Capitulo 6: La pregunta más tonta

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No siento mi cuerpo.

Sé que estoy caminando porque veo a los autos estacionados pasar de mi vista y siento mi cabello moverse. Literalmente la única parte de mi cuerpo que no me duele son mis ojos, lo demás pareciera que estuviera electrocutado.

Me detengo en mi caminar para retomar fuerza y luego con mucho dolor camino hacia el salón. Detrás de mí viene Kitana quejándose en cada paso que da.

Lo bueno de hoy es que no me toca clase en los salones de pisos altos por lo que me libro de la tortura de subir escaleras. Al entrar veo a Barner ya sentado frente a su laptop con el salón lleno de la mitad de los estudiantes.

- Luisa no vayamos a los asientos de atrás. No quiero caminar más.

En otra ocasión hubiera protestado pero el dolor de mis piernas es tanta al caminar que decido dejar la seguridad de los asientos del fondo por la comodidad de la primera fila. Kitana y yo nos dejamos caer emitiendo quejidos como un par de abuelas.

- Veo que fue tan malo para ti como para mí.

- ¡Fue una tortura Luisa! El atrevido de Alfredo me hizo correr por la pista ¡Bajo el estúpido sol! – Estira sus brazos hacia mí con una cara de dolor - ¡Mira mi piel bicolor! Estoy dos tonos más oscura que antes.

- Bueno yo no estoy quemada pero estoy tan adolorida que hasta respirar me duele.

- Igual yo.

Luego de diez minutos el salón sigue con el mismo número de estudiantes, ante esto Barner decide iniciar la clase.

- Bueno ¿Cómo les fue el día de ayer en la base?

Yo le pongo mala cara mientras algunos le responden. ¿Es que no ve cómo estamos la mayoría? Caminamos como robots y rechinamos como muebles viejos ¡Eso es suficiente para que se dé una idea!

Tonto Barner...

- Espero que se mejoren para mañana. Recuerden que las visitas son dos por semana.

- Nooo...

¡Es verdad! ¿Cómo haré mañana? ¡Se me caerán los brazos!

Kitana y yo nos miramos buscando consuelo... No estamos hechas para esto y aún faltan muchos viajes hacia la base. Suspiro y me acuesto sobre mi banca queriendo dormir.

- Comencemos con la clase. – El profesor se aclara la garganta – Montéz por favor salga y lea la conclusión de su ensayo.

Abro los ojos sorprendida... no porque él me haya llamado a participar ya que siempre lo hace, me odia ya saben, sino porque no he hecho el estúpido ensayo. ¡Lo olvidé!

La poderosa Kitana lee el terror en mi cara. La experiencia de haber estado conmigo por muchos años le ha dado ese superpoder. Se pone de pie y dice:

- ¿Puedo salir yo a leer? No estoy segura si mi trabajo está bien.

Barner se lo piensa por unos minutos mientras yo rezo por que acepte.

- De acuerdo, lea en voz alta.

¡Larga vida a Kitana mi mejor amiga!

Y es así como Kitana vuelve a salvar mi día, por el resto de la clase Barner se olvida de mí y también de recoger los ensayos. A las diez tenemos la siguiente clase: ética y ciudadanía, es una materia blah pero me gusta porque es como un receso del día. Sin embargo, el salón queda en el tercer piso del edificio C. Kitana y yo nos miramos y paso a pasito subimos los escalones, rebuznando como dos mulas.

Entre besos & disparosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora