Capitulo 55

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JunMyeon movió su pie con insistencia, observando a la nada pensativo.

JongDae lo observaba tras la pantalla de su portátil mientras JongIn a un lado de este miraba a sus manos en espera de que el mayor dijera algo.

—Debemos asegurarnos de que esta vez mueran...

—¿Como es que no han muerto la última vez? Nosotros-.

—No lo se. Es lo que me parece extraño...

—¿Acaso le has salvado?.—JunMyeon miró a JongDae quien le observaba con su mejilla izquierda apoyada en su mano.—¿Y le has ocultado?.

—¿Te has vuelto más idiota con la compañía de MinSeok? ¿Ah?.—cuestionó molesto, cerrando en puño la mano que tenía apoyada sobre la mesa.—¿Que te hace pensar eso? ¿Acaso olvidas lo que ellos me han hecho?.

—Hyun-.

—¿Acaso olvidas lo miserable que he sido luego de todo eso?.—JongDae miro en otra dirección, removiéndose un poco nervioso.—Que no se te ocurra volver a decirme que les he salvado, porque lo que más deseo es asesinarles de la manera más lenta posible.

—Lo siento...—JunMyeon movió su cabeza, tronando su cuello con fuerza.

—Necesito saber donde diablos están ellos. Necesito asesinarlos antes de que hagan algo más.

—¿Has intentando hablar con los chicos de Jeju?.—cuestionó el menor de los hermanos, intentando calmar el aire entre los dos mayores.—Tal vez ellos sepan algo, después de todo podían escuchar cualquier cosa.

—¿Donde están ellos?.

—Están en una casa de YoonGi bajo el cuidado de los chicos de ATEEZ.—respondió JongIn con calma, recibiendo un leve asentimiento del mayor.

—Iré... Necesito pensar...

—¿Iras allí?.

—Si.—los menores se miraron cuando JunMyeon se levantó, revolviendo sus cabellos.—Solo... No lo se...

—Estas mal. Si vas allí-.

—No necesito escuchar eso.—corto a JongDae, caminando a la puerta tras tomar su celular de la mesa.—No de ti.

Y sin más salió, caminando por el pasillo sin haber escuchado el suspiro de JongIn y ver la mueca en la cara de JongDae.

Miro su celular, buscando un contacto en especifico mientras jalaba el colgante oculto bajo su camisa.

—¿Hola?.—escuchó al otro lado de la línea, haciendo que guardara silencio un momento.—¿JunMyeon...?.

—Lo siento...—susurro, deteniéndose en una puerta blanca con detalles en dorado como adornos elegantes y delicados.—Estoy muy ansioso. No quería que esto volviera a pasar, creí que me había desecho de ellos por completo.

Son cosas que suceden cuando eres mafioso, ¿no?.—resopló divertido, aunque sin ánimos, para quitarse el colgante y así tomar la llave en este, abriendo la puerta para entrar y cerrarla.—¿Que planeas hacer? Realmente no sabemos dónde están.

—No... Pero no quiero hablar de eso ahora mismo.

—JunMyeon...

—Yixing.—corto, sentándose en el suelo de la habitación para mirar directamente a la silla mecedora que estaba allí, blanca, con algunos peluches y almohadillas que la hicieran más cómodas.—¿Recuerdas cuando te sentabas en la mecedora y le contabas historias chinas al bebé? Aveces le cantabas también, me gustaba mucho...

Mafia's BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora