➵DIECINUEVE

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Capítulo 19

-¿Una cabaña en una montaña? -pregunté al estar frente a ella. Taehyung colocó sus manos sobre mis hombros seguido de acercarse a mí y susurrarme en el oído: así es.

-No, no puedo se ve muy... -suspiré- es mucho con solamente el hotel de la otra vez. -negué con mi cabeza aún viendo el lugar.

-Cariño, no me importa si es lo tuyo o no. -dice descaradamente- Eres mía, ¿Entiendes?

-Con que sea tuya no tiene nada que ver con nada. -comenté dándome vuelta encarándolo.

-¿Estás admitiendo que eres mía? -pregunta de manera lenta y clara mientras sus labios se curveaban poco a poco formando una sonrisa.

Ni siquiera me había dado cuenta de mis palabras, es decir, lo dije sin pensar. Todo esto me volverá loca.

Kim Taehyung me volverá loca.

-Ehm~ -no me salían las palabras- N-no... -aclaré mi voz- No. Me refiero a que lo dije sin pensar y no quise que lo malinterpretaras.

Él pudo su dedo índice sobre mis labios de manera sutil.

-La boca es el castigo del ser humano. -habló Kim Filósofo- Vamos a enseñarle cosas nuevas a esa boquita que tienes.

Dicho esto me cargó y caminó hacia los adentros de la cabaña repartiendo pequeños besos.

(...)

Llegamos a una habitación la cual tenía calefactor.

-Taehyung -lo llamé esperando que se detenga, cosa que no fue así- Joder T-taehyung, escúchame -supliqué esta vez a lo que él se separó un poco.

-¿Qué sucede? -su respiración ya se encontraba agitada.

Era ridículo pedir que pare cuando ni siquiera yo sabía si realmente quería que lo hiciera.

-¿_______?

-Lo siento, olvídalo. -sonreí apenada.

Él me miró serio,- ¿Me tomas del pelo, gatita?

Me estremecí al sentir su erección bajo la tela de su pantalón rozar en mi vientre cuando apegó nuestros cuerpos.

No respondí, solo desvié mi mirada.

Ví por el rabillo del ojo como iba hasta el borde de la cama y palmeaba sus muslos queriendo que vaya a él. Entre avergonzada y nerviosa caminé hasta él con intención de sentarme ahí pero me detuve al verlo negar.

-Boca abajo. -habló cortante haciéndome tragar con dificultad.

Me puse como él ordenó y lo que sentí a continuación fue como mi vestido lo subió hasta la mitad de mi abdomen para proceder en posar su mano en mi trasero acariciando de forma lenta.

-¿Me estabas vacilando? -preguntó a lo que negué como respuesta recibiendo una nalgada inesperada.

Gruñí recibiendo una segunda nalgada más fuerte que la anterior.

-Te portaste mal, gatita. -dió otra nalgada mucho más fuerte.

-Y-ya... -apretaba el colchón con fuerza del dolor.

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