Capitulo 24

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Ten camino por la grama como si fuera parte de la oscuridad, guiando silenciosamente a JongIn quien seguía cada uno de sus pasos hasta un costado de la casa. Los gritos en chino se escucharon, claros y molestos, pero parecían provenir de solo unas dos personas, una voz molesta y otra razonable.

—¿Los entiendes?.

—Solo un poco...—Chittaphon arrugó su nariz, inseguro de lo que escuchaba pues no entendía por completo.—Solo entiendo que está discutiendo por la luz y algo sobre cuidarlos, pero no se que más dicen.

—¿Tu los escuchas Yixing?.

—Así es.—contestó el nombrado por auricular, probablemente desde el lado contrario de la casa.—Se está quejando del fallo de electricidad y le está ordenando a la otra persona que vaya a hacer su trabajo de cuidar a los mocosos.

—Se debe estar refiriendo a los secuestrados.—había sido la voz de MingHao la que se escuchó esta vez.—Hay mucho movimiento dentro.

—Hay alguien que desapareció del radar en la superficie.—habló JaeHwan.—Probablemente entró al sótano.

—Saquen las rejas.—ordenó JongIn, sacando de su bolsillo el ácido. Era un arma que los chicos de Min habían diseñado, tomo mucho tiempo diseñar algo tan pequeño que contuviera el ácido suficiente para derretir metal grueso.

Kai se levanto y derritió la parte superior de los barrotes mientras Ten derretía la inferior. Desprendieron el metal con el mayor silencio posible, dejándolo lentamente en el suelo.

—Puedes entrar Kai.—el nombrado abrió silenciosamente la ventana y dejó entrar a Ten quien cayó como un gato al suelo, sus pies parecían pisar nubes por el silencio. JongIn lo siguió, agachándose para ocultarse en la oscuridad.

El lugar apenas era iluminado por la luz lunar, y habían zonas llenas de sombras que los ayudaban a ocultarse fácilmente al estar completamente vestidos de negro. Sabían ser sigilosos.

Sabían ser asesinos.

—Qù chángshì chóng zhì néngliàng. Yexu yīxiē yúchun de dòngwù chīle yī gēn diànlan.—ordenó un hombre, señalando la puerta antes de irse por el pasillo oscuro. El chico solo pudo asentir antes de irse a obedecer la orden dada.
(Ve y trata de reiniciar la energía. Tal vez algún estupido animal se comió un cable).

—Estamos dentro...—susurró MingHao, por lo que estaban infiltrados en ambos pisos ahora.

—Nosotros igual...—susurro Kai, haciéndole una seña a Chittaphon quien asintió para caminar agachado, entre las sombras como si él fuera una de ellas. Cuando alguien se acercaba de detenían, escondiéndose y dedicando sus oídos a escuchar a los chinos, aunque cuando Kai no entendiera absolutamente nada y Chittaphon estuviera intentando entenderlos por completo.

—Limiàn yourén! Women wūzi li you rùqīn zhe!.—se escucho un grito desde fuera. JongIn se preocupó cuando Ten se detuvo abruptamente, mirándolo de inmediato.
(¡Hay alguien dentro! ¡Tenemos intruso en la casa!).

—Saben que estamos aquí.—comunicó MingHao, gruñendo a su vez.

—Tengo un plan...—susurro Ten, mirando al pasillo antes de correr a una habitación siendo seguido de cerca por su jefe.

—¿Que planeas?.—cuestionó cuando estuvieron dentro sin nadie cerca. Chittaphon retiró todas sus armas y seguridad de su cuerpo para dárselas a JongIn quien le miró confundido.

—Me infiltrare abajo.

—¿Que? ¡No! Eso es peligroso.

—Yo no conozco esa palabra Kai.—Ten sonrió de lado, retirando sus zapatos y despeinando su cabello antes de suspirar.—Iré.

Mafia's BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora