Alex nunca pensó que su trabajo la llevaría a encontrarse con una linda chica que le robaría no solo su corazón sino que sería la le persona que tanto había buscado y al fin su canción favorita tuviera la imagen que tanto deseaba, nunca nadie fue su...
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Piper esperaba ansiosa por Alex en el comedor escuchó ruidos en la cocina, se encamino hasta llegar ahí encontrándose a la abuela con una botella de licor, Rose parecía como una niña chiquita a la cual atrapan en el momento justo....
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—Tu no viste nada.. Le dijo
—Que no vi nada, pero si te estoy viendo, ¡deja esa botella! Le ordenó
—Pero hija, esto me relaja, solo una copita...
—Ni un traguito, suelta la botella. Rose hizo un puchero pero le hizo caso.
—Esta bien, la dejo. Piper se sentó junto a ella.
—Abuela, verte así, con esa botella en las manos, solo me trae recuerdos de mi madre, crees que nunca la vi tomar. Rose la vio apenada.
—Lo siento tesoro, no quise que recordarás esa etapa de tu madre.
— Bueno es algo del pasado, pero al verte me la imagine, mejor tomate un Te de tila. Rose hizo una mueca de disgusto.
—¿Y Alex? ¿No vino contigo? Piper le sonrió de una forma que rose nunca había visto.
—Ahora está hablando con papa. Respondió sin borrar la sonrisa.
—Oye, esa sonrisa me dice que algo paso, cuéntame. Piper seguía sonriendo.—¿no me digas que? Se llevó la mano a la boca, evitando soltar un grito de alegría. Piper solo asintió con la cabeza sus ojos brillaban emocionados.
—¡Si Abuela! Cuando estábamos cenando, me pidió que fuera su novia, y yo dije... no la dejo terminar..
—¡Dijiste que si!
—¡SI! Ay abuela la quiero tanto, sabes algo más, me confeso que ella estaba enterada de la condición de mi madre, y sabes algo, de alguna manera lo sabía, era tanta su insistencia en que entendiera a mi padre, después, lo que me dijo de que tu no eras quien para decirme la verdad, y conociendo a Alex, y su trabajo, era de esperarse que lo supiera.
