Park.

Llegué allí y entré. La gente me miraba raro, como si fuera una novia fugitiva o algo así. Vino un camarero el cual se notaba que no sabía mucho de español, pero con su mayor esfuerzo me indicó donde debía ir. Casualmente me ubicó en la mesa donde me senté con Catalina aquella noche. Se fue, y volvió con una taza de café con leche y dos medias lunas. Sonreí y el camarero me devolvió la sonrisa, hizo una mueca como si se olvidara algo entonces se retiró. A los 5 minutos regresó, esta vez con un magnifico florero lleno de fresias color violeta, una de mis favoritas. 

-Esto se lo envía el señor... Casablancas.- dijo mientras colocó las flores sobre la mesa y me entrego otro sobre- Ah, y por cierto, la deuda esta saldada.

-Gracias- dije, dándole una sonrisa, ¿la deuda esta saldada? ah, seguro habla del café. Abrí el sobre nuevamente

"¿Disfrutaste del café y las fresias? Sé que son cosas que más disfrutas en el mundo. Pero ya, salí de ahí y vete hacia el Central Park, justo donde hicimos nuestro show, justo donde nos vimos por primera vez."

Sonreía nuevamente, tomé mis flores y me dirigí hacia el Central Park. Allí, donde se ubicaba el escenario y demás cosas que aprecié en el show, estaba él. Pero no era él. Era otro Julian. Acostumbrada a verlo con Jeans, zapatillas de lona y camperas de cuero, pero lo encuentro de traje, camisa, corbata y zapatos. Lo miré y sonreí. Camino hacia a mí, yo hacia él, y nos encontramos con las miradas.

-Estas hermosa...

-Estas muy... sexy-  dije, y sonreímos

-Otra cosa más que sé de ti, es que amas la lluvia...- miramos los dos al cielo y vimos un cielo hermosamente despejado - pero bueno... Igualmente, lo que tengo que decirte, te lo voy a decir de la forma que te gusta...

Hizo una seña con las manos y aparecieron Fabrizio, Nick, Nikolai y Albert con unas máquinas raras al rededor nuestro, y comenzaron a tirar agua en forma de lluvia, me reí y sentí las gotas caer por mi cara, me pase la mano por el rostro y esta quedo completamente negra por el maquillaje. Reímos. Me abrazó. Me miró y nos quedamos mirándonos, perdidos en nosotros, por unos... 5 minutos...

-Alma. creo que ya estamos preparados para el siguiente paso- se sonrojó, sonreí, se veía tan jodidamente tierno...- Alma, quiero que empecemos a ser algo más que amigos, quiero que nos escuchemos como amigos, nos peleemos como hermanos, nos aconsejemos como padres, y nos amemos como novios... eso es... Alma Mía... ¿queres ser mía... Jaja valga la redundancia... Uf- suspiró y tomó valor- ¿Queres ser mi novia?

¡Feliz cumpleaños!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora