Papi

➵TREINTA Y CUATRO

Capítulo 34

Por primera vez -o al menos en el período de tiempo que tengo viviendo bajo el mismo techo que Taehyung- él debió irse desde temprano a hacer un viaje a Daegu hasta mañana por la noche o posiblemente hasta el domingo por la mañana. Lo que me extraña es que no me llevó, es decir, era una de sus condiciones al querer que estuviera con él.

Jimin me ha escrito, he leído sus mensajes por la barra de notificaciones pero no me he atrevido a abrirlos. El chico sigue con el tema de tener una relación comprometida como la que ya tengo con Taehyung... Pero yo simplemente sentiría que lo estaría engañando, siento que el sentimiento es distinto al título de relación que tenemos.

Tal vez Taehyung tenga pretendientes o quizá tenga sus amoríos esparcidos por allí.

Necesitaba hablar con alguien.

(..)

-Oye, quiero lo mejor para ti. -decía Yugy en la videollamada que estábamos teniendo desde hace media hora- Sé que al principio hasta a mí se me paraban las tetas que quisiera tener al ver a Papi Kim... Pero- oye no te rías.

-Es que no lo pude evitar -solté una carcajada enorme- lo siento, prosigue.

-Como decía, a veces pienso que Taehyung está algo... Cucú -hizo una expresión graciosa la cual me sacó otra risa.

-Nunca cambies. -sonreímos.

El timbre sonó de repente. Miré con el ceño fruncido la pantalla pero Yugyeom no estaba prestando atención así que decidí decirle que le llamaba luego.

Bajé con cuidado y me asomé por el ojo mágico de la puerta encontrándome con Jimin, otra vez.

Abrí,- Jimin.

-Hola _______, ¿Cómo estás? -sonrió mostrándome un ramo de flores.

Incómodo, mejor invento algo.

-Disculpa, soy alérgica. -sonreí a medias alejándome para hacerlo ver más creíble, pero lo único que le hice ver fue lo ridícula que me hice pasar al oír lo que dijo:

-Pues me tendrás que decir el nombre de ese ramo de ahí -señaló al jarrón de una mesita que estaba atrás- que, aparentemente, no te causan nada.

Que torpe soy.

-L-lo lamento.

-Descuida, discúlpame tú a mí, es probable que esté yendo muy deprisa.

-Demasiado. -pensé en voz alta. Tapé mi boca abriendo los ojos en par.

Él rió,- ¿Salimos?

Tragué con nerviosismo.

-¿A donde iremos?

-No lo sé, ven y averígualo.

-No me vas a ganar con ese misterio de mierda.

Joder pero qué me pasa.

-Vale, es mi error, empezamos mal. -hizo una pausa- _______, ¿Deseas... Es decir, gustas acompañarme esta tarde a divertirnos? -habló imitando una voz cual mayordomo.