➵CUATRO

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Capítulo 4

-Señorita ______, ¿Podría venir, por favor? -escucho a mi jefe llamarme así que le dejo el pedido a una señora mayor y me dirijo a él.

-Diga. -él se mira radiante, un señor de edad mayor y sin embargo siempre está con una sonrisa y buena salud.

-Hoy vendrá un cliente especial -hizo una pausa-, el punto es que te dejo a cargo de uno de él, atiendes increíble y si todo sale bien te pagaré el doble.

-Muchas gracias, señor. Pero no necesita pagarme el doble... -sonreí apenada.

-¿Por qué no? Eres muy buena en tu trabajo. -en eso sonó el teléfono, él atendió y al finalizar la llamada me miró sonriente- ¡Suerte!

Dicho eso se retira. Yo por mi parte fui al anexo del local que era especialmente para una ocasión como ésta en la que vienen personas importantes.

-¿Te asignaron para atenderle? -pregunta Yugyeom. Yo asentí- Estupendo, chica. Te deseo suerte, ya llegó.

Mis nervios se hicieron presentes. Mi amigo se retira a seguir atendiendo mientras yo intento arreglarme el uniforme y mostrarme decente.

Una sombra empieza a hacerse presente por debajo de la puerta hasta que la misma se abre haciéndome ver a mi jefe hablándole a alguien.

-Pase, pase. Conté con mi mejor empleada. -dice él para después voltear a verme y brindarme una sonrisa.

Las luces rojo neón no ayudaban mucho. Sin embargo era acogedor el lugar.

Hasta que lo ví. Llegó hasta la mesa sonriente sin despegar su vista de mí, al igual que yo. Mi jefe se fue sonriente como siempre, ahora éramos Taehyung y yo.

Me reincorporé y hablé,- ¿Qué desea?

-Si me das el menú, te diría. -noté la burla en sus palabras.

Rodé los ojos y se lo dí. Él inspeccionó el menú y frunció el ceño.

-¿Sucede algo, señor? -pregunté con ironía, muriendo por dentro al ver mordiéndose su labio inferior.

-Es que... Lo que deseo no está aquí.

«Entonces deberías irte a la mierda» pensé.

Sonreí ante aquel pensamiento. Él subió la mirada y conectamos miradas; él volteó a la puerta y caminó a ella.

«Capaz decidió irse a la mierda» pensé nuevamente.

Al parecer intercambió un par de palabras con uno de los guardaespaldas y seguido cerró la puerta dejándome desconcertada.

Quería echar a correr al ver como se acercaba hasta mi peligrosamente. Debía recordar que me embarcó anoche a las 8PM, debía mostrarme firme e indiferente, pero en veces simplemente se me es imposible.

-Linda... -se acerca hasta mi y me toma las manos las cuales aparté sin pensarlo dos veces. Él suspira ante mi acción- Lamento lo de ayer, estuve resolviendo mudanzas y ese tema, ya sabes...

-Disculpe, señor. No sé de qué habla. -mierda, creo que la cagué pero me es tan divertida su expresión en estos momentos.

-______, no te hagas la que no sabe. -mis risas no tardaron en salir- Hablo en serio, estuve resolviendo tus mudanzas. -paré de reír haciendo que él ahora ría de mí.

Karma.

-¿A qué te refieres? -pregunté con cierto nerviosismo e intriga.

-Vamos, cariño -relamió sus labios-, quiero ser llamado Papi, por ti.

PapiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora