Alex nunca pensó que su trabajo la llevaría a encontrarse con una linda chica que le robaría no solo su corazón sino que sería la le persona que tanto había buscado y al fin su canción favorita tuviera la imagen que tanto deseaba, nunca nadie fue su...
Lorna había llegado temprano a la oficina, de inmediato se puso a trabajar con lo poco que logro ver del auto, pero era una tarea difícil o imposible, como ese, había miles de autos, pero había algo que sí pudo ver al ampliar la imagen, la mano del conductor tenía un tatuaje con las letras AB, de inmediato se comunicó con Cielo, ella tenía experiencia en este tipo de dibujos, quizás ella podría darle un significado.
Mientras tanto en la residencia Chapman la abuela veía a su caramelito sirviéndose café, al girarse se topó con Rose...
—Hola mi tesoro, esta mañana te veo muy contenta, por lo visto la pasaron muy bien anoche. El rostro de la rubia se iluminó al verla, amaba a esa mujer.
—Buenos días Abuela, si fue una noche muy divertida, ¿te he dicho cuanto de amo? Se movió para abrazarla y dejarle un beso en la frente
—Bueno creo que no.Hizo un puchero. —Pero comprendo que has estado un poco distraída y no es para menos. Sonrió algo picarona.
—Sabes que te amo. Rose asintió. —Y si, el trabajo me tiene así, lo siento Abue. Piper seguía de pie, su cuerpo empezó a moverse y cantaba algo sonriendo a su abuela..
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—Yo no creo que sea el trabajo quien te tenga así, mírate, bailando y cantando, ¿no será que eso que te tiene distraída tiene nombre?.... Adoro verla así, tan feliz, desde que apareció Alex ella es otra...
—¿Nombre dices? Se sentó junto a su abuela en la mesa.—Dios Abuela, me conoces tan bien, pues algo hay de eso, pero.. Rose la interrumpió.
—No hay pero que valga, quiero verte feliz, así como te veo hoy, dime algo, mucho tiene que ver Alexa, ¿verdad? La rubia no contesto Alex entró con Nicky al comedor, Rose pudo ver que sus miradas conectaron al instante, Alex también se veía feliz.........
—Buenos días Abu. Nicky llegó dejando un beso en su mejilla.
—Hola tesoro, ¿dormiste bien?
—De lo mejor Abu. Se sirvió un vaso de jugo de naranja.
—Y tu Alexa ¿también dormiste bien?
—Buenos días Rose, si demasiado bien. Paso levemente su mirada con la rubia.
—En qué quedamos Alexa, te dije que me llamaras Abuela y aun no me has dado mi beso de buenos días. Alex se sorprendió.
—Perdón, Abuela. Sonrió, se levantó y dejó un beso en su mejilla.
—Bien, en esta casa acostumbramos a que cada mañana y noche, nos demos un beso, ya sea para dar los buenos días o las buenas noches... aun no veo que saludes a mi caramelito. Alex volvió a sonreír y avanzó hasta donde estaba sentada la rubia, que quedo sin poder hablar, ¿desde cuándo eran esas costumbres en la casa?.....
