➵TREINTA Y DOS

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Capítulo 32

"________,

Salí para hacer unas diligencias, puede que vuelva a la hora justa de almuerzo.

Traeré almuerzo.

Te amo.

Papi."

Dejé la nota en la mesa de noche para que pueda verla cuando despierte.

Tomé mi saco y bajé guardando mi billetera en el mismo. La Señora Choi se encontraba de espaldas en la cocina haciendo el desayuno.

-Señora Choi -ella volteó a verme- Saldré, vuelvo más tarde. -agarré mis llaves y salí sin dejarle hablar.

(...)

Estacioné el auto frente al alto edificio de oficinas y consultorios, el hospital donde tanto me ayudó el Doctor WooYoung.

-Buenas tardes, Lisa. -saludé a la chica de recepción.

-Taehyung! ¿Cómo has estado? -se acercó a abrazarme y vi a Jungkook venir con cara de pocos amigos y su mano en el estómago.

-He estado bien. -le respondí a la muchacha antes de dirigir mi mirada a Jungkook- ¿A ti qué te pasó?

-Le vino la menstruación. -Lisa apretó los labios intentando reprimir la risa.

-¡Ay, tonta! -la fulminó con la mirada- En realidad tengo dolor de estómago.

-O sea la menstruación. -rió Lisa mientras agarraba un bolígrafo para proceder a escribir unas cosas- ¿Verás al doctor?

-Sí. -contesté y ella asintió.

-Ya sabes dónde es. -cerró la libreta y se dió vuelta a hacer otras cosas.

(...)

-Pase. -la voz del doctor se escuchó luego de dar tres toques en la puerta. Abrí la puerta entrando a su amplia oficina- ¡Oh, Taehyung! Siéntate por favor.

-Gracias. -tomé asiento sintiendo los pequeños rayos de luz que entraban por la persiana que se encontraba entreabierta.

-¿Café? -me preguntó a lo que yo negué- ¿Agua? ¿Algo? Insisto.

-Dije que no. -aclaré mi garganta- Yo insisto en hablar de lo que venía a hablar.

-Te escucho, pero antes -tomó el teléfono y le marcó a alguien- Hola, ¿será que me pueden traer un café? -rodé los ojos- Gracias. -colgó- ¿Y bien?

Suspiré y al empezar a hablar volvió a interrumpirme:- Disculpa iré por la libreta.

-Claro...

Volvió con su típica libreta con sus anotaciones. Me hizo una seña para comenzar.

-Bien, sabemos que usted me ayudó mucho al igual que todos aquí, pero a _______ no. Sin embargo ayer ella se desmayó -me veía expectante mientras escribía de a veces- y al despertar me dijo que- maldición... -apretó los labios y frotó sus manos con emoción al escuchar la puerta sonar anunciando que su maldito café llegó.

-Gracias, eh. -cerró la puerta y volvió abriendo las persianas- Que lindo está el día ¿Cierto?

-Ajá. -respondí con fastidio- Como decía: al despertar, eh... -me desvié de tema al escucharlo sorber el café causando ruido- ¿Est-está escuchando? -pregunté indignado comenzando a molestarme.

PapiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora