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Los días oscuros eran más seguidos, los días en los cuales ni me quería levantar de mi cama. Los días en los cuales mi corazón rogaba por acabar mi sufrimiento, mientras alguna objeto corto punzante me pedía a súplicas ser utilizado en mi mismo. Era demasiado dramático, lo sé, pero... ¿Cómo lo explico? Quiero desaparecer. 

Quiero tocar con todo mi cuerpo la tierra húmeda y fértil para convertirme en ella luego de un tiempo. Ser tierra y por fin servir de algo. Me quiero ir. Mingyu faltó por varias clases, pero ahí estaba ahora, conmigo, ambos encerrados. Yo con lágrimas en los ojos, y con un dolor horrible en mi garganta y pecho, como si el corazón estuviera a punto de explotar, esperando salir por mi garganta para dejarse de estar tan acelerado. Me duele, demasiado, como no se imagina una persona promedio. No sé si esto es normal, no sé si otros chicos o chicas sufren lo mismo que yo, (lo más probable es que sí, claramente). Pero que ganas de estar con esas personas iguales que yo y decirles que no están solos. Estar rodeado de personas que me entiendan y no me amenacen. 

Me han llevado al psicólogo, pero no sirve. No pongo de mi parte, porque simplemente no quiero, porque sé que con esto no quitará el hecho de como me encierran cada día, no mejoraré con pastillas si no que hará lo contrario. No tiene sentido. ¿Por qué nos hacemos daño unos contra otros? ¿Para demostrar poder? ¿En serio para eso están las armas? ¿Para eso me están haciendo daño? 

El ser humano es soberbio, es orgulloso, e imponente. Quiere hacer todo. Inventan barcos para andar por el agua, inventan aviones para volar por los aires, y submarinos para andar por debajo del de la superficie. No nos quedamos conformes. Y si bien es cierto que eso nos ha traído muchas cosas, también nos convierte en la raza la cual destruye todo para seguir mejorando aquellas cosas que mencioné. ¿Por qué destruimos todo para seguir creciendo? ¿Alguna vez conseguiremos el tope? Quizás hasta que acabemos con la tierra, ahí quizás, conozcamos el tope.

Me moví hacia a Mingyu, y con el rostro todavía mojado, me acurruqué sobre él. Su brazo me abrazó y acarició mi cabeza. 

—Mingyu, no aguanto más, te juro que quiero acabar con todo esto.

—¿Acabar con todo esto?—Murmuró, mientras se quedaba callado, como si no me entendiera.—No puedes hacer eso... Sabes que me destrozarías. 

—No quiero más... Me siento muerto, pero...—Mi voz se quedó entrecortada, más lágrimas se avecinaban.

—Mira...—Tomó mi muñeca y con silencio, palpaba sobre mi muñeca para sentir el pulso.—No lo estás, y por favor no permitas que esta muñeca deje de palpitar...—Soltó mi muñeca, para tomar mi mano.—Nunca...

—¿Para qué? ¿Para seguir sufriendo?

—No, para que alguien te saque de ese sufrimiento, o salir por tu cuenta... Podemos hacerlo juntos.—Susurró, mientras no dejaba de acurrucarme, no dejaba de acariciar mi mano, mis nudillos, mi cabeza en algunas ocasiones.—Te quiero, Wonwoo.—Suspiró, y besó mi cabeza. 

Me quedé quieto, no respondí.

Su suspiro se hizo más audible de lo que pensé, mientras murmuraba cosas a regañadientes. Su brazo dejó de abrazarme y se levantó.

—¿Qué pasó?

—Nada, escuché unas voces.—Susurró, mientras se acercaba a la puerta.—Sí, están hablando, ven.—Apuntó la puerta.

—Pienso que deberíamos dejarlos salir, están desde hace un tiempo. Los profesores se preguntarán por ellos. Nos meterán en problemas. Entiende que estuvimos a punto de ser expulsados luego de lo de Mingyu.—Susurró uno de los pequeños secuaces a Jung.

—Ya, pero podremos atacar su punto más débil. Tengo una idea. He visto a Huesitos escribiendo acá, supongo que tendrá cosas aquí. Eso le va a doler más que los golpes.—Entraron y obviamente nos alejamos lo más rápido posible de la puerta.—¡Qué hacen! ¡Par de imbéciles!—Se acercaron con sonrisas. Mingyu se irguió, mientras que yo me encogía, no conseguiría nada con una pose superior, o aires soberbios. 

-Body-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora