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sofía pov

me levanté al sentir unas manos alrededor de mi cintura, era javi.

al parecer él ya estaba despierto.

me giré y lo miré.

-hola. -dije sonriendo.

-hola. -sonrió también.

se acercó y me dió un beso.

-así sí me quiero despertar todos los días. -dijo.

-reí. -yo también.

-¿quieres desayunar?

-sip.

él asintió y se levantó de la cama, caminó hasta su armario.

su espalda estaba llena de líneas rojas ¿eran marcas de uñas? ¿eso le había hecho yo?

-javi... las marcas de tu espalda... ¿fui yo?

-rió. -sí.

me sonrojé enseguida, qué vergüenza.

-él soltó una carcajada. -ya volvió la sofi tomatita.

-déjame.

yo me levanté pero me costó un poco, me dolían las piernas y la parte baja del abdomen, solté un pequeño quejido.

-¿estás bien, qué pasa?

-nada, solo me duelen un poco las piernas y por aquí. -toqué la parte baja de mi abdomen y me dí cuenta que estaba en ropa interior. otra vez me puse roja hasta las orejas y javi rió.

-ya te ví desnuda, nena.

-sí, pero igual. ¿me prestas una camisa tuya?

sacó dos camisas de su armario y una bermuda para él.

me dí cuenta que nuestra ropa estaba en el suelo de la habitación, rápidamente me puse la camisa y comencé a recoger la ropa.

-déjala, sofi. luego recogemos.

-no javi, ya casi acabo. ¿me pasas tu camisa? -estaba doblando la ropa y colocándola una sobre la otra.

me pasó su camisa.

-nena, no me digas que eres de esas personas obsesionadas con limpiar.

se acercó a mí por detrás y posó sus manos en mi cintura. él no sabía lo que ocurría dentro de mí cuando me llamaba nena, me encantaba que me llamara así.

me giré y quedamos frente a frente.

-no, pero no me gusta ver las cosas tan desordenadas.

-está bien.

y me besó. me encantaba besarlo. pero recién nos habíamos despertado y seguro que mi aliento sabía a... no sé, a desagüe.

me separé de él y me miró extrañado.

-¿qué pasó?

-recién me levanto javi, mi aliento está horrible.

él rió. me dió un beso corto y se separó.

-vamos abajo, para desayunar.

-bueno, vamos.

bajamos y preparamos unos batidos y tostadas porque era lo más fácil que podíamos hacer ya que ninguno sabía cocinar.

cuando terminamos de desayunar, javi dejó los vasos en el lavadero. habíamos comido en el mesón de la cocina porque era más práctico.

-bueno, ya desayunamos. ¿ya puedo besarte tranquilamente? -preguntó.

claro que yo me había sonrojado un poco, no me lo esperaba. sonreí.

-bueno, está bien, pero... -y no me dejó terminar porque ya me estaba besando.

me levantó y me sentó en el mesón. ¿en serio pesaba muy poco? me había levantado como si fuera uno de los vasos que llevó al lavadero.

puso sus manos en mis muslos y las movió de arriba hacia abajo, alzando un poco la camisa/vestido que tenía. yo separé un poco las piernas para que él pudiera acercarse lo más posible a mí.

-¿quieres subir? -era un tierno, ayer me preguntó diez mil veces si estaba segura y luego diez mil veces más si estaba bien.

lo miré y se me escapó una sonrisa junto con un sí.

me llevó en peso hasta su cuarto y me dejó en la cama.

después de que pasara lo que iba a pasar, estábamos acostados en la cama. ya eran las doce del día, debía volver a casa.

-javi, creo que ya debería ir a casa.

-está bien, te llevo. ¿vas a pasar por casa de camila?

-sí, le diré que me preste ropa o algo.

-¿y te vas a quedar ahí?

-¿lo dices para quedarte tú también? -reí.

-no no no. bueno sí. -rió. -no sé, ¿estoy siendo muy intenso?

-no, javi. pero está bien, vamos. igual vamos a estar con los chicos.

-bueno.

yo busqué mi brasier entre la ropa que antes había arreglado y me lo puse.

-javi ¿puedo ir con tu camisa? es que me da pereza vestirme otra vez.

-no importa, sofi, quédate con ella.

sonreí. me encantaba estar con javi, era un amor.

cuando él terminó de vestirse, bajamos y salimos a casa de cami.

tocamos la puerta y entramos rápido antes de que mis papás nos vean o pase algo malo. me sentía un poco mal por mentirle a mis papás, pero bueno, ya lo había hecho ya no podía hacer nada porque no iba a sacar nada con sentirme mal por eso.

-¡¡sofi!! -me abrazó cami, yo también estaba emocionada por verla ya que no habíamos hablado como en tres o cuatro días.

-¡¡cami!! te extrañé mucho.

nos separamos y se dirigió a javi con el ceño fruncido.

-te odio, javier. te robas a mi amiga, ya nunca la veo. -se cruzó de brazos.

-hola cami, también me alegra verte. -le dió un pequeño abrazo y dos besos.

ella rodó los ojos. -te perdono eh. pero que sepas que hoy si que no la vas a ver, adiós.

me tomó del brazo y me arrastró hasta su habitación. yo me despedí de javi con la mano mientras él reía y gritaba:

-¡¡la veo mañana!!

estábamos en su cama y me miraba, esperando a que hable.

-¿qué? -pregunté.

-cuéntame cómo es que ayer hicimos pijamada y no estabas aquí, y también por qué tienes la camisa de javier.

-bueno... ya te imaginas. ayer dormí en casa de javi y... ya sabes...

-¡por dios! ¡estás sonrojada! no me digas que... ¡oh dios mío! ¿en serio?

-sí. -reí. -pero no le digas a nadie eh.

-¿y a quién le voy a decir?

-no sé, a dario o a mi mamá.

-no no no. ¿y cómo fue? ¿qué pasó?

-bueno, ya sabes que ayer fue la cena y eso, bueno... javi me invitó helado, yo tenía que subir a buscar mi bolso y tal, él subió conmigo y pues una cosa llevó a la otra y terminé sobre él. pero no pasó más nada porque mis papás estaban abajo, entonces salimos e íbamos a la heladería pero terminamos en su casa. -reí.

su boca formó una "o".

-wow, sofi. entonces sí son novios, supongo. no hemos hablado desde la paliza que se comieron. -reímos.

eastside ☽ ; bnetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora