Capitulo 20

174 15 3
                                    

-Estoy acostada, mirando películas de Disney y comiendo chocolates. Estoy sola porque Nick fue a comprar helado. Estoy siendo re malcriada... y te puedo asegurar que ¡me encanta!- Dijo Cata, luego de haberme despertado con su llamado.

-¿Hace cuanto llegaste a New York? ¿Te encuentras bien?- Pregunté mientras intentaba abrir del todo mis ojos, mi voz era aguda, y no encontraba el control remoto para encender la televisión.

-Hace menos de una hora. Llegué excelente. Ryan me dio todo lo que quería, comí hasta reventar. Y cuando llegué aquí Nick me trajo muchísimas cosas.

-¿Así? ¿No te dijo nada más?

-Sí, llegué, me abrazó, lloró, se rió, me besó, besó la panza. Me abrazo el resto del grupo, mientras Julian miraba hacia todos lados esperando tu llegada.

-¿Julian solo? ¿No estaba con su novia?

-Shh, déjame terminar. Él me saludó con un fuerte abrazo, me dio muchas felicitaciones, y besó mi panza. Le dijo "Hola, soy el tío Jules, y juntos vamos a ir a jugar Béisbol y tomar cervezas sin que mamá ni papá se enteren" sonrió, me miró y volvió a hablar, dijo: "Pero solo cuando tengas 18". Luego, me preguntó por ti, y porqué no estabas ahí. Le dije que tenías que quedarte, tu vida esta allá. Agachó la mirada, y me preguntó si estabas enojada por las noticias, yo le respondí que no sabía, y pregunté, obviamente, que noticia, y me contó que se la vínculaba con una modelo.

-¿Eso significa que es verdad que tiene novia?

-No lo sé, no me dijo "Sí, es mi novia" ni tampoco me lo negó. Pero se lo notaba muy preocupado. Después vine a la casa de Nick y me tenía preparados muchos chocolates. ¿Vos, todo bien?

-Sí, eso creo. Ayer recibí una visita muy especial.

-¿Fue Tomas?

-No, Mariana.

-¿Qué? ¿Mariana? ¿La misma Mariana que vos y yo conocemos? ¿Mariana zorra, prostituta, malvada, perra?

-Creo que estamos hablando de la misma Mariana.

-Decime que no te dijo nada porque sino ya vuelvo y la agarro de los pelos. No, mejor no, porque tiene al bebé. Pero le escupo la cara... sería un sueño hecho realidad.

Sonreí, Cata siempre me hacía sentir mejor- Me contó que Tomas la dejó porque supuesta-mente me amaba a mi.

-Ay, por Dios, ¿qué cree la tarada esa? ¿qué su novio es Nick Valensi? Ah, no, un momento, él es mi novio, jajajaja puta. Creo que se esta sacando un peso de encima, sí la dejó embarazada a ella estando contigo, ¿quién le garantiza que a ella no se lo hará?

-No lo sé, y no me interesa. La cuestión es que la tuve frente a mi rostro, amenazándome con que yo no sería feliz, ni con Tomas, ni con nadie.

-Eso, eso se llama envidia.

-Lo sé, es un claro ejemplo.

-Alma, te dejo, creo que ya viene Nick. Te mando helado a la distancia.

-Espera, tengo que decirte que las puertas de mi casa están abiertas como siempre para vos, y que te mandan saludos... hablo de mis papás, o sea, esas son las palabras de mi mamá.

-Aw, que tiernos. Dile a tus padres que los quiero un montón y que gracias por todo el apoyo. Ah, y Nick te manda saludos y abrazos.

-¡Gracias!

-Espera, no cuelgues, él quiere hablar contigo.

-¿Nick?, ¿en serio?

-Hola, ¿Alma?

-¡Hola, Nick!, ¡Felicidades!

-¡Gracias! y ¡Felicidades a ti también, futura tía!

-Ow, gracias, cuñado.

-Solo quería agradecerte por ser tan buena con Cata, sos una gran amiga.

-Me comporto así con ella porque se lo merece, es una gran persona. Por favor, Nick, confío en ti, cuídala.

-Por supuesto que lo haré, Cata y mi bebé serán mis diamantes más preciados, jamás los dejaré solos.

-Me alegro escuchar eso, Nick, en serio.

-Bueno, Alma, te dejo, así puedo acariciar un rato a mis amores. Ah, y por cierto, hay alguien que quiere hablar contigo.

-¿Quién?

No me respondieron, se escucharon ruidos de puertas y susurros, luego sentí una respiración detrás del teléfono.

-Hola, belleza.

-Jules, ¿sos vos?- sentía como mi corazón comenzó a palpitar el doble de rápido.

-Sí, corazón. Estaba esperando tu llegada.

-Ah, ¿sí?. Ojalá pudiera tomarme una vacaciones.

-Se te nota un poco distante, ¿estás enojada?

-No, ¿porqué? ¿tengo que estarlo?

-No, me dolería demasiado verte enojada por mi culpa.

-De todas maneras no me verías.

-Eso, eso aún es peor, no poder verte, es lo más espantoso del mundo, créelo.

-Ay, Julian... debo irme.- No aguantaba más escucharlo y no poder abrazarlo. Sus palabras eran tan hermosas, como él.

-Te quiero, Alma, y mucho.

-Yo también, Jules, yo también.

"¿A quién engañas? no puedes enojarte con él, sigues enamorada" Repetía una y otra vez una voz en mi cabeza. Pero yo no era de esa clase de personas. No puedo dejarme llevar por la corriente. Si tengo que enamorarme, lo haré de alguien soltero sin responsabilidades más que su trabajo y/o estudios. Jamás le quitaría el novio a una chica, y menos yo, que lo viví, y lo sufrí.

No sabía que hacer, mi mejor amiga estaba en otro país, ir a la casa de mis padres me aburriría. ¿Mirar películas y comer palomitas? mm, sola es aburrido. Tomé el teléfono y marqué el número de mi mamá.

-Hola, má, ¿cómo estás?

-¡Hola, hija! Todo bien, ¿vos?, ¿hablaste con Cata?, ¿cómo llegó?

-Bien, sí, bien. Gabi, ¿esta en el jardín?

-Sí, ¿porqué?, ¿pasó algo?

-No, es solo que quiero que se quede a dormir en mi casa, hoy, y ver unas películas. ¿No te molesta si lo paso a buscar y lo traigo?

-No hija, no me molesta, pero tendrás que venir a buscar ropa de él.

-No es necesario, tengo. Mañana te lo llevo y desayuno contigo y papá.

-Dale, mi amor. Te tomo la palabra. ¡Suerte!

Salí y me subí al auto de Cata, en una hora Gabi salía del Jardín de infantes, como no tenía ganas de llegar temprano y escuchar a las abuelas y madres preguntando mi edad (parezco mucho más joven de lo que soy) y si Gabi era mi hijo, fui hacia el supermercado y compré las palomitas y gaseosa. Todo era muy aburrido.

Retiré a Gabi del colegio, se lo notaba muy contento y sorprendido. No sé por que, pero le encantaba ir a mi casa. Cuando llegamos preparé todo. Miramos muchas películas de dibujos animados, y lloré como cuando era niña con el final del Rey León, y Gabi se burlaba, aunque también se le salieron algunas lágrimas.

Después de dos películas y media, llamé al delivery. Entre los dos comimos dos pizzas, o sea, una cada uno. Si seguíamos así, saldríamos rodando, y es algo que no quiero que pase, así que me propuse empezar la dieta al día siguiente.

¡Feliz cumpleaños!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora