Capítulo 35: "Una navidad en el espacio"

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Una bella pelinegra colocaba unos platitos con pastelitos en una pequeña mesa con el apoyo de un joven de cabello alborotado.

¡Gracias¡ sin tu apoyo no habría podido hacer todo esto, decía Milk dulcemente.

No hay nada que agradecer angelito, yo con gusto te apoyo, en lo que necesites, respondía Gokú mirando con dulzura a la pelinegra.

Bueno, voy a cambiarme de ropa, dijo Milk de repente.

Pero si así estás bella, respondió Gokú.

¡Eh¡ gracias, eres muy amable, pero tengo que darme un baño, cambiarme de ropa, esta se me mancho un poco con la crema del pastel, dijo Milk tratando de sonar calmada.

Claro, bueno, yo también iré a tomar un duchazo, respondió Gokú con una encantadora sonrisa que incrementaba las sensaciones extrañas que la pelinegra ya venía experimentando desde hace algunos meses.

Tiempo después:

Un grupo de jóvenes estaban reunidos junto a un árbol navideño, mientras una peli azul de cabello largo y una rubia de cabello ondulado repartían unos gorritos de navidad a los jovencitos que viajaban con ellas.

Pero Lunch, ¿tenemos que ponernos esto de verdad?, decía Vegueta, mirando con incomodidad un gorrito que su amiga le había alcanzado segundo antes.

Si Veguetita, si, respondió la rubia mientras los demás jóvenes se colocaban sus gorros navideños.

Bueno ahora a cantar, dijo Marón, mientras empezaba a hacer palmas.

¿A cantar?, dijo nerviosa Milk.

Si muñequita, toma, estos son los villancicos que seleccionamos para recibir la navidad, respondió Gokú mientras le entregaba una hoja a la pelinegra y el calvo repartía otra a los demás.

Pero yo, no se...., decía Milk en tono nervioso.

Yo tampoco se cantar, pero allí hago lo que puedo, además no creo que lo hagas más mal que yo, tú eres perfecta, de seguro también cantas bien, solo que no lo sabes, tú voz es tan dulce y....., acotaba Gokú cuando una voz interrumpió la plática de los pelinegros.

Bebe la hoja es al revés, decía Lunch al notar que su apuesto amigo tenía su hoja de cabeza.

Ah, sí, verdad, respondió Gokú sonriendo, mientras sus amigos se miraron entre si y sonrieron.

Así de despistado lo tiene el amor al pobre, decía en voz baja Krilín para que su amigo cabello de flama lo escuche.

Pues no solo a él insecto a ti también, el gorro te lo pusiste al revés, decía sonriendo Vegueta.

¿Al revés?, respondió el calvo preocupado mientras se quitaba el gorro y lo miraba.

Si, la estrellita es para adelante, dijo Vegueta sonriendo.

Je je je, tienes razón, respondió el calvo sonriendo.

Una vez que todos tuvieron sus hojas y sus gorros tomaron asiento junto a un árbol de navidad que habían armado en la nave y empezaron a entonar los villancicos.

Minutos después:

¡Feliz navidad¡ eran las palabras que se escuchaban en el lugar mientras los jovencitos se abrazaban entre si al tiempo que sonreían.

¡Feliz navidad angelito¡ decía Gokú mientras se acercaba a la pelinegra a abrazarla.

¡Eh¡ ¡feliz navidad también¡ respondía una nerviosa pelinegra mientras Gokú se acercaba a ella.

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